Padecemos de tinnitus o acúfenos cuando sentimos un ruido o zumbido persistente en los oídos que no proviene del exterior. Existen muchos y diferentes tipos de acúfenos, por lo que es muy importante tener un diagnóstico preciso para poder detectar el origen de este padecimiento y definir el tratamiento adecuado.
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Aunque se trata de un padecimiento más frecuente en personas mayores, ligado a la falta de audición, lo cierto es que cada vez más jóvenes lo padecen, al estar expuestos al ruido bien sea en el trabajo, o cuando asisten, por ejemplo, a conciertos. Cuando se escuchan después de una noche de ruido intenso se pueden considerar normales, pero si persiste al día siguiente es indicio de que existe daño auditivo.
Aún sin exposición a ruido, todos podemos escuchar en un momento dado un zumbido o ruido en nuestros oídos como un evento aislado pero cuando se convierte en algo persistente, pasa a ser un problema molesto que, además, disminuye la calidad de vida.
Las personas que sufren de acúfenos en su nivel más intenso lo refieren como algo discapacitante. De hecho, una de cada 10 personas padece este síntoma y de ellas entre el 30 y 40% presentan un acúfeno constante que puede volverse crónico.
¿Cómo se producen los acúfenos o zumbidos de oídos?
El oído convierte el sonido de alrededor, que es vibración del medio ambiente, en impulsos nerviosos, y esos impulsos nerviosos viajan por distintos centros de procesamiento dentro del sistema nervioso. En estos núcleos, si las células dejan de recibir la información que normalmente proviene del oído, comienzan a tener actividad desorganizada y no modulada que percibimos como un zumbido.
La única forma de hacer que desaparezca esa sensación es devolver la función auditiva, algo que podemos hacer solamente en algunos casos. De ahí que un diagnóstico certero es vital para poder tratar este padecimiento.
¿Qué enfermedades pueden causar acúfenos?
Cualquier problema que afecte la audición nos puede causar acúfenos desde un tapón de cerumen, hasta un tumor en el nervio auditivo. Esto incluye infecciones en el oído, accidentes, enfermedades metabólicas y degenerativas, entre otras. Adicionalmente, hay acúfenos que no son producidos por baja de audición.
- Tipos de acúfenos
Hablamos de acúfenos pulsátiles cuando el ruido es sincrónico con nuestro pulso; proviene de que escuchemos el flujo de la sangre en nuestro cráneo y puede ser por tumores vasculares, malformaciones arteriovenosas y, a veces, porque con la edad el flujo de sangre se haga más turbulento.
Los que no son pulsátiles pueden ser de origen muscular, producto de contracturas en los músculos del cuello o de la mandíbula, pero los más frecuentes son producidos por una baja de audición.
¿Qué hacer para eliminar o disminuir el zumbido constante en los oídos?
Lo que se requiere primero es un diagnóstico y eso comienza con el análisis cuidadoso de cómo suena el ruido, cuándo se presenta, qué hace que empeore o mejore, cuándo inició, etc.
Generalmente, se requerirá un estudio audiométrico, ya que en este estudio medimos cómo está vibrando el tímpano, cómo se mueven los huesecillos del oído, cómo responde el oído interno e, inclusive, podemos tener algunos datos que indiquen cuando el problema pudiera ser neurológico. En muchos de los casos el estudio audiológico es suficiente para tener un diagnóstico, otras veces ese estudio nos encamina a estudios adicionales.
Tras un diagnóstico oportuno, si la causa es tratable, se pueden eliminar los acúfenos o disminuirlos. Cuando no es una causa que tenga un tratamiento específico, muchas veces podemos reducir la intensidad, ya sea con el uso de auxiliares auditivos o con otro tipo de recursos terapéuticos que tenemos a nuestro alcance. En general, sabiendo cómo lidiar con el síntoma, se tiende a reducir la molestia aunque no desaparezca.
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