EMBARAZO

Me operé para no tener bebés… ¿Es posible embarazarme de nuevo?

Hoy lo imposible no existe y es posible revertir la ligadura de las trompas, ya no representa un impedimento si se desea volver a ser madre

La salpingoclasia es el procedimiento quirúrgico por el cual se impide la unión del espermatozoide con el óvulo.
La salpingoclasia es el procedimiento quirúrgico por el cual se impide la unión del espermatozoide con el óvulo. Créditos: Canva
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Las trompas de Falopio son los conductos que conectan a los ovarios con el útero, en ellas es donde se produce la fecundación, es decir, la unión entre el óvulo y el espermatozoide para dar lugar a la formación del embrión. Posteriormente, éste descenderá hasta el útero para implantar en el endometrio y dar lugar a un embarazo.

La salpingoclasia es el procedimiento quirúrgico por el cual se impide la unión del espermatozoide con el óvulo a nivel de las trompas uterinas. A pesar de ser considerado un método de planificación familiar definitivo (pues tiene una efectividad mayor al 99%), en muchas ocasiones las mujeres cambian de opinión por diversos motivos (edad joven al decidir por este método, arrepentimiento, nuevas nupcias, la muerte de algún hijo, etc).

No obstante, esto no implica una inhibición de la ovulación, es decir, la mujer seguirá liberando un óvulo en cada ciclo menstrual; tampoco implica la menopausia, por lo que las mujeres que se hicieron esta cirugía, continuarán con su ciclo menstrual habitual, lo que abre la posibilidad de lograr un nuevo embarazo. Para estos casos, actualmente se cuentan con dos opciones terapéuticas. 

Tratamientos para lograr un nuevo embarazo 

La primera opción es una reversión de la ligadura. Esta es una cirugía que consiste en recanalizar y volver a unir las trompas. Ofrece altas tasas de embarazo, alcanzando hasta un 70% de éxito. Sin embargo, habrá que considerar a las mujeres que son candidatas ideales para este tratamiento: menores de 35 años, con una adecuada reserva ovárica, que deseen más de un embarazo a futuro, a quienes se les haya realizado la salpingoclasia mediante una técnica quirúrgica llamada Pomeroy, tener menos de 5 años de la cirugía y en quienes la pareja no tenga alteraciones espermáticas. 

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Cabe señalar, que en los casos en los que se cortó el extremo final o fimbria de la trompa (técnica de Kroener) no existe posibilidad de ofrecer la alternativa de recanalización tubárica y que como toda cirugía en las trompas uterinas, conlleva el riesgo de desarrollar un embarazo ectópico o extrauterino (aquel que se implanta fuera del útero y que no es viable).

La otra opción es la fecundación in vitro, una técnica de reproducción asistida en donde se realiza la función de las trompas; es decir la unión del espermatozoide con el óvulo sucede en el laboratorio, para generar un embrión que posteriormente será transferido al útero.

Para la FIV, se utilizan medicamentos hormonales que estimulan los ovarios para producir múltiples óvulos que, cuando han alcanzado el tamaño y número deseados, se toman de los folículos mediante una punción vaginal y los biólogos realizan la fecundación a través de la inyección del espermatozoide dentro del óvulo. Cuando el óvulo fecundado se divide, se convierte en un embrión. En el laboratorio, se vigilará regularmente para asegurarse de que esté creciendo de manera apropiada. El tiempo máximo que el embrión puede estar en el laboratorio es de 5 días. Finalmente, el embrión es colocado dentro del útero de la mujer con un catéter delgado a través de la vagina y el cuello uterino. 

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Es importante señalar, que la FIV no restaura la fertilidad, pues las trompas uterinas permanecen cortadas, por lo que si se desea otro embarazo, el tratamiento deberá repetirse. Por otro lado, si la paciente ya no quiere más hijos, no tendrá ninguna preocupación anticonceptiva después de completar su familia.

De esta forma con la FIV se tiene más probabilidad de éxito, reportándose tasas de embarazo hasta del 80%, se evitan las posibles complicaciones de una cirugía, se puede lograr un embarazo exitoso en pocas semanas, mientras que con la reversión de la salpingoclasia puede ser necesario esperar hasta un año.

Hoy lo imposible no existe y es posible revertir la ligadura de las trompas, ya no representa un impedimento si se desea volver a ser madre.