SALUD RESPIRATORIA

Medicina respiratoria en la mujer

Los cambios en los niveles de estrógenos y progesterona durante el ciclo menstrual generan cambios en la función respiratoria

Las mujeres con EPOC suelen tener más molestias relacionadas a la dificultad para respirar.
Las mujeres con EPOC suelen tener más molestias relacionadas a la dificultad para respirar.Créditos: Especial
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La investigación sobre las relaciones entre sexo y género y la salud respiratoria es necesaria dadas sus implicaciones en la incidencia, la susceptibilidad, historia natural y respuesta al tratamiento de las enfermedades respiratorias. A continuación, presentamos un esbozo de las diferencias y los posibles mecanismos subyacentes de los efectos del sexo y el género en el asma, en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y en el cáncer de pulmón.

El asma es una enfermedad inflamatoria de las vías respiratorias asociada a cambios en la función pulmonar y síntomas respiratorios generalmente intermitentes y de gravedad variable como son dificultad respiratoria, silbidos y accesos de tos asociados al aumento en la formación de secreciones bronquiales.  

Afecta a mujeres y hombres en todos los grupos de edad, pero en la etapa adulta es más común en la mujer. En ellas, la genética y los niveles de hormonas sexuales durante la pubertad, el ciclo menstrual, el embarazo y la menopausia están asociadas al origen y comportamiento de la enfermedad, e influyen directamente en la prevalencia y la gravedad.

Los cambios en los niveles de estrógenos y progesterona durante el ciclo menstrual generan cambios en la función respiratoria y en la frecuencia e intensidad de los síntomas respiratorios.

¿Cómo afectan las enfermedades respiratorias en la mujer? 

La EPOC es una condición pulmonar en personas susceptibles, derivada de la inhalación crónica de humos y substancias tóxicas, es una enfermedad progresiva y la tercera causa de muerte en el mundo.

Como paradigma inicial y todavía primordial es consecuencia de fumar tabaco, y por lo mismo es esperable que difiera entre hombres y mujeres dependiendo de la fase de la epidemia de tabaquismo. En paises desarrollados fumaron primero los hombres, y luego varios años después iniciaron las mujeres, y las consecuencias graves como la EPOC, van creciendo varias décadas después, primero en hombres y luego en mujeres. 

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Por otro lado, la EPOC también se puede presentar por exposición a humo de combustibles sólidos al cocinar, primordialmente en mujeres, mientras las causas ocupacionales, la inhalación de humos, químicos y polvos en general se presentan en hombres.  Las mujeres con EPOC suelen tener más molestias relacionadas a la dificultad para respirar y a consecuencias psicológicas y de calidad de vida, en particular la depresión.

El cáncer de pulmón se ubica entre las primeras causas de muerte por cáncer a nivel mundial.  Con respecto a las tasas de incidencia hay variaciones considerables entre regiones y países, con tasas sistemáticamente más altas en hombres que en mujeres.  La mortalidad por cáncer de pulmón muestra un patrón geográfico similar al de la incidencia, con una tasa de mortalidad mundial casi dos veces superior en hombres que en mujeres.  

En muchos de los países más desarrollados, el número de casos nuevos en los hombres ha alcanzado una meseta o está disminuyendo, mientras que en las mujeres sigue aumentando, lo que refleja una exposición previa y a largo plazo, en particular al humo del tabaco.

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En términos generales las mujeres con cáncer de pulmón son más jóvenes, empiezan a fumar a una edad más tardía y fuman con menos intensidad que los hombres. Es posible que las mujeres sean más susceptibles a los efectos cancerígenos del humo del tabaco por resultados que apoyan las diferencias basadas en el sexo y en los efectos de las hormonas sexuales femeninas particularmente los estrógenos, sin embargo, este aspecto aún es contradictorio. 

Lo que sí es claro, es que resulta especialmente interesante el aumento de la incidencia de cáncer de pulmón en mujeres que nunca han fumado a pesar de estar menos expuestas a carcinógenos ocupacionales, lo que da peso a otros mecanismos que explican que en algunas regiones se observe un aumento en el número de casos en las mujeres. 

Por ejemplo, es fundamental considerar la exposición al humo de combustibles sólidos como leña y carbón, cuando se utilizan para cocinar o calentar los hogares, como factores de riesgo para cáncer de pulmón sobre todo en mujeres que nunca han fumado.