ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA

Efectividad de las terapias psicológicas en el manejo de la obesidad en el adolescente

Las terapias para cambios en el comportamiento tienen el objetivo de modificar estilos de vida no saludables mejorando la calidad de la dieta, aumentando la actividad física y reduciendo el sedentarismo

Créditos: Jonatán Amador
Escrito en OPINIÓN el

La adolescencia es un estado de maduración neurológica, física y social, que impulsa a buscar bienestar emocional, y causa descontrol anímico e independencia para seleccionar alimentos, eligiendo probablemente aquellos no saludables y en grandes cantidades (azúcar, grasa, procesados, alcohol). Los adolescentes con obesidad experimentan diferentes grados de alteraciones mentales y emocionales como estrés, depresión y ansiedad, exacerbados por una baja autoestima y el bullying. Esto afecta su calidad de vida, e interfiere con el tratamiento de la obesidad.

El uso de terapias psicológicas para cambios del comportamiento, terapia cognitivo-conductual y terapias basadas en la meditación como yoga y mindfulness pueden coadyuvar en el manejo de la obesidad, pero no es claro si son eficaces o cual es mejor.

Las terapias para cambios en el comportamiento tienen el objetivo de modificar estilos de vida no saludables mejorando la calidad de la dieta, aumentando la actividad física y reduciendo el sedentarismo. Este tipo de terapias, impartidas por expertos en sesiones de diferente duración y frecuencia, incorporan técnicas para cambiar malos hábitos. La literatura científica concluye que son eficaces sólo con más de 52 horas de contacto con el adolescente, y acompañadas de cambios en la dieta y actividad física.

La terapia cognitivo-conductual se basa en el principio de que el conocimiento afecta el comportamiento y si se modifica el conocimiento se puede modificar el comportamiento. Proporciona conocimiento sobre obesidad, su tratamiento, dieta y ejercicio saludables, tiempo razonable frente a pantalla; ofrece técnicas para reconocer pensamientos negativos, identificar hambre emocional y las señales que lo impulsan; enseña a regular la alimentación emocional, mejorar la autoestima y la percepción de la imagen corporal; facilita planes de adaptación a las percepciones anómalas.  Sin embargo, la mayoría de los estudios ofrecen la terapia junto con dieta y ejercicio, lo que no permite identificar si los efectos positivos se deben a la terapia o a los cambios en el estilo de vida.

La meditación engrosa la corteza cerebral y aumenta la materia gris en áreas involucradas en la maduración neurológica, por lo que podría influir en el descontrol emocional, el apetito y la elección de alimentos de los adolescentes. Las técnicas de meditación más estudiadas en el manejo de la obesidad son yoga y mindfulness, pero aunque ambas utilizan meditación, tienen diferencias que pueden impactar la obesidad de manera distinta.

El yoga moderno se diseña como sesiones de posturas físicas acompañadas o no de meditaciones cortas para promover bienestar físico y mental. La mayoría de los estudios reportan un efecto positivo del yoga en el peso corporal, pero son estudios pequeños con períodos muy cortos de meditación, sugiriendo que su efecto positivo se debe a la actividad fisca que incrementa el gasto de energía.

El mindfulness moderno inició como una adaptación de la técnica milenaria para aplicarse en el manejo de enfermedades con alto contenido emocional. Consiste en poner atención intencionalmente al momento presente y sin juzgar. Se basa en siete actitudes básicas positivas que se cultivan a través de la meditación. La técnica más analizada, “Reducción del Estrés Basada en Mindfulness”, tiene la intención de mejorar la salud mental en individuos con problemas relacionados con el estrés y la ansiedad. Los estudios que analizan la eficacia de esta técnica en el manejo de la obesidad sugieren que mejora las manifestaciones psicológicas y los trastornos de la alimentación, pero el efecto en el peso corporal aun no es claro porque los estudios han sido con grupos pequeños y períodos cortos (8 semanas), lo que no permiten observar el efecto en el peso.

En conclusión, la evidencia es insuficiente para demostrar la eficacia de estas técnicas en el manejo de adolescentes con obesidad. Sin embargo, los mecanismos  subyacentes y los resultados prometedores hasta ahora estimulan a seguir investigando con diseños apropiados la eficacia de estas técnicas en el manejo de la obesidad.