Muchas de las enfermedades que afectan a la visión están limitadas al ojo, tal es el caso de patologías como la miopía, la catarata y el glaucoma. Muchas otras en cambio son manifestaciones secundarias o complicaciones de otras enfermedades y sus tratamientos. El objetivo de esta sesión es resaltar algunas de las muchas coincidencias entre la medicina general, la investigación de frontera con la oftalmología.
Muchas de las patologías que vemos como oftalmólogos tienen que ver con la medicina general. Algunas de ellas son comunes y muy bien conocidas por la comunidad médica y los pacientes. Tal es el caso de la retinopatía diabética y la orbitopatía tiroidea. Otras en cambio son menos conocidas, pero no por ello menos importantes. Los efectos adversos de los tratamientos de medicamentos para enfermedades comunes pueden afectar una o varias de las estructuras externas e internas del ojo, incluyendo la superficie ocular con ojo seco severo e incapacitante, el cristalino acelerando la formación de catarata, la retina y el nervio óptico provocando pérdida de la visión de forma irreversible. Tal es el caso de medicamentos utilizados en el tratamiento de enfermedades autoinmunes o contra el cáncer.
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El trasplante de médula ósea alogénico es exitoso en el tratamiento de leucemias, linfomas y algunos tipos de anemias. Su principal complicación reside en que las células del donante atacan a las células del paciente. La enfermedad denominada injerto contra-huésped ocular está presente entre el 30 y 50 % de los casos. Desafortunadamente la detección y la intervención tardía de estos casos puede llevar a ceguera. Las intervenciones oportunas, algunas de ellas sencillas, otras sofisticadas mejoran significativamente la calidad de vida y la función de estos pacientes.
Las enfermedades autoinmunes como por ejemplo la artritis reumatoide frecuentemente afecta al ojo disminuyendo la lubricación. Sin embargo, no es la única manifestación. La queratitis ulcerativa periférica es una complicación rara, pero potencialmente devastadora, inclusive puede presagiar un desenlace mortal. La sospecha clínica oportuna, el estudio detallado y un tratamiento multidisciplinario cambia el panorama y el pronóstico preservando la visión y en ocasiones la vida de los pacientes.
El ojo no se encuentra aislado de lo que sucede en resto del organismo en condiciones salud y en la enfermedad. Los virus, bacterias y parásitos presentes en las distintas mucosas del organismo participan activamente en la maduración y activación del sistema inmune, en la regulación metabólica y la función nerviosa. La pérdida del equilibrio en la convivencia del microbioma con el huésped (ser humano) o disbiosis genera cambios patológicos en el sistema visual. El eje intestino-ojo ha sido vinculado con enfermedades inflamatorias (uveítis y ojo seco), enfermedades neurodegenerativas (glaucoma y degeneración macular). Conforme se defina y se comprenda mejor la participación del microbioma nuevos y mejores tratamientos serán diseñados para la prevención y tratamiento de enfermedades oculares potencialmente debilitantes.
Aproximadamente 30% de las enfermedades genéticas humanas conocidas presentan manifestaciones oculares, muchas de ellas frecuentemente desestimadas en la medicina general. En la última década se ha producido un desarrollo sin precedente en la metodología de análisis genético tanto para el diagnóstico preciso de enfermedades oculares como para el reconocimiento de las bases moleculares de muchas de estas patologías. Al mismo tiempo, la posibilidad de producir líneas celulares específicas e incluso organoides (estructuras miniaturizadas, generadas en el laboratorio a partir de células madre), ha permitido el desarrollo del área de la medicina regenerativa ocular, con implicaciones muy importantes en futuros tratamientos personalizados.
A manera de resumen, son muchas las enfermedades y tratamientos sistémicos que tienen implicaciones relevantes para la función visual. El desarrollo de nuevas tecnologías, medicina regenerativa con células madre inducidas, y la comprensión del microbioma y su manipulación puede dar origen a mejores formas de entender la enfermedad, prevenir su aparición y sus complicaciones y diseñar nuevos tratamientos para las enfermedades oftalmológicas.