Con motivo de los retos virales que se han vuelto cada vez más comunes en redes sociales, con algunas ideas geniales, como el “ice bucket challenge” para crear conciencia de la esclerosis múltiple; pero también con algunas no tan filantrópicas.
Hemos visto los que tienen que ver con la ingesta exagerada de galones de leche, de apretarse el cuello para poder desmayarse, pero el que se llevó los aplausos de la semana pasada fue el de usar clonazepam en la escuela y ver quién es el último que se queda dormido.
Incluso estos casos fueron tan frecuentes que llegaron a los periódicos con reportes de varios jóvenes afectados en secundarias que tuvieron que ser llevados a servicios de urgencias para recibir atención.
Específicamente, hay que hacer la aclaración, que el clonazepam es un medicamento que pertenece a la familia de las benzodiacepinas, fármacos que se generaron en la década de 1950 para la mejoría de la ansiedad.
Retos virales en redes sociales: la importancia del lóbulo frontal en la adolescencia
Su labor es incrementar el funcionamiento de un neurotransmisor, el GABA, que es el principal inhibidor de las funciones cerebrales, y así, entre otros efectos poder calmar la ansiedad de forma aguda.
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No así la curación de las patologías de la ansiedad, que requieren de otras familias de medicamentos y de varios tipos de psicoterapias, pero sí cubrieron la necesidad de poder apagar el molesto síntoma de la ansiedad de forma inmediata.
Tal fue su impacto en el mundo de la psicofarmacología, que representaron la familia de moléculas más prescritas en el mundo hasta que a finales del siglo pasado surgieron los mejoradores de la disfunción eréctil. Prácticamente se calcula que el 15% de la población norteamericana había probado alguna vez en su vida una benzodiacepina.
Son fórmulas que requieren de una prescripción especial para poderla adquirirlas en las farmacias ya que presentan fenómenos de tolerancia y dependencia, con lo cual su potencial adictivo suele ser relevante.
Siempre hemos tenido en el radar el tema de la dependencia y adicción a estos fármacos, y en las últimas décadas además observamos un evento agregado.
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Clonazepam, droga adictiva
Comenzaron a ser parte del arsenal de oferta de los distribuidores de drogas ilícitas, ya que cuando los usuarios consumían sustancias excitadoras (cocaína, MDMA o éxtasis), después de varias horas requerían poder conciliar el sueño de una forma fácil y sencilla, con lo cual comenzó también la compra venta de benzodiacepinas para esos propósitos.
Estos retos y problemas en los que se meten los adolescentes, no son nuevos en la historia de la humanidad, de hecho, son muy frecuentes, y prácticamente forman parte del aprendizaje rudimentario que se tiene a esta edad.
Esto es producto del mal juicio de las situaciones, la poca percepción de peligro, el sentido de omnipotencia y la marcada impulsividad que llevan a una muy deficiente toma de decisiones.
Estos elementos son trabajo básico del lóbulo frontal del ser humano. Región fundamental en el proceso de madurez de los individuos y que consolida su correcta interconexión neuronal hasta los 21 años de edad.
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Esta es la explicación por la cual en algunos países del primer mundo la edad legal para poder consumir sustancias es a los 21 años y no a la mayoría de edad de los 18 años.
Los riesgos y los retos representan un problema de dos vías. Exposición a moléculas con potencial riesgo de afectar el sistema nervioso central pueden dañar un lóbulo en maduración, pero a su vez, esta corteza inmadura puede ser el sustrato para no darme cuenta del peligro y caer en las redes de estos falsos desafíos.
Si queremos jóvenes en su mayor potencialidad de desarrollo, requerimos de un cuidado exacto de su sistema nervioso.