DESAYUNO

Los alimentos que NO deben estar presentes en tu desayuno

El desayuno, considerado por muchos como la comida más importante del día, puede convertirse en un factor de riesgo para la salud si está compuesto por las opciones incorrectas

Conoce los alimentos que NO deben estar presentes en tu desayuno
Conoce los alimentos que NO deben estar presentes en tu desayunoCréditos: (Canva)
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Seguramente más de una vez habrás escuchado “somos lo que comemos”, y este dicho tiene mucha razón, ya que la alimentación juega un papel clave en la vida de las personas tanto de forma positiva, como de forma negativa y a continuación, te diremos los alimentos que NO deben estar presentes en tu desayuno.

Comenzar la mañana con prisa nos lleva a tomar decisiones rápidas, pero poco saludables sobre qué comer. La creencia popular de que "cualquier cosa es mejor que nada" en el desayuno es un mito peligroso, ya que elegir los alimentos incorrectos puede tener un impacto más negativo en nuestro cuerpo que saltarse esta comida por completo. La primera ingesta del día debe reponer energías y proveer nutrientes de calidad, no vaciar calorías.

¿Cuáles son los alimentos que NO deben estar presentes en tu desayuno?

La elección del desayuno establece el tono metabólico para las horas siguientes. Un desayuno equilibrado favorece la saciedad, mejora la concentración y evita los picos de glucosa en sangre

Por el contrario, optar por productos ultraprocesados y ricos en azúcar genera un ciclo de antojos, fatiga y malestar que se repite a lo largo del día. A continuación, presentamos los principales culpables que deberías evitar en tu mesa matutina:

  • Jugos de frutas 

Estos productos están muy lejanos de ser equivalentes a una pieza de fruta fresca, ya que durante su procesamiento se pierde la mayor parte de la fibra, quedando principalmente el azúcar libre de la fruta, concentrado y, en muchos casos, añadido. Beber un vaso de jugo envasado provoca un aumento rapidísimo de la glucosa en sangre, similar al de un refresco, seguido de una caída brusca que se traduce en más hambre y menos energía a media mañana. La recomendación es optar siempre por la fruta entera, que incluye fibra, vitaminas y minerales de forma completa.

  • Cereales azucarados

Coloridos y con formas divertidas, estos cereales son una bomba de azúcar y harinas refinadas disfrazada de alimento infantil. Su contenido nutricional es prácticamente nulo, ya que carecen de fibra, proteínas y grasas saludables que son esenciales para mantener estables los niveles de energía y favorecer la concentración en la escuela. Una alternativa mucho más saludable son los copos de avena, cereales integrales sin azúcar añadido o la granola casera con bajo contenido dulce.

Su consumo habitual se asocia directamente con un mayor riesgo de sobrepeso, obesidad infantil y caries dentales. (Foto: Canva)
  • Pan de dulce

Elaborados predominantemente con harinas blancas refinadas, grandes cantidades de azúcar y grasas poco saludables (como aceite de palma o manteca), ofrecen una densidad calórica muy alta con un aporte nutricional mínimo. Su consumo regular contribuye al aumento del colesterol LDL (malo), a la inflamación del organismo y a la acumulación de grasa abdominal. Además, suelen contener aditivos y conservantes para alargar su vida útil. Un puñado de frutos secos o una tostada de pan integral con aguacate son opciones infinitamente más beneficiosas.

  • Embutidos procesados 

Incluir fiambres y embutidos altos en sodio y grasas saturadas es un error común en desayunos salados. Productos como las salchichas de paquete, el tocino frito o el jamón con alto contenido graso están clasificados por la OMS como ultraprocesados y, en algunos casos, como carcinógenos Grupo 1 (como las carnes procesadas). Si se busca proteína animal, es mejor elegir opciones como huevos, queso fresco bajo en grasa o pechuga de pavo/pollo de verdad, no reconstruida.

Su consumo frecuente está ligado a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, hipertensión y ciertos tipos de cáncer. (Foto: Canva)
  • Yogures saborizados 

El yogur natural es una excelente fuente de probióticos y proteínas. Sin embargo, la industria alimentaria lo ha convertido en un postre lácteo cargado de azúcares añadidos, saborizantes artificiales y colorantes. Un solo envase de yogur de frutas puede contener más de cuatro terrones de azúcar, anulando por completo sus beneficios naturales. Esta carga de azúcar afecta la microbiota intestinal y promueve la misma respuesta de insulina que cualquier otro dulce. La solución es simple: comprar yogur natural sin azúcar y añadirle uno mismo fruta fresca picada o una cucharadita de miel para endulzarlo de forma controlada.

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