“Los ojos son la ventana del alma” es una de las frases que hemos escuchado alguna vez en nuestra vida. Al mirar a los ojos, podemos encontrar esas respuestas que no salen de la boca, esos sentimientos que no se expresan o esos deseos que no pueden comunicarse de otra manera. Aunque podemos encontrar tantas cosas cuando miramos a una persona a lo ojos, algunas nos evaden la mirada. ¿Por qué?
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Evitar el contacto visual puede ser una conducta desconcertante que genera muchas preguntas sobre la comunicación y las relaciones interpersonales. El contacto visual es una parte esencial de la interacción humana, pues puede transmitir confianza, interés y sinceridad.
Cuando alguien elige no mirarte a los ojos, puede ser un indicativo de diversas emociones o estados mentales que van más allá de la simple timidez o distracción. Hoy te presentamos algunas explicaciones detrás de evadir la mirada. Recuerda que la falta de contacto visual requiere un enfoque matizado que tome en cuenta el contexto y la personalidad de la persona en cuestión.
¿Por qué evito el contacto visual?
De acuerdo con Centro Impulsa, muchos expertos coinciden en que tu mirada comunica. Los ojos son los que nos proporcionan una mayor información a la hora de comunicarnos, ya que son la zona más expresiva de nuestro rostro. La duración del contacto visual, la intensidad, el movimiento de nuestros ojos, etc., pueden dar una gran cantidad de información a la persona que nos observa si esta sabe escuchar con los ojos. Sin embargo, no todos somos capaces de iniciar y mantener la mirada con nuestro interlocutor.
El portal añade que realmente no consta ningún estudio que desentrame los motivos de la falta de capacidad para mantener el contacto visual, pero sí podemos afirmar que esto tiene mucho que ver con la intencionalidad y personalidad de los individuos. Sabemos que no es posible no comunicar. Nuestros ojos hablan y, de igual modo, escuchan cuando observan. Una mirada esquiva, huidiza y errática nos transmite mala energía y puede llegar incluso a influir negativamente en la percepción del mensaje.
Yurupary detalla que generalmente, la mirada habla por nosotros. Pero, sobre todo, la mirada sirve para escuchar y para hacer ver a la otra persona que deseamos comunicarnos. El contacto visual constituye la herramienta más útil para la escucha activa, aquella que hace sentir cómodo a nuestro interlocutor y con la que obtendremos siempre la información de mayor calidad.
Lamentees maravillosa explica que algunos estados emocionales provocan dilatación pupilar que se acompaña, a menudo, de otros gestos faciales y corporales. Por tanto, es común que en situaciones de cortejo, cuando estamos con alguien que nos gusta, tendamos un poco a esquivar la mirada, a veces como consecuencia de los nervios; otras, por temor a que la persona perciba la intensidad de nuestras emociones. Entre otras razones están:
- Timidez: es de esperar que entre el amplio repertorio de manifestaciones de este perfil esté el de la mirada esquiva y el rostro cabizbajo.
- Trastorno del espectro autista: los problemas sociales suelen ser los más comunes en el trastorno del espectro autista debido a las limitaciones en la conexión emocional, para la comprensión de los dobles sentidos, en la comunicación… El hecho de que no mantengan la mirada a sus interlocutores es algo común
- La ansiedad social: el miedo a sentirse juzgado y observado les sume en estados de gran inquietud en los que es común titubear, esquivar la mirada, mostrarse más nervioso de lo habitual, etc.
- Déficit de atención e hiperactividad: no se presenta una conducta en la que uno esquive la mirada de manera constante llevado por la vergüenza o la inseguridad. No la rehúyen, solo la llevan de aquí allá porque no les es posible mantener el contacto visual durante unos minutos seguidos
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