Sagrario Ramírez Ávila estaba cien por ciento convencida, desde que comenzó su carrera hace 32 años en el área de enfermería, que esto era lo suyo.
Ávila es egresada de la FES Iztacala como licenciada en enfermería, tiene un posgrado como enfermera médico-quirúrgico por la universidad La Salle; cuenta con una subespecialidad en el área de Administración y Gestión de los Cuidados de Enfermería por la FES Zaragoza y cursó una maestría en Dirección y Organización de la Salud por la Universidad Tecnológica de México.
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Sagrario, quien también es subjefa de enfermeras nivel 41 del Hospital UMAE “Victoria de la Fuente Narváez” del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), comentó en entrevista para Sumédico que siempre le gustó cuidar al prójimo, ver por las necesidades del otro para mitigar el dolor y saber actuar en cualquier situación que pusiera la salud de su familia y la de cualquier persona en riesgo.
Para ella, la enfermería ha sido un espacio de desarrollo personal y profesional que le brinda muchas alegrías, pero también sinsabores, pues en esta profesión aún hace falta un reconocimiento genuino de la labor de las y los enfermeros, además de salarios dignos y bien remunerados para el personal que en muchas ocasiones no obtiene descanso por la demanda de trabajo que tienen día con día.
“Considero que se necesita lograr una profesionalización y el reconocimiento para la enfermera”, asegura.
Desigualdad de atención y falta de infraestructura en áreas de salud pública
La maestra en dirección y organizaciones de la salud detalla que haber trabajado en el Hospital Español de México, en el Hospital Inglés ABC campus Santa Fe y también en dependencias de gobierno como en la que ejerce actualmente, le permitieron observar la desigualdad de servicios y atención hacia los pacientes en el área privada y pública, pues hay diversos factores que imposibilitan un tratamiento de calidad en ésta última como la falta de medicina e infraestructura de alta calidad.
Destaca que el personal de enfermería a veces no se da abasto con la carga de trabajo que tienen, pues aunque cuentan con 638 enfermeras y enfermeros a su cargo, siguen siendo pocas y pocos para cubrir cada área y brindar una atención adecuada a todos los pacientes que, en sus palabras, “la exigen y demandan”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que se necesitan 6 profesionales de enfermería por cada 1000 habitantes, pero en México solo hay 3.9 por esta cantidad de ciudadanos.
Además, en muchas ocasiones los pacientes no llegan a tener una consulta oportuna. Para que llegue una persona a cierta especialidad se requieren procesos largos donde hay listas de espera impresionantes que se traducen en semanas, incluso meses. “Muchas veces el paciente solamente llega para recibir la desesperanza o una muy mala noticia”, explica con pesar en la voz.
Malos salarios y jornadas extenuantes: principales retos para el personal de enfermería
Una de las situaciones que la enfermera Ávila considera lamentable, y también representa todo un reto para el sector público, son los salarios que en muchas ocasiones no corresponden con el nivel de profesionalización del personal de enfermería, pues la institución no suele hacer distinción entre las y los enfermeros que cuentan con especialidades, subespecialidades, maestrías o doctorados.
“Ni siquiera se tiene el reconocimiento a una licenciada en enfermería. El sueldo se percibe de la misma manera para una enfermera técnica que para una enfermera licenciada o con doctorado. Esto es muy lamentable”, señala.
Al respecto, un comunicado de prensa del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 2022, detalla que pese a existir variaciones en el ingreso según las competencias laborales del personal, los sueldos sigue siendo bajos, pues aquellas y aquellos que cuentan con una preparación profesional percibieron en promedio 11,743 pesos mensualmente; los técnicos 9,922 pesos, y los auxiliares 9,034 pesos. La remuneración promedio de este grupo de población es de 64 pesos por hora.
Además, comenta que las largas jornadas laborales afectan inevitablemente su vida personal debido a que tiene horarios de entrada fijos pero no de salida, lo que propicia inevitablemente el abandono de la familia. “No hay tiempo a veces para estar presente en la firma de boletas en la escuela o estar al pendiente del crecimiento de los hijos”, detalla.
En México las personas ocupadas en la enfermería trabajaron en 2022 en promedio 41.5 horas a la semana. El 70% laboró de 35 a 48 horas y 14% lo hizo más de 48 horas, explica el mismo informe.
Atención mental en el área de salud
La enfermera Sagrario también comparte la importancia de la salud mental y la necesidad de tener más atención y consideración hacia el personal de enfermería que a diario atiende pacientes con lesiones de todo tipo por tratarse de un área de traumatología y ortopedia. “Vemos muchas situaciones donde uno ni se imagina cómo fue lo que pasó y porqué está así el paciente. Se pregunta unas muchas cosas”.
En 2008 un estudio realizado a 45 enfermeras y enfermeros de diferentes turnos y servicios, destacó que el factor más estresante es la falta de personal, así como observar el dolor y sufrimiento de los pacientes que llegan a los hospitales.
Hasta el momento no hay un área de la salud especializada en tratar la estabilidad emocional y mental de todo el equipo multidisciplinario que opera en un hospital y atiende en primera línea a los pacientes, comenta la profesionista.
La enfermería: una vocación por convicción
Sagrario asegura que la enfermería es una vocación por convicción y por eso importante tener amor por el cuidado del prójimo en todas las etapas de su vida. Menciona que no se trata solo de un trabajo donde se recibe un sueldo, pues son muchas las ocasiones en las que sus compañeras y compañeros, así como ella, han vivido momentos felices que se llevan a casa como los nacimientos, así como momentos de tristeza que inevitablemente afectan su estado anímico.
Por último, Ávila resalta la importancia que tuvo la enfermería durante la pandemia como primera línea de cuidado, atención recepción y acompañamiento a los pacientes durante su recuperación e incluso en sus últimos momentos de vida.
“Deseo que la enfermera realmente sea reconocida, que sea valorada su atención y todo lo que implica lo que hacemos en enfermería porque creo, y estoy convencida, que al médico le falta mucho para lograr hacer lo que él hace si no tuviera una enfermera a lado”, concluye.
(Con información de Inegi, OMS, universidad ETAC, revista Scielo).