Dejar de despertarse con la alarma o los primeros rayos del sol, vivir con tranquilidad, compartir el desayuno con la familia, tener tiempo para actividades que generan felicidad son escenarios que generan ilusión en personas que actualmente trabajan, sin embargo, cuando llega el momento de parar por completo puede ser una montaña rusa de cambios físicos y emocionales. Estas sensaciones son mejor conocidas como síndrome del jubilado.
El síndrome del jubilado es la dificultad de adaptación ante el cese de la actividad laboral. Las personas pueden experimentar síntomas físicos, como malestares digestivos o hipertensión, así como cambios en rutinas de higiene, ocio y relaciones sociales. Olga Fernández-Velilla, psicóloga del Instituto del Psicológico Claritas, menciona lo siguiente en entrevista para ABC Familia:
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“Cuando aparece esta sintomatología y se mantiene por un período duradero es cuando podemos decir que se da el síndrome del jubilado. Es algo bastante común y debemos tener en cuenta que es un gran cambio, por lo tanto, es normal que el primer año sea complicado.”
¿Cómo afecta la jubilación?
La jubilación es diferente de otras transiciones que impliquen el abandono laboral, como la salida de una carrera o un trabajo. La jubilación es caracterizada por la pérdida: pérdida de trabajo, remuneración e identidad. Por lo cual la jubilación supone una reestructuración de funciones que definen el espacio de la vida, requiriendo flexibilidad y capacidad de adaptación, detalla una investigación en la Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones.
Se calcula que alrededor de 300 millones de personas en todo el mundo padecen este trastorno psicológico donde personas mayores de 65 años representan el 12%. Las personas pueden caer en depresión, enfermedad que provoca dificultad conciliar el sueño, pérdida de apetito, falta de energía y sentimiento de inutilidad, desesperanza o pesimismo, explica 65ymás.
¿Cómo evitar el síndrome del jubilado?
- Mentalízate: antes de que llegue la jubilación, piensa en actividades que vas a realizar cuando tengas más tiempo. Pueden empezar realizando algunas de ellas para que cuando llegue el momento no sea difícil, recomienda Mapfre
- Afrontarlo como un nuevo comienzo: otra recomendación que deja Mapfre es identificar esta etapa como una para realizar nuevas actividades, no una donde signifique que terminó la vida
- Realice una actividad de autocuidado físico, emocional, social y espiritual: incluir tareas como yoga, caminatas, ejercicio y actividad física. Mantener contacto con la naturaleza y con otras personas, aconseja la psicóloga Leidy Mariet Lozano para Radio Nacional de Colombia.
“No permita que lo invadan los pensamientos de disfuncionalidad, enfermedad o fin de vida. Tampoco permita quedarse en inactividad, ni que lo invada la ansiedad por el futuro o la depresión de lo que puso hacer y no hizo. Hay que disfrutar el aquí y ahora, centrarse en lo que puede realizarse hoy y en lo que quiere hacer cada día”, puntualiza Leidy Mariet Lozano.
(Con información de ABC Familia, Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, 65ymás, Mapfre, Radio Nacional de Colombia)