Una de las formas de terapia que se vuelven cada vez más frecuentes y que además han mostrado beneficios significativos, son las terapias con animales de compañía, principalmente cuando son terapias orientadas para pacientes infantiles.
Sin embargo, un nuevo estudio realizado en España sugiere que estas terapias también serían beneficiosas en los adolescentes que, además, sufren de trastornos de la conducta alimentaria (TCA).
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Las terapias con mascotas y sus beneficios
Mayo Clinic refiere que la terapia con mascotas consiste en cualquier tipo de terapia donde se vea involucrado un animal o alguna actividad donde estos sirvan de ayuda o apoyo, sea físico o mental.
Este tipo de terapias va en crecimiento, ya que se ha visto que puede ayudar a las personas (adultos o niños), para recuperarse o hacer frente a problemas de salud diversos, como enfermedades cardíacas, cáncer, autismo y trastornos mentales, o para ayudar a que los futuros tratamientos a los que se someterá alguien resulten menos estresantes.
Los animales que se usan en estas terapias pueden ser perros u otros animales (como caballos), y usualmente son capaces de brindar una sensación de consuelo y compañía a quienes toman la terapia.
Las terapias con asistencia de animales también pueden utilizarse en otros sitios y bajo otras circunstancias, como en espacios de trabajo, residencias para adultos mayores, universidades o programas comunitarios, con la intención de disminuir los niveles de soledad, ansiedad y estrés.
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Terapia con perros en adolescentes con trastornos alimenticios
El Hospital Niño Jesús y la Universidad Rey Juan Carlos, realizaron un estudio para demostrar la efectividad de la terapia con animales en adolescentes que tienen trastornos de la conducta alimentaria (TCA).
Para el estudio, que contó con 32 pacientes, se realizaron dos grupos: uno de control, donde los pacientes no tuvieron contacto con los perros, pero sí llevaban terapias habituales en el hospital; y el grupo experimental, que tuvo 24 sesiones (de frecuencia semanal), donde tenían contacto con dos perros, realizando actividades con ellos (desde saludarlos, hasta peinarlos y enseñarles trucos).
Según confirmó la Dra. Beatriz Martínez, psiquiatra y coordinadora del Servicio de Psiquiatría y Piscología del Hospital Niño Jesús, se mostró que hubo mejoras significativas en cuanto a depresión y ansiedad, en relación al grupo control, donde las mejoras fueron menores.
De igual manera, se encontró que hubo mejorías en la relación de las pacientes con sus familiares, y también en otros ámbitos como los miedos respecto a sensaciones sobre su propio cuerpo, miedo a cambios corporales y la desconfianza hacia otros. También pudo notarse un aumento de peso beneficioso en aquellas pacientes que sufrían de bajo peso.
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Así mismo, los familiares de los pacientes también notaron mejoras en la calidad de vida de quienes recibieron la terapia asistida con animales.
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Los trastornos alimenticios en adolescentes
El Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH), informa que los trastornos de la alimentación, también llamados trastornos de la conducta alimentaria (TCA), son enfermedades que están caracterizadas por cambios en la forma en que una persona se relaciona con la comida y los alimentos.
Normalmente pueden caracterizarse por una preocupación exagerada y obsesiva por su físico, peso y su apariencia general, por lo que se crea una necesidad de control excesivo respecto a los alimentos que consumen, la forma en que se mira su cuerpo y el peso.
Estos trastornos, que pueden tener factores desencadenantes diversos, llegan a afectar física y mentalmente a las personas e, incluso, poner en riesgo la vida de las personas que los padecen.
Un trastorno de la conducta alimentaria puede darse a cualquier edad, sin importar, además, del género, peso corporal o el origen étnico; cualquier persona puede padecer uno de estos trastornos.
El NIH menciona que los trastornos más frecuentes son:
- Anorexia nerviosa. Caracterizada por personas que evitan, en general, comer. Hay una severa restricción de alimentos, y llegan a no comer o definitivamente comer cantidades muy pequeñas de ciertos alimentos. Se acompaña del temor a subir de peso, y de una percepción errónea del cuerpo, ya que se perciben como personas con sobrepeso incluso si en realidad están en bajo peso.
- Bulimia nerviosa. Estas personas suelen padecer episodios donde pierden el control sobre las cantidades de comida que consumen, teniendo atracones, pero para “compensar” el exceso de comida, recurren a acciones extremas para “limpiarse” como vómitos forzados, uso de laxantes o diuréticos, ayunos, ejercicio excesivo o una combinación de todos ellos. Una persona con bulimia nerviosa puede tener un peso saludable o sobrepeso.
- Trastorno por atracón. Estas personas tienden a perder el control sobre las cantidades de comida que consumen, siendo algo que se repite varias veces. A diferencia de la bulimia nerviosa, las personas que padecen este trastorno no buscan “purgarse” luego de los atracones, y por eso la mayoría tienen exceso de peso u obesidad.
- Trastorno por evitación y restricción de ingesta de alimentos. También conocido como “trastorno de alimentación selectiva”, es un problema en que las personas limitan el tipo y la cantidad de comidas que consumen. A diferencia de la anorexia nerviosa, aquí no existe una imagen corporal distorsionada, ni temor a aumentar de peso. Puede causar problemas de desarrollo en los niños, y en los adultos puede haber una carencia de calorías, lo que significa que el cuerpo no puede mantener las funciones básicas.
(Con información de: Instituto Nacional de Salud Mental, MayoClinic, Infosalus, Manual MSD)