“A lot going on at the moment” se lee en la playera que porta Ana Reyes. Una frase que para las y los seguidores de Taylor Swift tiene un mensaje significativo. Sus labios están pintados de rojo y suele mostrar una sonrisa ligera después de hablar. Se considera una persona tímida, pero hoy deja que las palabras se formulen en su boca para contar su historia como paciente trasplantada por enfermedad renal.
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En 2011, Ana Reyes estaba estudiando Nutrición en la Facultad de Salud Pública y Nutrición de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Sin embargo, su educación fue interrumpida cuando comenzaron los síntomas por enfermedad renal. Un diagnóstico de anemia meses después significaría atravesar por un cuadro de depresión antes de ser trasplantada por un riñón.
“Por ello, quiero que la gente conozca sobre las enfermedades renales. Evitar que la enfermedad los consuma y no deban vivir lo que viví. Por eso digo: la salud mental primero y después lo demás”, menciona Ana Reyes.
¿Qué es la enfermedad renal?
En 2011, Ana Reyes estaba estudiando el segundo semestre para formarse como nutrióloga, sin embargo, comenzó a tener molestias en su salud. Uno de los síntomas principales de la enfermedad renal fue la pérdida de peso. En pocos meses, Ana había bajado 10 kilos. En la primera revisión médica fue diagnosticada con anemia. Ante la continuación de síntomas, como fatiga y diarrea Ana Reyes fue sometida a otros estudios donde detectaron la enfermedad renal.
“A pesar de tener tratamiento, la hemoglobina continuaba disminuyendo. Me mandaron a hematología para detectar leucemia, pero ahí encontraron que no era por ello. En nefrología detectan que era enfermedad renal en etapa 5. Quedé en shock cuando recibí el diagnóstico”
De acuerdo con National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases, una persona tiene una enfermedad renal cuando la función de los riñones disminuye a menos de un 15% de lo normal. Ante la acumulación de toxinas y el exceso de agua en el organismo, la persona puede desarrollar síntomas. Dependiendo del grado de daño, la persona puede someterse a tres opciones de tratamiento hemodiálisis, diálisis peritoneal y/o trasplante de riñón.
Adrián Rodríguez, médico especialista en Nefrología egresado del Hospital de Especialidades CMN La Raza explica que existen 5 grados de enfermedad renal. Aunque se espera que los síntomas aparezcan en el grado 1, los síntomas empiezan en el grado 3, como cansancio, deficiencia de glóbulos rojos, dolor de cabeza, presión elevada, falta de apetito o náuseas por las toxinas presentes en el cuerpo.
“Solemos decir que el gran problema del riñón es que es muy traicionero. No nos avisa por la falta de síntomas. Por ello, recomendamos a nuestros pacientes desde etapas tempranas realizarse chequeos rutinarios”, menciona el experto.
Los diversos síntomas pueden relacionarse con las diversas funciones de los riñones. Por ejemplo, Adrián Rodríguez explica que los riñones producen una hormona que permite la maduración de los glóbulos rojos. Cuando esta hormona empieza a disminuir, especialmente durante la enfermedad renal, existe una deficiencia de glóbulos rojos y con ello los pacientes inician con anemia.
“La función mayor de los riñones es eliminar toxinas a través de la orina, pero los riñones realizan otras funciones importantísimas, como la absorción de calcio o la síntesis de vitaminas. Por lo tanto, cuando un paciente tiene alguna enfermedad renal, puede desarrollar diversos problemas que sean indicadores de enfermedad renal.”
La primera alternativa de terapia para la enfermedad renal de Ana Reyes fue la diálisis, pero no funcionó. Ante la falta de resultados, continuó la hemodiálisis. La pérdida de salud, en palabras de Ana, fue un motivo para entrar en cuadro de depresión que duró más de un año.
“No saber qué estaba pasando y el no tener información impactó mi estado de ánimo", expresa Ana Reyes.
National Institute of Mental Health informa que el riesgo de depresión aumenta cuando las personas viven con enfermedades médicas, especialmente si son crónicas. Además, algunos medicamentos para tratar una enfermedad también pueden producir depresión. Estos síntomas pueden disminuir conforme la persona se adapta o recibe tratamiento para su enfermedad. Sin embargo, un enfoque colaborativo que incluya atención de salud física y mental puede mejorar la salud en general.
“Antes del trasplante, durante el proceso de trasplante y después del trasplante, es necesario el acompañamiento psicológico debido a los cambios e incertidumbre que las personas podemos vivir”, expresa Ana.
Durante la hemodiálisis Ana Reyes realizó una lista con 15 cosas que le gustaría hacer cuando acabara su tratamiento. Al estar todos los días en el hospital, parecía que lo iba a cumplir en menor tiempo de lo que esperaba, pero el tiempo se alargó. Ana Reyes necesitaba un trasplante de riñón.
¿Qué significa el trasplante de riñón?
Según el Registro Nacional de Trasplantes (SENATRA), actualmente hay 19,914 personas en México que requieren un trasplante para mejorar su calidad de vida o salvarla. El mayor número de personas en espera corresponde a los trasplantes de riñón con 16,680 pacientes.
MedlinePlus informa que un trasplante es un procedimiento realizado para reemplazar uno de los órganos con el órgano sano de otra persona. Sin embargo, la cirugía es solo una parte de un proceso complejo y prolongado que requiere la atención y seguimiento de diversos especialistas para prepararse para el procedimiento antes, durante y después la cirugía.
En 2016 Ana Reyes tenía un estado favorable física y mentalmente para ser acreedora a un trasplante. Mediante el Seguro Popular pudo recibir atención en el Hospital Universitario ‘Dr. José Eleuterio González’ donde le realizaron diversos estudios para evaluar su estatus de salud y socioeconómico. Con la ayuda de eventos de beneficencia organizados por ella y sus seres cercanos, pudo solventar los estudios de laboratorio y la operación.
“Durante mi estadía conocí a otro paciente quien me decía: ‘no tengas miedo. Trasplantarte es lo mejor que puedas hacer’. A inicios de 2016 recibí la primera llamada para ser acreedora, pero no congeniaba. En marzo del mismo año me confirmaron que podría realizarse la operación. Fue la mejor emoción que he tenido. Era un shock, pero ahora de alegría”
El doctor Adrián Rodríguez detalla que, en el caso de los riñones, no puede detenerse el daño. De hecho, en pacientes o personas sanas, a partir de los 40 años disminuye un mililitro por año el funcionamiento de los riñones. Por lo cual, cuando existen 20 mililitros a 25 mililitros puede iniciarse un protocolo de trasplante por donante fallecido o donante vivo. Si existe un cuidado adecuado de los riñones, las personas pueden evitar llegar a una terapia sustitutiva, como diálisis o hemodiálisis.
¿Qué significa la donación de órganos?
La donación de órganos es, según American Kidney Fund, una cirugía donde es tomado un órgano sano de una persona donante y se pone en el cuerpo de una persona receptora cuyo órgano ha dejado de funcionar. El donante del órgano puede estar vivo o haber fallecido. En México, para ser donante las personas pueden registrarse voluntariamente en el portal del Centro Nacional de Trasplantes.
Como una manera para crear conciencia sobre la necesidad que tienen personas con enfermedades crónicas o terminales de un trasplante para continuar viviendo y con ello fomentar la donación de órganos, tejidos y células, a partir de 2006 la Organización Mundial de la Salud instauró el Día Mundial de Pacientes Trasplantados, informa Secretaría de Salud.
Un espacio dedicado al trasplante y donación de órganos es el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). José Arturo Velázquez García, especialista a cargo de la Coordinación de Donación y Trasplantes de órganos tejidos y células del IMSS explica que la institución de salud tiene 87 licencias sanitarias de donación las cuales son organizadas por 71 coordinadores hospitalarios de donación. Estas últimas son unidades donde obtienen órganos para ofrecerlos al instituto y otras instituciones de salud para realizar los trasplantes necesarios.
Para realizar la donación multiorgánica o una donación parcial, se sigue un protocolo para garantizar la donación conforme a la ley. A partir de los 18 años hasta los 65 años, las personas pueden donar un riñón, un segmento de hígado o médula ósea para beneficiar a algún receptor que lo necesite.
En el caso de la donación por un donante fallecido, subraya Velázquez García, la ley faculta al familiar directo para firmar una autorización con el fin de llevar a cabo esta donación. La donación puede realizarse por parada cardíaca o muerte encefálica. Personas entre 2 a 80 años pueden donar corazón, hígado, riñón, páncreas, pulmón, córneas válvulas cardíacas, tendones huesos, entre otros.
Tras ser trasplantada y continuar su tratamiento, Ana Reyes cumplió 8 años desde su trasplante de riñón. El trasplante y la donación permitieron que regresara a estudiar Nutrición e iniciara su vida laboral. Por disposición oficial, Ana no pudo conocer la familia del donante, pero les recuerda en cada acción que realiza.
“Me dijeron que les podía escribir una carta. En ella, les agradecía y les compartía que su familiar no iba a estar físicamente, pero iba a estar en mí de alguna manera. Cada que cumplo un año pienso en el donante, su familia que me donó su órgano y me recuerdo: yo voy a hacer, yo me voy a cuidar y yo voy a salir adelante”
¿Qué hacer para mantener mis riñones sanos?
Actualmente Ana Reyes continúa yendo a sus citas de chequeo, continúa con tratamientos, toma sus fármacos, realiza sus estudios de laboratorio y cuida su alimentación. Tras vivir un proceso acompañado por la depresión, aconseja a pacientes trasplantados o cerca de ser trasplantados, apegarse a las indicaciones de especialistas. Así como acompañarse con personas que tienen la misma enfermedad para combatir esa soledad.
“Durante la depresión, me sentía muy sola, pero había mucha gente que me apoyaba. Ir a la asociación DONAR me permitió estar más segura al momento de mi trasplante. Ahora que veo la lista que realicé cuando estuve en hemodiálisis, me siento muy feliz porque he cumplido aquello que me proponía.”
‘DONAR Asociación de Trasplantes A.C.’ es una organización que otorga apoyo emocional, psicológico y económico tanto a pacientes trasplantados, como familias. Mediante DONAR, Ana Reyes comenzó a combatir ese miedo que sentía por la desinformación y decidió iniciar su proceso para ser una persona trasplantada.
“Donen porque le puedan dar vida a otra persona”, son las palabras que subraya Ana Reyes, pues a ella un donador le permitió continuar su vida. Por su parte, el doctor José Arturo Velázquez García deja el siguiente mensaje:
“Cuando nosotros donamos lo más preciado que tenemos, como algún órgano o tejido de nuestro propio cuerpo, eso es un acto de amor que no puede ser evaluado. Es la máxima manifestación de amor hacia los semejantes. Es el mayor acto de amor que podemos ofrecer a nuestra humanidad el donar un órgano para beneficiar a un ser humano que ni siquiera sabemos quién es y no conocemos y que le vamos a brindar una felicidad a esa familia. Esa persona que recibió el órgano va a tener la posibilidad de reintegrarse a su vida personal social e incluso laboral”
Por su parte, Adrián Rodríguez, quien también es médico adscrito al Departamento de Nefrología Hospital General de México, revela que la enfermedad renal puede duplicarse en los próximos 15 años por lo cual considera que la prevención es necesaria mediante el cuidado de los riñones, por ejemplo:
- Llevar una alimentación saludable y balanceada donde exista una variedad de verduras, frutas y proteínas presentes en el pollo, pescado, carne de res o carne de cerdo
- Realizar ejercicio: fomentar 150 minutos de actividad los cuales pueden estar divididos en tres a cuatro días con sesiones de 30 minutos
- Evitar fumar: el tabaquismo también impacta a los riñones porque se depositan moléculas tóxicas
- Evitar o disminuir refrescos, alimentos procesados evitarlos y embutidos
Ana Reyes se suma este mensaje de cuidar la salud, enfatizando que “cuidarte permite disfrutar más la vida “. Además, destaca la relevancia de tener empatía hacia pacientes con algún problema de salud, así como pensar en el acompañamiento psicológico y nutricional en cualquier etapa.
“Las y los pacientes pasan por una etapa de duelo tras perder la salud. La quieren de vuelta. A veces no saben cómo canalizar esas emociones y es necesario comprender su duelo. Tampoco debemos olvidar a las y los cuidadores. Cuidar a un enfermo no es fácil, por lo cual es necesario que se cuiden, descansen, se alimenten y nosotros los apoyemos”
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