INFARTO CEREBRAL

'Tardaron dos días en diagnosticarme un infarto cerebral'

Jorge empezó a sentir la mitad del cuerpo adormecido una madrugada y aunque fue al médico unas horas más tarde, no fue diagnosticado hasta dos días después con un infarto cerebral, una de las principales causas de muerte y discapacidad en el mundo

Cada 25 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Enfermedad Vascular Cerebral.
Cada 25 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Enfermedad Vascular Cerebral. Créditos: Especial
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Una madrugada de febrero de 2024, Jorge despertó porque sintió el lado izquierdo de su cuerpo paralizado. Se levantó, pero al no tener otras molestias ni saber lo que le pasaba, volvió a acostarse. No le dolía nada, pero estaba sufriendo un infarto cerebral a sus 57 años.

A tan solo tres meses del episodio, el paciente relata en entrevista con Sumédico cómo ha sido su recuperación y cómo se perdió tiempo valioso de atención médica cuando empezó a presentar los primeros síntomas debido al desconocimiento que hay sobre el padecimiento, incluso en el personal médico.

“Aproximadamente a las 3 de la madrugada desperté porque sentía todo el lado izquierdo de mi cuerpo adormecido y como uno desconoce el tema, me levanté, pero no fui al médico, volví a acostarme. En la mañana fui a trabajar, me mandaron al médico pero al no detectar nada, me regresaron a casa”, recuerda. 

Con el fin de sensibilizar y concientizar a la población y al personal de salud sobre este padecimiento, cada 25 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Enfermedad Vascular Cerebral (EVC), un padecimiento que, si no se atiende en las primeras horas, puede causar discapacidad o la muerte. 

¿Qué es la EVC? Infarto cerebral y hemorragia

De acuerdo con el doctor Carlos Espinoza, vicepresidente de la Asociación Mexicana de Enfermedad Vascular Cerebral (AMEVASC), la Enfermedad Vascular Cerebral es el conjunto de síntomas causados por una alteración focal del flujo sanguíneo al cerebro y se puede dividir en dos:

  1. Infarto cerebral, que ocurre cuando se obstruye una arteria y no llega de manera focal el flujo de sangre.
  2. Hemorragia cerebral, que se da cuando hay ruptura de una arteria. 

Por su parte, también hay dos tipos de hemorragia cerebral, que son la intracerebral, que genera un hematoma o un cúmulo de sangre dentro del cerebro y la hemorragia subaracnoidea, que ocurre en las cubiertas del cerebro. 

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Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señalan que la tasa de incidencia en México de la Enfermedad Vascular Cerebral es de 16 casos por cada 100 mil habitantes, sin embargo, eso es solo en cuanto a gente que muere por esta causa, lo que significa que la incidencia es mucho más alta.

“Además, no siempre se considera el EVC como principal causa de muerte, ya que, si el paciente tenía otras enfermedades como diabetes, automáticamente ello se convierte en la causa de defunción; de hecho, un estudio realizado en Durango, encontró que había al menos 214 casos por cada 100 mil habitantes”, menciona el doctor Espinoza. 

La Secretaría de Salud menciona que cada año en nuestro país se registran 170 mil casos de infarto cerebral y de ellos, tres de cada cuatro sufren discapacidad total, grave o moderada por esta causa. Anualmente ocurren 38 mil fallecimientos por esta causa en México, con incidencia mayor en hombres mayores de 65 años. 

Al respecto, el INEGI confirma que la EVC es la sexta causa de muerte a nivel nacional, mientras que, a nivel mundial, es la segunda causa de muerte, de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS)

“Es un problema relevante porque no nada más son las muertes que causa, sino que el EVC también se considera la principal causa de discapacidad en los adultos, debido a las secuelas que deja”, apunta el experto.

“Me diagnosticaron un infarto cerebral dos días después”

Jorge se levantó temprano para ir al trabajo como todos los días luego de sentir la mitad de su cuerpo adormecido en la madrugada, sin embargo, la molestia persistía y lo enviaron directamente al médico.  

“No recuerdo mucho, pero fui a un consultorio médico, no a un hospital, como a eso de las 10 u 11 de la mañana y ahí me dijeron que era por dolores estomacales agudos, sin embargo, yo no tenía esos síntomas y le volví a explicar al médico la situación. Me hicieron electrocardiograma y otras revisiones, pero todo salió bien”, señala el paciente.

Jorge, paciente de infarto cerebral

Debido a los resultados que no mostraban problemas, el médico envió de regreso a casa a Jorge, pero sin ninguna indicación de reposo, por lo que, al día siguiente, se tuvo que presentar a su trabajo normalmente.

“Me levanté temprano como siempre y seguía con los síntomas, sin darme cuenta que estaba avanzando más la enfermedad”, relata.

“Como pude me afeité y me bañé, pero tenía muy poco equilibrio y seguía sintiendo mi pierna y brazo izquierdos con adormecimiento, igual que la mitad de la cara. Fui al trabajo, pero de nuevo me regresaron a casa y mi hija buscó un médico particular, pero nos atendían hasta muy tarde, así que volvimos al consultorio donde me atendieron el día anterior y me derivaron a un hospital”, agrega.

El hospital al que mandaron a Jorge estaba en otra ciudad y debido a que se determinó que era una emergencia, tuvo que ser trasladado en una ambulancia.

“Empecé con los síntomas un martes y fue hasta el jueves en la tarde que llegué al hospital, donde pasé la noche y al día siguiente me hicieron otra vez exámenes y en todos salí bien, hasta que me hicieron una resonancia magnética donde al fin se determinó que sufría un infarto cerebral”, recuerda.

Se detectó que Jorge tenía un trombo o un coágulo de sangre que estaba obstruyendo una arteria en el cerebro, lo que causó el infarto cerebral.

¿Qué síntomas dan el infarto y hemorragia cerebral?

El doctor Espinoza destaca que algunos síntomas son comunes en cualquier tipo de Enfermedad Vascular Cerebral, principalmente el inicio súbito o de golpe de manifestaciones como: 

  • Debilidad en un lado del cuerpo
  • Deficiencia de movimiento del brazo o pierna
  • Deficiencia de la movilidad de la cara
  • Deficiencia de la visión o ver nada más la mitad de las cosas
  • Falta de coordinación en los movimientos en la mitad del cuerpo
  • Alteración del lenguaje
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En el caso específico de los pacientes con hemorragia cerebral, puede presentarse además náusea, vómito y dolor de cabeza.

En la hemorragia subaracnoidea, que es mucho menos frecuente, los pacientes experimentan un fuerte dolor de cabeza, rigidez de nuca intensa y muchas veces, pérdida de la conciencia.

Personas jóvenes también pueden tener EVC  

La Enfermedad Vascular Cerebral es más común en la población mayor de 55 años, de hecho, a partir de esta edad, por cada década el riesgo se va duplicando. Se presenta más en hombres, pero después de la menopausia, las mujeres tienen el mismo riesgo.

“Aunque es más común en personas mayores, no quiere decir que no ocurra en jóvenes, he tenido pacientes de 17, 20 o 30 años, que llegan con los síntomas de infarto o hemorragia cerebral”, alerta el especialista.

Los factores no modificables para la EVC son la edad, el sexo, los antecedentes familiares y la etnia, ya que los hispanos tenemos más riesgo que los caucásicos, mientras que los afroamericanos tienen más riesgo que todos los demás.

Por su parte, los factores que son modificables incluyen el tabaquismo, la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, el abuso de alcohol y el colesterol LDL o “malo” elevado. 

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“Tan solo quitando estos factores disminuimos en un 80% la incidencia de la enfermedad vascular cerebral”, refiere el doctor Espinoza. 

Otro factor es la fibrilación auricular, un padecimiento común en la edad avanzada, especialmente después de los 80 años y que hace que el corazón empiece a latir de manera muy caótica. 

En el caso de Jorge, asegura que vivía con mucho estrés, no paraba, pero lo que más se relaciona con el infarto cerebral que sufrió fue una subida de presión muy alta.

Síntomas deben atenderse en las primeras horas

Con todo el tiempo de espera desde que despertó con los síntomas y hasta que llegó al hospital y el diagnóstico, Jorge ya no tenía movilidad en su cuerpo cuando fue diagnosticado, estaba en silla de ruedas, tenía dificultad para hablar y el lado izquierdo totalmente paralizado.

En ese sentido, el doctor Espinoza destaca que la enfermedad cerebrovascular es tiempo dependiente, es decir, cuanto más rápido lleguemos al hospital y nos den tratamiento, más probabilidad de revertir los síntomas por completo o al menos reducir la carga de lesión.

“Lamentablemente es común que cuando un familiar tiene síntomas como dificultad para mover la mitad del cuerpo o para hablar, creemos que lo mejor es acostarlo para que se le pase y ya hasta que vemos que pasa un día y sigue igual, lo llevamos al médico, pero ya hay más riesgo de secuelas”, menciona.

Lo ideal es recibir atención en máximo cuatro horas y media después de que empezaron los síntomas, para que se pueda brindar un medicamento que deshace el coágulo en el cerebro y reestablece la circulación.

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Antes es importante hacer una tomografía de cráneo para descartar alteraciones importantes o una hemorragia.

En caso de que recibamos atención después de ese tiempo o que el paciente ya no pueda hablar para explicar sus síntomas, se hace una resonancia magnética para ver a detalle cómo evoluciona la lesión en el tejido y dar tratamiento.

“Si el medicamento no hace efecto, hacemos un cateterismo para extraer el coágulo, aunque en este caso se requiere más tecnología, pero vemos una recuperación exitosa hasta en 24 horas”, asegura el experto. 

El paciente que no recibe tratamiento, tiene un 54% de probabilidades de morir o de desarrollar discapacidad grave; si se trata con medicamento en las primeras tres horas, 33% se recuperan por completo o quedan con secuelas mínimas y si se trata cuatro horas y media después, las posibilidades de recuperación son de 16%.

“Mientras antes se atiendan los síntomas, mejor”, puntualiza Espinoza. 

“Tenía que volver a aprender a caminar”

Una vez que Jorge recibió el diagnóstico, le administraron varios medicamentos para estabilizarlo y varios días después fue dado de alta, comenzando así una nueva etapa en su vida con muchos retos.

“Después de un infarto cerebral te sientes muy incapacitado, no puedes ser autosuficiente, afortunadamente yo cuento con un núcleo familiar que me apoyó mucho, además de que me aferré mucho a la fe en Dios y así pude tener convicción para salir adelante y luchar”, relata.  

El primer desafío de este paciente fue intentar ponerse de pie y lo logró, aunque asegura que fue partir de cero. “Di muy pocos pasos, tambaleaba mucho, tenía que volver a aprender a caminar”. 

De ahí empezaron muchos desafíos más, como poder ir al baño solo y realizar su aseo personal. “En la parte emocional yo estaba muy mal, pero todos los días rogaba a Dios y seguía luchando”, dice.

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Otro de los problemas a los que se enfrentó Jorge es que tardaron un mes en llamarlo del hospital para comenzar con su rehabilitación, sin embargo, él no dejó pasar el tiempo y realizó por su cuenta ejercicios de terapia en casa. 

“Hice ejercicios cada mañana y tarde, se volvió una rutina, aproveché lo que aprendí mientras estuve en el hospital para recuperarme, porque tuve terapia dos veces, así que ya traía una base. No me iba a quedar un mes sin avanzar y eso fue fundamental para mi recuperación”, destaca. 

Cuando Jorge llegó a su rehabilitación en el hospital, los médicos se sorprendieron de su estado, ya que había tenido una mejoría significativa con las terapias que hizo en casa.

¿Qué secuelas deja la EVC?

Las secuelas más comunes incluyen deficiencia del movimiento o parálisis total de una parte del cuerpo, mayor riesgo de demencia o de una discapacidad intelectual a largo plazo y dificultad en el lenguaje.

Si el paciente requiere estar hospitalizado mucho tiempo porque la lesión en el cerebro es grave, se suman otras complicaciones, apunta el doctor Espinoza, como infecciones respiratorias y urinarias y los efectos negativos de estar postrado varios días o semanas.

En el caso de Jorge menciona que, aunque tiene buena marcha al caminar, todavía sufre una falta de equilibrio porque su pierna no está completamente recuperada; por su parte, en su brazo izquierdo persiste una pesadez o sensación de que está adormecido, así que tiene movilidad reducida. 

 “Tengo que cuidarme mucho y estar en controles médicos regularmente”, apunta.

No se debe esperar a que los síntomas pasen 

La Asociación Mexicana de Enfermedad Vascular Cerebral (AMEVASC) realiza muchas actividades para sensibilizar y capacitar al personal médico sobre los síntomas del EVC, “porque todos conocemos los síntomas de un infarto, pero no los de un ECV”, dice el doctor Espinoza.

En el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) también se tiene el programa Código Cerebro que busca actualizar a los médicos para detectar los síntomas y atender más rápido a los pacientes. 

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“Estamos trabajando mucho al respecto, pero todavía falta, necesitamos difundir más que no debemos esperar a que los síntomas pasen, inmediatamente hay que ir al hospital, no a un consultorio de farmacia, sino a una institución donde cuenten con personal capacitado y el equipo necesario para dar atención. Es una urgencia absoluta”, alerta el experto.

Lo más importante es la prevención y para ello, “tenemos que empezar a llevar una vida sana, modificar los factores de riesgo, esto significa tener una buena dieta baja en sal, hacer actividad física, dejar de fumar y controlar la hipertensión y la diabetes en caso de padecerlas”.

A los pacientes que ya tuvieron un episodio de infarto o hemorragia cerebral, el doctor Espinoza les recuerda que “el camino no ha acabado, requieren de rehabilitación y de tomar los medicamentos que indica el médico, no suspenderlos para disminuir el riesgo de que se repita. 

“Ánimo, no están solos, los médicos estamos trabajando para ustedes”, señala. 

Por su parte, Jorge, quien sigue en rehabilitación, afirma con emoción que “todos los días nace un nuevo día y cada día, nace una nueva oportunidad, el resto depende de nosotros, hay que ser fuertes, es una situación muy dolorosa y complicada, pero toca sacar las garras y salir adelante”. 

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