El lenguaje cinematográfico cuenta con varios elementos que van más allá de lo visual, el sonido es parte fundamental de las películas, pero te imaginas disfrutar de un film escuchándolo, eso es posible e incluye a las personas que viven con discapacidad visual. La Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) determinó que las películas que se exhiben en complejos cinematográficos, además de estar dobladas al español o subtituladas, también deben ofrecerse dobladas con audiodescripción para lograr la accesibilidad efectiva de las personas con discapacidad visual.
La resolución fue aprobada el miércoles 6 de marzo por la SCJN, los ministros avalaron el proyecto de la ministra Yasmín Esquivel Mossa para amparar a Horacio ‘N’, un hombre que vive con discapacidad visual desde hace 16 años y se determinó que las salas de cine deberán facilitar audífonos y reproductores de audio para que las personas con baja visión o con ceguera puedan entender lo que ocurre en las pantallas.
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Esquivel Mossa señaló que la Ley Federal de Cinematografía ya establece algunos criterios para que las personas con discapacidad auditiva tengan una experiencia placentera al ir al cine, pero que no se tomó en cuenta a quienes viven con discapacidad visual y las barreras que enfrentan en el día a día.
La sentencia señala que “la decisión constituye una medida de accesibilidad que permite al Estado mexicano cumplir su deber de garantizar el derecho a la accesibilidad de las personas con discapacidad visual, y no debe ser interpretada como absoluta, puesto que las películas seguirán exhibiéndose en su lengua original”, se explicó en un comunicado de la Corte, para hacer cumplir lo recién aprobado las autoridades deberán vigilar que las proyecciones de películas con audiodescripción sean en horarios accesibles para las personas con discapacidad en los distintos centros de exhibición.
¿Qué es la audiodescripción?
En una función de accesibilidad se insertan narraciones que describen la imagen que se está proyectando en la pantalla, así se disfruta el una película y no sólo se escuchan diálogos en el caso de las personas que viven con una discapacidad visual.
En México iniciativas civiles cómo Cine para Imaginar y Laboratorio de lo Invisible son proyectos de mediación y accesibilidad de producciones cinematográficas para su goce y disfrute por personas con ceguera o baja visión y personas de la comunidad sorda. El colectivo tiene la propuesta de expandir el cine, para que todas las personas puedan participar de él, al tiempo que nos invitan a ser conscientes de la diversidad que existe en nuestra sociedad.
Cine para Imaginar desde hace algunos años otorga talleres para diseñar estrategias de accesibilidad en iniciativas, espacios o proyectos audiovisuales que puedan expandirse a personas con discapacidad visual y personas de la Comunidad Sorda.
Experiencia de la accesibilidad en el cine
En la página del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) se explica que el proyecto de Cine para Imaginar nació en Puebla y ha adaptado algunos títulos del cine mexicano contemporáneo como: Titixe de Tania Hernández Velasco, Ana y Bruno de Carlos Carrera, La hora de la siesta de Carolina Platt, Nudo Mixteco de Ángeles Cruz, Yo no soy guapo de Joyce García, Los lobos de Samuel Kishi, Kuxlejal de Elke Franke, El sembrador de Melissa Elizondo y El Rey del Barrio, de Gilberto Martínez Solares, esta última es un clásico del cine de oro mexicano y fue exhibida en una función con accesibilidad en la inaguración del la quinta edición del Festival del Cine de Barrio.
"En 2010 Jorge Lanzagorta, una persona ciega de Puebla, hizo su tesis de licenciatura sobre accesibilidad en el cine. En México no había ningún proyecto así, pero en España y varios países de Latinoamérica, como Cuba, ya había audiodescripción. Jorge invitó a un grupo de personas, entre ellas yo y otros amigos. Todo era autodidacta y mucho del proyecto ha sido así, pero desde el inicio ha habido personas con discapacidad en el grupo, eso nos ha hecho aprender de sus experiencias", señaló para un artículo del IMCINE, Dana Albicker, cofundadora del proyecto Cine para imaginar
Dana explica cómo es hacer accesibilidad para una película: “Para la audiodescripción tenemos que ver la peli varias veces y después trabajamos el guión con personas ciegas. Quienes hacen la mediación ven la película con los sordos. Por ejemplo, para las películas del norte tienes que buscar a un sordo del norte, porque hay señas que son de allá. Después hacemos la grabación de audiodescripción con locutores y la grabación de señas. Toda la edición se pone en una sola película, y otro equipo hace los subtítulos para sordos, entonces tenemos estos tres grupos, somos unas quince personas”.