La fatiga es un síntoma frecuente en distintas enfermedades, pero un estudio recién publicado en la revista SpringerLink, encontró que en algunos pacientes “los niveles de fatiga pueden haber sido alterados por el estrés mental relacionado con la pandemia de covid-19, la aparición de fatiga como un evento adverso después de la vacunación o asociado con la condición posterior a covid".
“Las miopatías inflamatorias idiopáticas (IIM, por sus siglas en inglés) confieren un riesgo significativo de discapacidad y mala calidad de vida, aunque la fatiga, un factor contribuyente importante, sigue sin notificarse en estos individuos”, se lee en el estudio.
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La revista Reumatología Clínica explica que las miopatías inflamatorias idiopáticas son un grupo heterogéneo de enfermedades cuya principal característica es la debilidad muscular y la identificación de una inflamación subyacente en la biopsia muscular.
"Aunque el principal órgano diana es el músculo, la piel y el pulmón, entre otros órganos internos, se afectan con frecuencia, por lo que las miopatías inflamatorias se consideran enfermedades sistémicas", puntualizan.
En qué se centró el estudio
El estudio COVAD se enfocó principalmente en estudiar los eventos adversos asociados con la vacunación contra la covid-19. Por lo tanto, los niveles de fatiga se evaluaron en el período posterior a la vacunación y, en muchos casos, después de la infección por SARS-CoV-2.
Cabe aclarar, que la fatiga en pacientes con MII puede deberse a una enfermedad activa, daño debido a una enfermedad prolongada o comorbilidades asociadas, como la fibromialgia, así como otros posibles factores de confusión.
Una precisión que se realiza en la publicación es que el estudio COVAD “no fue diseñado específicamente para estudiar la fatiga, nuestro estudio fue diseñado para explorar las relaciones entre estos factores y triangular la etiología de la fatiga”.
Más conclusiones
El estudio se aplicó a 6 mil 988 encuestados, la edad media de los pacientes fue de 43,8 años y se encontró que "la carga de fatiga era similar en pacientes con IIM y otras enfermedades autoinmunes sistémicas (SAID)”. Los puntajes de fatiga más altos se presentaron en mujeres y caucásicos, los puntajes comparativamente más bajos en aquellos de etnia asiática e hispana.
“Las enfermedades crónicas a menudo se asocian con una mala calidad de vida relacionada con la salud, tanto cuando se evalúan con instrumentos genéricos como específicos, siendo la fatiga un factor contribuyente importante. La fatiga es reportada casi universalmente por pacientes con SAID y, a menudo, es una de sus principales preocupaciones”, señala el estudio.
“Casi dos tercios de los pacientes con SAID describen la fatiga como profunda, debilitante y un desafío para la actividad diaria, lo que lleva a una reducción de su actividad social, física y laboral. La inflamación sistémica y la fatiga coexisten en pacientes con SAID, y existe un interés creciente en descifrar las relaciones entre los tipos de fatiga experimentados y las vías inmunológicas, celulares y neurofisiológicas involucradas”, concluye el estudio.