La presión arterial alta, conocida médicamente como hipertensión, puede dañar de manera discreta el organismo durante años antes de que se manifiesten los síntomas, alerta Mayo Clinic y ahora, expertos revelan que hay daños específicos en el cerebro por esta enfermedad.
Un estudio publicado en la Revista “European Heart Journal” profundiza sobre el papel de la hipertensión arterial en el deterioro de ciertas regiones del cerebro y su contribución al desarrollo de la demencia.
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“Mediante esta combinación de técnicas de imagen, genéticas y observacionales, identificamos partes específicas del cerebro las cuales se ven afectadas por aumentos de la presión arterial, entre ellas unas zonas denominadas putamen y regiones específicas de la sustancia blanca”, menciona Tomasz Guzik, quien dirigió la investigación, según Infosalus.
Hipertensión, un panorama general sobre la enfermedad
La hipertensión arterial, de acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social, es una enfermedad crónica donde aumenta la presión con la que el corazón bombea sangre a las arterias. Es una enfermedad que puede o no presentar síntomas, revela la institución de salud. Algunos pueden ser:
- Dolor de cabeza intenso
- Mareo
- Zumbido de oídos
- Sensación de ver lucecitas
- Visión borrosa
- Dolor en el pecho y/o lumbar
- Tobillos hinchados
En México, de acuerdo con la Secretaría de Salud, más de 30 millones de personas viven con hipertensión arterial, es decir una de cada cuatro donde el 46% desconoce que tiene este padecimiento.
Si la enfermedad crónica no es controlada o tratada puede causar infarto al miocardio, ensanchamiento del corazón, insuficiencia cardíaca, embolia o arritmia. Ahora este estudio revela sus afecciones en el cerebro y cómo sucede esto
Hipertensión arterial y posibles daños en el cerebro
El equipo internacional de investigación utilizó datos de imágenes de resonancia magnética cerebral de más de 30.000 participantes y aleatorización mendeliana.
“La aleatorización mendeliano es una forma de utilizar información genética para comprender si algo está causando un efecto determinado o si el efecto es sólo una coincidencia. Funciona a través de la información genética de una persona para ver si existe una relación entre los genes que predisponen a una presión arterial”, comenta Tomasz Guzik.
Bajo esto, la comunidad científica descubrió que existen cambios en nueve partes del cerebro los cuales están relacionados con la presión arterial y una deficiencia en la función cognitiva. Entre estas estaba identificada el putamen, una estructura cerebral que tiene como función la preparación y ejecución de los movimientos de las extremidades, de acuerdo con Psicología y Mente.
Otras zonas afectadas fueron la radiación talámica anterior, corona radiata anterior y la extremidad anterior de la cápsula interna. Zonas que envían señales al cerebro y ayudan a la planificación de tareas cotidianas, así como a la toma de decisiones y gestión de emociones.
“Este estudio demuestra que determinadas regiones del cerebro corren un riesgo elevado al sufrir daños por presión arterial. Esto puede ayudar a identificar a las personas con riesgo de deterioro cognitivo en las fases más tempranas. En un futuro, poder dirigir terapias de manera eficaz”, concluyó Joanna Wardlaw, coautora del estudio.
(Con información del Instituto Mexicano del Seguro Social, Secretaría de Salud, Psicología y Mente, Infosalus)