¿Te imaginas poder revivir un virus que estuvo presente en la tierra hace miles de años? Jean-Michel Claverie, profesor emérito de medicina y genómica en la Facultad de Medicina de la Universidad de Aix-Marseille en Marsella, Francia, ya hizo esta hazaña. Su trabajo consistió en analizar muestras de tierra tomadas del permafrost siberian —una capa congelada de suelo bajo tierra— para ver si había partículas virales que sigan siendo infecciosas. Lo que encontró lo describe como los "virus zombies".
Cómo ya se ha mencionado, estos virus se encontraban en el permafrost, que funciona como una especie de cápsula del tiempo que conserva virus antiguos y los restos momificados de varios animales extintos. Además, cubre una quinta parte del hemisferio norte y ha sustentado la tundra ártica y los bosques boreales de Alaska, Canadá y Rusia durante milenios.
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Lo que permitió conservar a los virus durante miles de años es que el permafrost es un buen medio de conservación por las bajas temperaturas y por tener un ambiente libre de oxígeno en el que no penetra la luz.
Hallazgos y preocupación
El descubrimiento de los virus gigantes está a cargo de los doctores Jean-Michel Claverie y Chantal Abergel de la Universidad Aix-Marseille en France y se explica a detalle en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Los virus cultivados hasta ahora solo afectan a las amebas, aunque uno de esos grandes virus fue llamado Acanthamoeba polyphaga mimivirus y está relacionado con la neumonía en humanos. Claverie teme que la gente considere su investigación como una curiosidad científica y no vean la posibilidad de que antiguos virus vuelvan a la vida como una grave amenaza para la salud pública.
En el 2003 Jean-Michel Claverie descubrió por primera vez a los virus gigantes, que y son mucho más grandes que la variedad típica, además, son visibles con un microscopio de luz normal.
Claverie inspiró su investigación en la previamente hecha por un equipo de científicos rusos que en 2012 revivió una flor silvestre a partir de un tejido de semilla de 30.000 años encontrado en la madriguera de una ardilla. Otro esfuerzo de estos científicos es haber traído a la vida con éxito a antiguos animales microscópicos.
En 2014, Claverie, junto con su equipo lograron revivir un virus que aislaron del permafrost, y lo volvieron infeccioso por primera vez en 30.000 años al insertarlo en células cultivadas. Por motivos de seguridad, eligió estudiar un virus que solo podía atacar a las amebas unicelulares, no a los animales ni a los humanos.
En el 2015, aislaron un tipo de virus diferente que también atacaba a las amebas. Su última investigación, publicada el 18 de febrero en la revista Viruses, Claverie y su equipo aislaron varias cepas de virus antiguos de múltiples muestras de permafrost tomadas de siete lugares diferentes en Siberia y demostraron que cada uno podía infectar células de ameba cultivadas.
(Con información de CNN)