¿Sabías que casi la mitad de mexicanos podrían estar en riesgo de hígado graso? La principal causa son las alteraciones metabólicas como el sobrepeso, la diabetes y el colesterol alto, sin embargo, incluso una persona delgada podría tener un riesgo alto de padecerlo debido a un factor genético.
Así lo afirma en entrevista con SuMédico la doctora Nayeli Cointa Flores, especialista en medicina interna, gastroenterología, hepatología y trasplante hepático. También es coordinadora del servicio de hepatología y trasplante hepático del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ).
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En palabras de la experta, el hígado graso es una enfermedad crónica que no da síntomas de manera inicial, lo que favorece que muchas personas puedan tenerlo sin saber.
“Hasta 5% de grasa se considera normal pero cuando hay más de ese porcentaje, entonces se denomina hígado graso o esteatosis hepática”, puntualiza la experta.
Se asocia con la disfunción metabólica y es grave porque no solo se trata de tener grasita en el hígado, sino que con el paso de los años, se genera una inflamación hepática que a su vez causa fibrosis o una cicatrización. En sus grados máximos, esta enfermedad termina ocasionando problemas como cirrosis hepática o cáncer de hígado.
“Hace algunos años la principal causa de cirrosis y trasplante hepático eran enfermedades como el alcoholismo o la hepatitis C, sin embargo, ahora es el hígado graso”, alerta Flores.
El hígado graso puede ser silencioso
La experta menciona que el principal problema del hígado graso es que no causa un síntoma evidente como dolor en el abdomen o cansancio. Cuando empieza a haber una inflamación, algunas pruebas de laboratorio lo detectan, aunque puede ser inespecífico, así que el diagnóstico es complejo.
No existen cifras oficiales sobre cuántas personas en México viven con hígado graso, pero el INEGI muestra que las enfermedades hepáticas son de las principales causas de muerte, ocupando el cuarto lugar.
Estimaciones apuntan a que aproximadamente un 30% de la población mundial y de México viven con hígado graso, pero podrían ser más debido a que muchos no están diagnosticados por la falta de síntomas.
¿Por qué se llena de grasa el hígado?
Los principales factores de riesgo para que una persona desarrolle hígado graso incluyen:
- Diabetes
- Hipertensión
- Alteraciones en el colesterol y triglicéridos
- Sobrepeso u obesidad
“Si pensamos en que según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición ENSANUT, en promedio 75.2% de la población mayor de 20 años en México padece sobrepeso u obesidad, quiere decir que casi el 80% de los mexicanos está en riesgo de hígado graso, es algo muy grave”, dice Flores.
La diabetes también es muy frecuente en los mexicanos, se estima que aproximadamente 18.4% de la población mayor de 20 años lo tiene, otro de los factores más ligados a la grasa en el hígado.
Genética en mexicanos aumenta el riesgo
Además de los factores de riesgo metabólicos, la doctora Flores señala que está demostrado y estudiado que en la población mexicana en particular hay predisposición genética al hígado graso.
“Específicamente hay variaciones o mutaciones en un gen principal que se llama PNPLA3, lo que favorece todavía más tener hígado graso y si a eso sumamos que hay alta incidencia de obesidad y diabetes, se da el escenario ideal para desarrollar la enfermedad”.
Otro punto que se debe destacar es que incluso puede haber personas delgadas sin diabetes o sin varios de los factores de riesgo metabólicos que también podrían tener hígado graso por la presidisposición genética.
“Al final, muchas de estas enfermedades se detonan por malos hábitos y específicamente el hígado graso ha ido en ascenso por la mala alimentación y la falta de ejercicio de la población”, añade la hepatóloga.
Niños también pueden desarrollar hígado graso
La mayoría de los casos de hígado graso ocurren en adultos, pero eso no quiere decir que la población pediatrica o infantil y de adolescentes esté exenta, pues de acuerdo con datos oficiales, la prevalencia de esta enfermedad es de aproximadamente 7.6% en ese sector.
“Sin embargo, al tomar en cuenta la población de niños y adolescentes con obesidad, ese 7.6% se incrementa hasta 34.2%”.
Esto significa que en promedio, una tercera parte de la población de niños y adolescentes podría estar desarrollando ya en etapas tempranas un hígado graso.
Grados de hígado graso
Hay distintos grados de hígado graso, dependiendo de la evolución en la que se encuentra.
- S1: Menos de 30% de grasa en el hígado.
- S2: Entre 30 y 60% de grasa en el hígado.
- S3: Más de 60% de grasa en el hígado.
“Desafortunadamente no es infrecuente ver a pacientes que ya llegan en un grado 3, por eso hay que hacerse chequeos para tratar de detectar la enfermedad en una etapa más temprana. Un ultrasonido puede ser suficiente para ver la grasa excesiva y otros estudios más específicos nos dicen el porcentaje exacto”, resalta la experta.
Lo más importante es detectar si hay grasa en el hígado, que se llama esteatosis y si está causando una inflamación, que se llama esteatohepatitis o si ya hay una fibrosis hepática.
Un estilo de vida más saludable, el mejor tratamiento
La doctora Flores destaca que el acceso a alimentos altamente procesados, con muchos carbohidratos y poca fibra, así como ritmo de vida actual en el que se hace menos ejercicio son el principal enemigo de un hígado sano.
“El tratamiento del hígado graso es hasta cierto punto sencillo y barato, porque consiste en mejorar la alimentación y tratar de moverse más”, refiere.
Sin embargo, subraya que no se trata de hacer una dieta, sino que tiene que ser un cambio total en el estilo de vida para implementar un mayor consumo de alimentos naturales como frutas y verduras y menos grasas, azúcares y carbohidratos.
La falta de tiempo puede ser un obstáculo para empezar a preparar nuestros propios alimentos, pero la especialista señala que hacer un espacio para comprar alimentos frescos en un mercado es una gran inversión para la salud, además de que resulta más económico.
“El ejercicio no puede faltar, se recomienda que los adultos hagan por lo menos entre 150 y 200 minutos de ejercicio repartidos en la semana”, resalta.
El objetivo es perder peso y grasa corporal, se recomienda bajar mínimo un 7% del peso actual, en un lapso de 6 meses a un año, porque un error frecuente es querer conseguir cambios en poco tiempo.
¿Hay medicamentos para el hígado graso?
Respecto a los médicamentos, la doctora Flores detalla que actualmente hay mucha investigación al respecto y la Administración de Alimentos y Medicamentos en Estados Unidos aprobó Resmetirom, indicado para la inflamación del hígado por grasa y un grado moderado de fibrosis.
“Es algo muy bueno pero no todas las personas con hígado graso son candidatas a estos medicamentos ni todos las necesitan, en fases tempanas lo mejor es revertir la enfermedad con cambios saludables”, puntualiza.
Finalmente, la hepatóloga recuerda la importancia de no ingerir supuestos remedios para limpiar el hígado, ya que solo empeoran la situación.
“La mejor forma que tenemos de ayudar al hígado es no ponerlo a metabolizar lo que no necesita, porque todo lo que tomamos, nos inyectamos o untamos, pasa por el hígado. Si alguien dice que un medicamento o vitamina desintoxica este órgano es falso, eso no existe”, concluye.