TRASTORNOS ALIMENTARIOS Y AUTOLESIONES

Tras pandemia, aumentan registros de trastornos alimentarios y autolesiones

Un nuevo estudio se añade a la literatura sobre las repercusiones de covid-19 al reflejar los impactos de la pandemia en la salud mental y física de adolescentes y adultos jóvenes

Nuevo estudio abordar las repercusiones de la pandemia por covid-19.
Nuevo estudio abordar las repercusiones de la pandemia por covid-19.Créditos: Canva
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La tasa de diagnóstico de trastornos alimentarios durante los primeros dos años de pandemia por covid-19 aumentó un 42%, mientras la tasa de diagnósticos de autolesiones fue un 38% superior a comparación de años anteriores. Así refleja un estudio publicado en la revista ‘The Lancet Child & Adolescent Health’, realizado en adolescentes y jóvenes adultos. El rango de edad incluyó a personas entre los 10 y 24 años de edad.

“Es necesaria la identificación temprana de las dificultades de salud mental por parte de los médicos de atención primaria. El acceso oportuno a los tratamiento y el apoyo suficiente de los médicos generales y los servicios de salud mental deben estar disponibles para manejar los problemas que se presenten y prevenir”, se menciona en el estudio.

En México, de acuerdo con la Secretaría de Salud, se estima que el 25% de adolescentes padece en diferentes grados un trastorno de alimentación, la mayoría relacionados con algún problema mental. Por su parte, otro estudio reveló que en México el 30.9% de jóvenes se había autolesionado mediante cortes, quemaduras o golpes por lo menos una vez en su vida. El 26.9% se enganchó con el comportamiento y lo repitió 5 veces o más, explica la Sociedad Internacional de Autolesión.

¿Cómo la pandemia afecta a adolescentes y jóvenes adultos?

Los trastornos de alimentación, también conocidos como trastornos de conducta alimentaria, son enfermedades graves caracterizadas por alteraciones en la conducta alimentaria. Los trastornos alimentarios más comunes son anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, trastorno por atracón y trastorno por evitación y restricción de la ingesta de alimentos, explica National Institute of Mental Health.

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En cambio, las autolesiones, detalla la Sociedad Internacional de Autolesión, ocurren cuando las personas no tienen las herramientas adecuadas para lidiar con las emociones o problemas cotidianas, por lo cual recurren a conductas autodestructivas, como abuso de alcohol, abuso de drogas o algún tipo de heridas para evitar el dolor, tristeza, ira o culpa.

De acuerdo con la investigación, los trastornos alimentarios aumentaron a un 42.4% más alto de lo esperado en niñas de 13 a 16 años y 32% más alto de lo esperado en niñas de 17 a 19 años, mientras otros grupos de edad mostraron poca incidencia observada de la esperada. En cambio, respeto a las autolesiones hubo una incidencia del 38.4% entre niñas de 13 a 16 años, mientras en niños fue de 22.8%.

El equipo de investigación realizó el estudio basado en los registros de salud electrónicos de atención primaria en pacientes entre 10 a 24 años de edad. Observaron los análisis del 1 de enero de 2010 al 31 de marzo de 2022. Bajo ello, calcularon las tasas de incidencia mensual de trastornos alimenticios y autolesiones conforme al primer registro de cada resultado. A partir de ello, ajustaron los modelos para predecir las tasas de incidencia al comenzar la pandemia.

¿Cuáles son las formas de cuidar la salud mental?

Infosalus destaca que al tratarse del mayor y específico estudio a escala nacional en la población adolescente y ser el primero en cubrir 2 años de pandemia, constituye una mayor evidencia sobre los trastornos alimentarios y autolesiones entre jóvenes del Reino Unido desde el inicio de pandemia por covid-19. Según UNICEF, el 27% de las y los jóvenes en América Latina y el Caribe sintió ansiedad durante la pandemia, sin embargo, los gobiernos sólo destinan alrededor del 1.8% del gasto público en salud mental.

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Para promover el cuidado de la salud mental, la Universidad Panamericana recomienda:

  1. Promover un modelo de vida sana: hacer deportes, tener una buena calidad de sueño y una adecuada gestión de los procesos mentales y conductuales
  2. Identificar las emociones: entender lo que nos pasa, cómo nos sentimos y poder expresar lo necesario
  3. Probar la terapia: no recurrir a ella sólo en casos graves. Verla como una manera de promover el conocimiento sobre cómo funciona nuestra mente y conducta
  4. Aceptación: valorar nuestras diferencias, abrazar nuestras imperfecciones y desarrollar una autoestima positiva

(Con información de Secretaría de Salud, Sociedad Internacional de Autolesión National Institute of Mental Health, UNICEF, Infosalus, Universidad Panamericana)