Martín Michel Rojas es un joven de Puebla que a los 21 años fue diagnosticado con leucemia linfoblástica aguda, una de las formas más agresivas de cáncer. A pesar de que en ese momento los síntomas, como cansancio extremo y una piel amarillenta, pasaron desapercibidos para muchos, su tía, una doctora de la familia, fue la que lo instó a hacerse estudios de sangre.
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El diagnóstico fue devastador, pero lo que vino después fue una historia de lucha, esperanza y resiliencia.
"Cuando me enteré, estaba en shock. No sabía lo que me esperaba, pero tenía la sensación de que algo no estaba bien. Mis niveles de sangre estaban tan bajos que en cualquier momento podría haber muerto", cuenta Martín sobre ese fatídico momento.
Tras varias pruebas, se le confirmó la leucemia, y comenzó una batalla de tratamientos intensivos que lo mantuvo en un hospital público en Puebla durante seis meses, recibiendo quimioterapias agresivas.
Martín fue desahuciado, sin embargo, vive para contarlo
A pesar de los esfuerzos médicos, los resultados no fueron los esperados. La enfermedad no cedió y los médicos le dieron una noticia devastadora: no había respuesta al tratamiento y fue desahuciado (se refiere a la decisión de un médico de no aplicar o suspender un procedimiento médico en un paciente cuando se considera que no hay posibilidad de curación o mejoría). Le ofrecieron un tratamiento aún más intenso, pero con apenas un 20% de efectividad.
Martín encontró esperanza con otro médico
Fue entonces cuando, buscando una segunda opinión, un médico privado en Puebla le dio una nueva esperanza.
Este profesional identificó que la leucemia de Martín llevaba el cromosoma Philadelphia, una mutación genética que agrava la enfermedad, lo cual fue esencial para que pudiera recibir el tratamiento adecuado.
"Fue una revelación. Gracias al medicamento que me dieron para congelar el cromosoma Philadelphia, pude alcanzar la remisión en solo tres semanas. Fue un cambio radical", explica Martín.
Con este tratamiento, logró entrar en remisión en 2014, tras casi dos años de quimioterapia y un trasplante de células madre autólogas.
¿Qué es la leucemia mielógena crónica?
La Clínica Mayo explica que la leucemia mielógena crónica, conocida como CML por sus siglas en inglés, es un tipo poco común de cáncer de la médula ósea. La médula ósea es el tejido esponjoso en el interior de los huesos donde se producen las células sanguíneas. La leucemia mielógena crónica provoca un aumento en el número de glóbulos blancos en la sangre.
Que la leucemia mielógena sea crónica significa que este cáncer tiende a progresar más lentamente que las formas graves de leucemia. El término mielógena se refiere al tipo de células afectadas por este cáncer.
La leucemia mielógena crónica también puede llamarse leucemia mieloide crónica y leucemia granulocítica crónica. Por lo general, afecta a los adultos mayores y, en raras ocasiones, afecta a niños, pero puede aparecer a cualquier edad.
Martín pasó 10 años en remisión y ahora nuevamente lucha para vencer el cáncer
A pesar de las dificultades y los efectos secundarios, como las náuseas y la fatiga, Martín vivió los siguientes 10 años en remisión, llevando una vida relativamente normal.
Sin embargo, en noviembre de 2024, su peor temor se hizo realidad: la leucemia había regresado. "Fue un golpe duro. Después de 10 años sin síntomas, me olvidé de la enfermedad. No imaginaba que podría regresar", comenta.
Pero la experiencia le ha dado la fortaleza para enfrentar esta nueva recaída con una actitud diferente. Tras recibir el diagnóstico, Martín comenzó inmediatamente el tratamiento de quimioterapia. A diferencia de la primera vez, ahora se encuentra más preparado, tanto física como emocionalmente.
"La experiencia de los primeros tratamientos me permitió conocer lo que venía. Sabía que los síntomas no serían fáciles, pero también sabía que podía enfrentarlos con más herramientas", relata.
Martín paga mucho dinero por una medicina que necesita
Actualmente, Martín paga 109 mil pesos mensuales para recibir su tratamiento, comenta que actualmente el sector salud no cuenta con esta medicina por lo que mes con mes tiene que pagar esta cantidad de dinero por su parte.
Aunque la cifra es abrumadora, ha aprendido a valorar la importancia de contar con un diagnóstico temprano y de recibir el tratamiento adecuado.
"El tratamiento actual me ha permitido continuar mi vida. Estoy en la fase de mantenimiento con medicamentos en pastillas, lo que es más llevadero que la quimioterapia intravenosa, pero no menos importante", dice.
Para poder costear los gastos del medicamento, Martín tiene un perfil en Go fundme en donde se le puede donar dinero para poder pagar sus costosas medicinas, además en su cuenta de Facebook e Instagram comparte actualizaciones sobre su estado de salud.
A pesar de los costos y las dificultades, Martín sigue adelante con una determinación férrea. Su historia es un testimonio de resiliencia y esperanza. “Luchar contra el cáncer no es solo una batalla física, es una guerra emocional. A veces sientes que no puedes más, pero tener una familia que te apoya y un sistema de creencias fuerte, es lo que me ha mantenido firme", concluye Martín con una sonrisa.
Hoy, con una vida llena de retos, pero también de aprendizaje y fortaleza, Martín sigue luchando, con la esperanza de que esta vez, al igual que hace 10 años, vencerá nuevamente la enfermedad. Su historia es un recordatorio de que, aunque la enfermedad regrese, la esperanza y la determinación pueden ser más poderosas que cualquier diagnóstico.
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