Kike Vázquez o Kike Bien Parado, cuyo verdadero nombre de nacimiento es Enrique Vázquez, trabaja como psicólogo, activista y standupero mexicano. Nació con parálisis cerebral, una condición que afecta su movilidad en las piernas, pero con su humor negro y aguda inteligencia, ha convertido su padecimiento en una herramienta para combatir el capacitismo y promover la inclusión social.
Estudió Psicología y tiene una maestría en Terapia Familiar en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
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Trabajó como terapeuta y conferencista antes de dedicarse al stand-up. Durante su nacimiento sufrió un episodio de hipoxia, lo que le provocó parálisis cerebral.
Además, debutó como actor en la serie Ojitos de huevo, junto a Alexis Arroyo, disponible en Netflix y lanzada en el año 2023.
¿Qué es la hipoxia?
La hipoxia es una condición médica que ocurre cuando el cuerpo—o una parte del cuerpo— no recibe suficiente oxígeno. Esta falta de oxígeno impide que las células funcionen correctamente y puede causar daños irreversibles en órganos como el cerebro, el corazón y los pulmones si no se atiende rápidamente.
Este episodio en el alumbramiento afectó el cerebro de Kike, causándole parálisis para la movilidad en las extremidades inferiores.
El activismo de Kike Vázquez
“Me gusta hablar de diversidad y no de discapacidad. Cuando ponemos la discapacidad en el cuerpo de las personas, olvidamos que la discapacidad son los obstáculos y barreras que hay en el entorno. A mí me gusta nombrar la diversidad funcional y las neurodivergencias, porque prefiero entender cómo funciona la mente y el cuerpo de cada persona” explica Kike Vázquez en su sitio web.
Para Kike Vázquez, el capacitismo es una forma de discriminación social que menosprecia o excluye a las personas con alguna clase de diversidad funcional, basándose en la creencia de que quienes tienen capacidades “normativas” (físicas, mentales o sensoriales) son más valiosas o competentes.
Se asume que las personas con discapacidad son “menos capaces”, dependientes o inferiores, lo que perpetúa creencias limitantes y reduce su autonomía de las personas.
El mensaje de Kike es uno de resiliencia y activismo contra un mundo normativo que limita a las personas. Rompe con los paradigmas al transformar su condición personal en humor inteligente y activismo.
Él combina sus conocimientos como psicólogo y su carisma para mostrar que la diversidad funcional no es una barrera para progresar en la vida, sino una oportunidad para reír y aprender.
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