Olvidar una gasa o instrumento dentro del cuerpo de un paciente aunque puede ser un "evento" raro, cuándo éste ocurre puede tener consecuencias graves. Un estudio publicado en Annals of Medicine & Surgery estima que estos incidentes aparecen entre 1 en 5,500 y 1 en 18,000 operaciones. Sin embargo, su impacto en la salud puede ser devastador.
En una publicación de Milenio, el médico cirujano Heber Cano Marín, egresado de la UNAM, explica qué sucede en el organismo cuando un objeto ajeno permanece en su interior después de una intervención quirúrgica.
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La mayoría de los casos se registran en cirugías realizadas en el tracto digestivo, aunque también hay reportes en el tracto genitourinario y cuando un objeto como una gasa o pinza queda dentro del cuerpo, el tejido cercano activa un proceso inflamatorio para rechazarlo.
Los microorganismos que habitan en el cuerpo comienzan a formar cápsulas alrededor del material, un mecanismo de defensa que puede derivar en:
- Fiebre
- Dolor en la zona
- Inflamación
- Pérdida de función del tejido
En casos graves, el proceso puede evolucionar a infecciones severas e incluso sepsis, una reacción sistémica que pone en riesgo la vida.
Casos que evidencian los riesgos
En 2016, en la ciudad de México un paciente vivió dos años con unas pinzas olvidadas dentro del abdomen tras la extirpación de un riñón. Con el paso del tiempo sufrió dolor intenso, estreñimiento y desarrolló hernias, así que la extracción requirió retirar también parte del intestino que ya era inservible.
En 2023, en Tijuana, a una mujer la presencia de una gasa olvidada provocó complicaciones fatales; sin embargo a diferencia del caso en la ciudad de México, a esta chica el incidente le costó la vida.
Cómo se previenen estos incidentes
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece tres listas de verificación para garantizar la seguridad en el quirófano antes, durante y después de una cirugía; uno de los puntos clave es el conteo del material quirúrgico, especialmente gasas y compresas.
El doctor Heber Cano, según la publicación de Milenio, detalla que el equipo debe:
- Contar el material antes, durante y después de la operación.
- Verificar que todo esté completo antes de cerrar al paciente.
- Revisar la cavidad si los números no coinciden.
¿Pero, por qué puede pasar desapercibida una gasa?
Después de una cirugía, síntomas como fiebre, dolor o inflamación suelen atribuirse a procesos normales del postoperatorio o a complicaciones comunes, lo que puede retrasar el diagnóstico de un objeto olvidado, explica Cano.
En muchos casos, una simple radiografía puede detectar el problema, debido a que los instrumentos metálicos aparecen como una mancha blanca y las gasas utilizadas en quirófano cuentan con marcas radiopacas que permiten localizarlas en estudios de imagen.
En cambio, materiales sin estas marcas- como papel o telas improvisadas- son difíciles de identificar mediante rayos X.
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