FRÍO

¿Frío en los pies? ¿Por qué en algunas partes del cuerpo sientes más frío? Aquí te lo decimos

La activación de los termorreceptores manda una señal al sistema nervioso, y de ahí la señal es enviada al cerebro en forma de impulso, en el cerebro es donde se produce la respuesta térmica de nuestro cuerpo

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La temporada invernal trae consigo las bajas temperaturas, que provocan que extremidades como los pies, las manos, la nariz y las orejas estén más frías que otras partes del cuerpo, ¿pero por qué sucede esto en esas partes? La temperatura en nuestra piel se siente mediante las terminaciones nerviosas (termorreceptores) que se ubican en la dermis y se encargan de detectar el frío o el calor del ambiente. 

El estudio “Tratado de Fisiología médica”, hecho por los doctores Arthur C. Guyton y John  Hall señalan que el objetivo del sistema termorregulador es mantener la temperatura corporal en torno a los 37.1 C°, que es la temperatura normal del cuerpo.

Cuando el cuerpo es sometido a temperaturas muy bajas, y no está lo suficientemente abrigado, los termorreceptores activan unos mecanismos encaminados a disminuir la pérdida de calor conocido como vasoconstricción periférica, en donde la sangre no fluye de manera adecuada a las extremidades y estas son más propensas a ceder el calor a las partes vitales del cuerpo, provocando manos o pies helados y entumecidos.

Qué pasa cuando se activan los termorreceptores

Cuando se activan los termorreceptores, se manda una señal al sistema nervioso, y de ahí la señal es enviada al cerebro en forma de impulso. En el cerebro es donde se produce la respuesta térmica de nuestro cuerpo.

El cuerpo humano es más sensible a las temperaturas bajas. Las partes donde más detectamos el frío como los labios, la nariz, el mentón, el pecho y los dedos son las partes donde se ubican los termorreceptores.

Los termorreceptores se activan cuando se encuentran en contacto con una temperatura inferior a 20 grados centígrados. Con el fin de año la temperatura ambiental desciende drásticamente, mantener abrigadas las zonas que son más sensibles al frío es la opción para dejar de sentir que te “congelas”.

Los efectos del frío en nuestro cuerpo 

El temblor del cuerpo y extremidades frías son algunas de la consecuencias de las bajas temperaturas. Pero ¿el frío es beneficioso o perjudicial para nuestro cuerpo? ¿Qué efectos fisiológicos tienen las frías temperaturas sobre nosotros?

Denis Blondin, doctor del área de fisiología térmica de la Universidad de Ottawa de Canadá, ha comprobado después de diversas investigaciones que el frío tiene diversos efectos.

  1. Disminuye el flujo sanguíneo (vasoconstricción), lo que hace que se reduzca la inflamación de algún músculo lastimado; puede reducir el dolor y la percepción que tenemos de él. Esto sólo ocurre cuando el cuerpo es expuesto a temperaturas extremas, por lo que no podemos decir que en invierno se note menos el dolor ya que normalmente no estamos expuestos a temperaturas tan bajas.
  2. Nuestro cuerpo tiembla. La causa de esto se asocia a una reacción cerebral en el hipotálamo. Esta glándula actúa como termostato del cuerpo, estimula reacciones físicas para que el calor se mantenga en los órganos vitales del cuerpo. Los escalofríos son un reflejo del cuerpo ante el frío. El objetivo del hipotálamo es que el calor se conserve en el centro de nuestro cuerpo a toda costa, llegando a sacrificar las extremidades para poder llegar a este fin. Es por esto que sentimos un hormigueo en los dedos cuando hace mucho frío o se mantienen helados, el cuerpo lleva el flujo de sangre caliente al centro y restringe su paso por las extremidades. 
  3. Quema calorías. Un adulto en situaciones de frío extremo puede quemar hasta 500 calorías a la hora. La grasa tiene una gran concentración de mitocondrias y su función es quemar energía para dársela al organismo y mantener su calor: esta es una característica presente en todos los mamíferos. 
  4. Si te da más hambre durante la época de frío es una reacción normal, debido las bajas temperaturas disminuyen la serotonina  (sustancia química producida por el cuerpo humano que funciona como un neurotransmisor) y el organismo tiene la necesidad de cubrirlos con alimentos altos en carbohidratos.

En conclusión, el frío cambia el funcionamiento de nuestro cuerpo. La necesidad de mantener el calor hace que temblemos y que se reduzca el flujo de sangre en nuestras extremidades y nos hace quemar muchas más calorías de lo que nuestro cuerpo está acostumbrado, por lo que nuestro organismo nos “pedirá” una mayor ingesta calórica. 

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