El hígado graso se refiere a una variedad de afecciones hepáticas causadas por un exceso de grasa almacenada en las células del hígado, según apunta Mayo Clinic. Estudios demuestran que el ejercicio es la mejor forma de prevenirlo, pero ¿existe un mejor ejercicio para lograrlo?
Investigadores de la Universidad de Sydney probaron qué actividad física puede reducir de forma más efectiva la presencia de grasa en el hígado.
El estudio publicado en la revista Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism realizado por la Facultad de Ciencias de la Salud de la mencionada universidad, demostró que el ejercicio diario puede ayudar a las personas que padecen esta enfermedad.
¿Qué ejercicio es más efectivo contra el hígado graso?
Los expertos encontraron que el ejercicio de alta intensidad es el ideal para combatir el hígado graso.
Es decir, las personas con esta enfermedad o en riesgo de desarrollarlo pueden mejorar su salud sin la necesidad de largas sesiones de entrenamiento, basta con hacer actividades como el HIIT, que se centra en ejercicios breves pero de alta intensidad con periodos de descanso.
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Los beneficios incluyen entrenamientos más rápidos y que requieren menos energía para completarse.
Otros estudios demuestran que el ejercicio HIIT puede mejorar la función cardiaca y logra lo mismo que el ejercicio convencional en menos tiempo.
¿Por qué es más efectivo el HIIT contra el hígado graso?
El equipo de investigadores quiso encontrar cuál es el efecto sobre la grasa hepática del entrenamiento en intervalos de alta intensidad frente al ejercicio de intensidad moderada en adultos.
Los resultados mostraron que tanto el ejercicio aeróbico regular como los entrenamientos cortos de alta intensidad generan una notable reducción de grasa en el hígado.
Sin embargo, en las personas que hicieron entrenamiento moderado, redujeron sus niveles hasta 3,14% mientras que los que hicieron HIIT, redujeron los niveles hasta 2,85%.
{"field1":"“Es ideal saber que entrenando más duro en menos tiempo con HIIT, se pueden lograr los mismos resultados que con el entrenamiento regular, lo cual es ideal para aquellos con un estilo de vida ajetreado y poco tiempo”, agrega el autor principal del estudio, Angelo Sabag. ","field2":""}
De igual manera, destacan que incluso las personas que no se ejercitaban lo suficiente, podían lograr mejoras clínicamente significativas en la grasa hepática siempre que se ejerciten regularmente por encima de una intensidad moderada.
Correr también es bueno contra el hígado graso
Un reciente estudio publicado en la revista Molecular Metabolism sugiere que en general, el deporte puede modificar la función mitocondrial lo suficiente para reducir el desarrollo de depósitos de hígado graso.
Sin embargo, encontraron que correr puede tener algunos beneficios adicionales.
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Tras alimentar a ratones con una dieta alta en calorías para provocar el desarrollo de hígado graso, hicieron que corrieran encima de una cinta durante seis semanas y al final de ese tiempo, observaron que los que habían corrido mostraron unas enzimas hepáticas más reguladas y una mejor actividad mitocondrial.
Otros estudios demuestran la efectividad del ejercicio contra el hígado graso, pues en 2018 se publicó en Gene Expressión que el ejercicio aumenta la oxidación de ácidos grasos y previene el daño mitocondrial en el hígado.
¿Por qué es importante combatir el hígado graso?
Mayo Clinic destaca que se trata de una enfermedad hepática crónica que si no se trata, puede avanzar a cicatrización o cirrosis e insuficiencia hepática.
El hígado graso generalmente no causa signos ni síntomas, pero cuando lo hace, los más frecuentes son:
- Fatiga
- Dolor o molestia en la prte superior derecha del abdomen
Cuando ya hay una cicatrización avanzada, se manifiestan síntomas más graves, como inflamación abdominal, bazo agrandado, palmas de las manos rojas y color amarillento en la piel y ojos.
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Si la cirrosis avanza, aumenta el riesgo de cáncer de hígado e insuficiencia hepática terminal, es decir, que el hígado deja de funcionar.
Además de hacer ejercicio frecuente, es importante seguir una dieta saludable, donde comas abundantes frutas, verduras, cereales integrales y grasas saludables. También debes priorizar mantener un peso saludable.
(Fuente: Mayo Clinic, Enséñame de Ciencia, Runner’s World, Infobae)