Bañarnos es clave para mantenernos limpios, sin malos olores y lejos de patógenos que podrían causarnos enfermedades, especialmente en la piel. Sin embargo, es posible que sin darnos cuenta, cometamos errores pensando que estaremos más limpios pero causando el efecto contrario.
Cuando nos bañamos se eliminan bacterias, sudor y malos olores, además de que tiene un efecto relajante que nos tranquiliza y mejora el estado de ánimo.
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Hay mucho debate sobre cada cuánto es ideal bañarse y al respecto, un artículo de UNAM Global señala que dependerá del contexto de cada persona, el clima, la condición biológica y las actividades que se realicen.
La recomendación es que si sudamos mucho ya sea por el clima o el ejercicio, lo mejor es bañarse todos los días. En general, la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda bañarse cada tercer día, cuidado mantener una buena higiene en la zona íntima, las axilas y los pies, donde puede haber más sudoración o acumulación de suciedad.
Lo que nunca debes hacer al bañarte
Más allá de la frecuencia con que te bañes según tus actividades, el nivel de sudor que generes o el lugar en donde vivas, hay un error que muchos cometen durante la limpieza de su cuerpo y que, lejos de ayudar a eliminar mejor la suciedad, puede dañar la piel.
Se trata del uso de esponjas o zacates para tallar la piel, que se han popularizado como una forma natural de exfoliar la piel pero que, según dermatólogos, puede ser contraproducente.
Esto se debe a su textura porosa que puede ser ideal para remover células muertas pero que también facilita la acumulación de bacterias, hongos y moho.
Al respecto, la Dra. Melissa Piliang, dermatóloga de la Clínica Cleveland, explica que “las esponjas para ducharse no se secan por completo entre usos, lo que crea un entorno perfecto para microorganismos. Frotarlas sobre la piel puede causar irritación o infecciones cutáneas como la foliculitis".
Daños que causa usar una esponja para tallarse en la ducha
El Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel en Estados Unidos (NIAMS) advierte que la piel actúa como una barrera protectora. Cuando se exfolia con demasiada fuerza o frecuencia, especialmente en áreas sensibles como axilas, ingles o cara, se puede comprometer esta función y aumentar el riesgo de infecciones o dermatitis de contacto.
Si hay heridas abiertas, picaduras o brotes de acné, frotar con esponjas puede empeorar el cuadro clínico o incluso llevar bacterias como Staphylococcus aureus a otras partes del cuerpo.
Por ello, los especialistas recomiendan optar por una limpieza suave, utilizando las manos o toallas limpias de microfibra, que se pueden lavar frecuentemente.
El Departamento de Dermatología de Harvard sugiere que “no necesitas exfoliar tu piel a diario; hacerlo una o dos veces por semana es suficiente para la mayoría de las personas”.
También es importante elegir geles de baño con ingredientes suaves, sin fragancias ni sulfatos, para preservar el pH natural de la piel.
¿Qué señales indican que tu piel está sufriendo?
Cuando llevas tiempo usando una esponja o zacate para tallarte es posible que tengas efectos negativos en tu piel, principalmente:
- Resequedad persistente
- Comezón o ardor al aplicar productos
- Aparición sin causa aparente de granos o folículos inflamados (foliculitis)
- Zonas con descamación o enrojecimiento
Un artículo de 20 minutos salud señala que como forma de protegerse de la abrasión constante, la piel puede endurecerse y engrosase, mostrando una apariencia arrugada.
Lo mejor es que uses simplemente tus manos y un jabón suave para frotar tu piel y eliminar la suciedad acumulada, especialmente si tienes piel sensible o lesiones y acné.
Si notas estos síntomas tras el uso de una esponja, es recomendable suspenderla y consultar a un dermatólogo.
Recomendaciones si decides usar una esponja en la ducha
Si a pesar de las recomendaciones de los expertos de evitar las esponjas o zacates al bañarte decides usarlas, ten en cuenta los siguientes consejos para reducir riesgos:
- Cámbiala cada 2 a 3 semanas.
- Déjala secar completamente en un lugar ventilado, nunca dentro de la ducha.
- Evita usarla sobre piel irritada o con heridas.
- Límpiala con vinagre o una solución desinfectante al menos una vez por semana.
Estas prácticas pueden disminuir la carga microbiana, aunque no eliminan el riesgo completamente ya que lo mejor siempre será evitarlas.
Recuerda que las esponjas y zacates pueden parecer una herramienta inofensiva, pero su uso habitual se relaciona con alteraciones en la barrera cutánea, lo que favorece infecciones. Dermatólogos de instituciones como la Clínica Cleveland y Harvard Medical School coinciden en que una higiene suave, sin elementos abrasivos, es la mejor forma de cuidar la piel. Si decides usarlas, hazlo con precaución y mantén altos estándares de higiene.