La discusión sobre la disforia de género ha causado revuelto desde que el gobernador de UTAH, Spencer Cox, firmara en enero de 2023 la ley que prohíbe los tratamientos hormonales y las intervenciones quirúrgicas a menores que buscan atención médica de reafirmación de género; el primero de una serie de proyectos de ley antitrans en menores de edad aprobada en todo Estados Unidos.
Esta decisión abrió de nuevo la discusión sobre los retos médicos, éticos, políticos y sociales que envuelven a nuestra sociedad sobre la disforia de género en infancias y adolescencias.
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¿Qué discusión existe a nivel médico sobre la disforia de género?
Pese a que la discusión sobre este tema es extensa, a nivel médico muchos expertos en distintos lados del Atlántico han sopesado la evidencia médica para el tratamiento de las infancias y adolescencias con disforia de género, la cual se basa en la sensación y malestar que puede ocurrir cuando el sexo biológico no coincide con la ideología de género, explica Mayo Clinic.
La terapia hormonal es una de las principales opciones de tratamiento que actualmente se usa. Consiste en proporcionar hormonas feminizantes (estrógenos) o masculinizantes (testosterona) que las personas transgénero toman para que su apariencia física de alinee con su ideología de género, explica Planned Parenthood.
En términos generales, el consenso que se tiene en Estados Unidos se decanta a favor de la afirmación de género en adolescencias con terapias hormonales sustitutivas, mientras que las intervenciones quirúrgicas de reafirmación de género con "cirugía estética" para extirpar los senos o las intervenciones genitales, son recomendadas para personas adultas, explicó en un comunicado la Academia Estadounidense de Pediatría de este país en una declaración de principios.
Sin embargo, varios países europeos como Gran Bretaña, Finlandia, Francia, Noruega y Suecia actualmente creen que aún faltan pruebas para aplicar las intervenciones hormonales en infancias y adolescencias, y que dichos procesos deben usarse con cautela, pues son necesarios más estudios.
La accesibilidad a tratamientos hormonales se vuelve un problema social
Actualmente, tan solo en Estados Unidos se registraron 42,000 nuevos diagnósticos de infancias y adolescencias con disforia de género, tres veces más que en 2017, afirma un artículo de The Economist.
En este sentido, la necesidad creciente de esta población por “alinear” su cuerpo con la forma que se piensa es necesaria para su bienestar, pues defensoras y defensores de las infancias y adolescencias con disforia de género afirman que negarles el tratamiento es transfóbico y se corre el riesgo de que muchas y muchos recurran al suicidio si se les prohíbe.
Al respecto, el Gobernador Spencer Cox a través de un comunicado explicó que el proyecto de ley “no es perfecto” y que se seguirá investigando sobre los tratamientos para las juventudes con disforia de género.
"La legislación que afecta a nuestros jóvenes más vulnerables requiere una cuidadosa consideración y deliberación –dijo el gobernador en el comunicado–. [...] cada vez más expertos, estados y países de todo el mundo están poniendo en pausa estos tratamientos permanentes que alteran la vida de nuevos pacientes hasta que más y mejores investigaciones puedan ayudar a determinar las consecuencias a largo plazo", argumento.
Sin duda la discusión no acaba aquí, pues la lucha de las infancias y adolescencias trasngénero no se quedan en Estados Unidos, en todo el mundo hay una creciente necesidad y exigencia de la población trans por que se haga valer su lucha a través de la medicina actual. Por lo que el posicionamiento médico ante estas leyes es vital para que se sigan realizando, o no, los tratamientos hormonales a pacientes con disforia de género.
(Con información de The Economist, CNN y Mayo Clinic, Planned Parenthood, Academia Estadounidense de Pediatría EE.UU.)