Kiki lleva desde que era pequeña viviendo con asma, pero su diagnóstico se realizó apenas hace dos años y medio.
La tardanza en su identificación del padecimiento se dio porque cuando era niña siempre tenía síntomas de tos, pero los médicos no sabían decirle qué era, pues unos le informaban que se trataba de asma y otros le decían que era otra cuestión. A eso, se le sumó el hecho de que la condición se le “durmió”, como si se hubiera ido. Alrededor de los 15 años, empezó otra vez con síntomas.
En su caso, se trata de asma grave, una condición que le ha impedido hacer ejercicio, pasar por depresión, tener que ser internada e incluso, ser víctima de bullying.
Foto: proporcionada por Kiki
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“Pensé que era algo normal, como falta de condición… pero era asma”
Kiki (quien pide ser referida por su apodo) resalta que a ella le gustaba mantenerse en forma y que cuando presentó síntomas del asma, pensó que era algo normal, que no tenía la suficiente condición física, pero que el hecho de no recibir un diagnóstico certero no le ayudó en nada.
De acuerdo con el médico especialista en Alergia certificado por el Colegio Mexicano de Inmunología Clínica y Alergia A.C, Juan Manuel Pantoja Alcantar, en cualquier adulto joven que presente tos (varias veces seguidas), pitido en el pecho (sibilancia), dolor en el pecho o un dato de opresión y disnea (falta de aire) de forma crónica, se debe sospechar de asma.
“El asma va a tener una evolución muy variable. Puede ser que durante el año yo tenga meses sin síntomas o señales leves y de repente pueda ser una crisis, que es un aumento súbito en los signos de esta patología”, resalta el doctor Pantoja
“Tengo diagnóstico de asma grave”
En el 2019, Kiki tuvo que estar en terapia intensiva, intubada y con catéter central por un broncoespasmo y fue entonces cuando le dijeron que tenía asma.
Un broncoespasmo es definido por la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica como lo que sucede cuando los músculos de los bronquios se contraen y los bronquios se estrechan.
“No es una enfermedad por sí mismo, sino que es un componente de los síntomas que aparecen en el asma y las bronquitis”, apunta esta institución.
Fuera de la actividad física, Kiki señala que se cansa de subir una escalera, de caminar unos cuantos metros, no puede hacer nada de ejercicio ni inflar un globo, porque le da una crisis.
“Ha sido muy difícil, aparte de que he faltado muchas veces a la universidad, incluso una vez falté alrededor de dos meses porque estuve mucho tiempo internada. Me han indicado oxígeno domiciliario porque me llego a des-saturar, mis pulmones ahorita tienen una baja capacidad. Ha sido una cantidad de cosas, una tras otra”, confiesa para SuMédico.
Foto: proporcionada por Kiki
¿Existe una población que se vea más afectada por el asma?
Pantoja Alcantar resalta que se puede presentar a cualquier edad, pero que existen dos picos: generalmente va a existir una mayor prevalencia entre los 2, 6 y 8 años, pasa a dormitar en los hombres y en la adolescencia en las mujeres y después tiene un pequeño repunte entre los 30 y los 45 años.
Generalmente, el paciente con asma va a notar que su condición empeora con cierta exposición a factores como el humo del cigarro, el ejercicio, los elementos a los que se sea alérgico (pelo del gato, del perro, polvo…) o factores irritantes como la contaminación.
El factor de riesgo más importante para que las personas padezcan asma es la alergia y el más relevante para que el paciente sea alérgico es la genética, indica el médico.
“Hay cuestiones genéticas y ambientales. La altura también es un factor proporcional: a más altura, más asma. El tabaquismo y el uso de antibióticos durante la gestación o la exposición a químicos. Es una enfermedad multifactorial”, detalla el especialista
Situación del asma en México:
Pantoja Alcantar indica que se tienen ciertos registros sobre la prevalencia del asma, como el Estudio Internacional de Asma y Alergia en la Infancia (ISAAC), que se hizo en menores de 18 años, y que apuntan que la prevalencia del asma es de entre el 5 y el 13% dependiendo de la ciudad.
“Hay una alta prevalencia del asma. En ciudades contaminadas como Guadalajara, Monterrey o la Ciudad de México, la prevalencia puede subir hasta un 20,30 o 40% por efecto de los contaminantes”, advierte.
“Aproximadamente en los niños, el 80% tiene un origen alérgico y en los adultos es un 60%. Normalmente, si se acompaña de otras manifestaciones alérgicas, como lagrimeo o comezón en los ojos o rinitis, congestión, comezón o escurrimiento, hay que acudir con el alergólogo” ”: Dr. Juan Manuel Pantoja
“Estaba a punto de entrar a un laboratorio cuando sentí la disnea”
Kiki recuerda que cuando por fin le dijeron que tenía asma, ella se encontraba en la universidad, a punto de entrar a un laboratorio. Entonces sintió la falta de aire.
Para eso, ella ya había ido un doctor, quien le dio solamente inhaladores de rescate, pero no le realizó un estudio que determinara que ella tenía asma.
“Me apliqué los inhaladores, pero no se alivió. Incluso me esperé, pero sentí mucha opresión en el pecho, tenía sibilancias y me estaba poniendo color azul. Me llevaron de la universidad al hospital y llegué al área de choque. No me acuerdo muy bien porque estaba muy mareada”, relata.
Una vez en el hospital, durante la madrugada, ella sintió un dolor insoportable en el tórax y también que no podía respirar… sentía que se estaba asfixiando. Fue entonces cuando la intubaron.
Su familia, explica Kiki, estaba en shock, pues no creían que el asma pudiera causar tanto daño y ella, que estudia medicina, resalta que es muy raro que pase algo así.
“Al menos muy pocas personas lo conocen, entonces ellos estaban muy mal. Decían ‘¿Cómo que se puso así?’, ‘¿Cómo es posible que por una simple crisis te pongas tan mal?’ A partir de ese momento, cambió mi vida”, confiesa
Foto: proporcionada por Kiki
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"Quiero que sepan que no están solos"
Kiki menciona que tuvo un declive de salud muy fuerte y que el hecho de estudiar medicina, ha hecho que se vaya “empapando” del tema, pero que aun así le sigue quitando muchísimo tiempo, pues se encuentra descontrolada y por lo menos una o dos veces al día, se tiene que estar nebulizando para aliviar sus crisis.
“Algunas personas piensan que llego a faltar por gusto, que es por llamar la atención. Está muy subestimado, la verdad, incluso por los propios médicos. Tengo que ir con mucha frecuencia al hospital, incluso tengo de dos a tres internamientos por año”, lamenta
Ella indica que por ese lado también ha sufrido bullying, pues tiene la impresión de que los asmáticos no son comprendidos por la sociedad.
“Dicen: es que no es para tanto. Simplemente te das un disparo de salbutamol y se te quita, pero la realidad es que no para todos es así”, aclara
“Sé que es muy difícil, pero no desesperen, porque eso lo empeora más”
Kiki ha vivido el asma y sabe lo que se siente, pero pide que los asmáticos allá afuera no desesperen, pues esto puede empeorar las cosas.
“Sé que es complicado y entiendo por la situación que están pasando, pero hay que tratar de mantener un poquito la calma. La ansiedad es algo que empeora las crisis y no nos deja pensar con claridad”, sugiere.
Y pide que no se sientan solos, pues cree que son una comunidad.
“Yo me sentía muy sola, muy incomprendida. Los que tenemos asma grave somos el 3% de los asmáticos. Hice un grupo de Facebook de apoyo para asmáticos y me he dado cuenta de que hay muchas personas subdiagnosticadas, que los especialistas como que no se toman en serio la enfermedad. Somos una comunidad, no desesperen… no están solos”, concluye