Debido a que pasamos casi un tercio de nuestra vida durmiendo y mantenemos nuestra cabeza reposada sobre una almohada por mucho tiempo, vale la pena ponerle especial atención a la higiene de este cómodo recurso al que le debemos nuestra comodidad nocturna y que muchas veces ignoramos.
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Mientras dormimos, nuestra almohada acumula sudor, grasa, saliva y células muertas de nuestra piel. No importa de qué tipo de material esté hecha, esta almacenará suciedad, por lo que debe lavarse con periodicidad, así como el resto de la ropa de cama como las sábanas y el edredón. Para mantener la almohada limpia y reducir los olores y alérgenos que pueda tener, te recomendamos una efectiva forma de darle mantenimiento y dejarla como nueva.
Lavar la almohada también es cuestión de higiene
De acuerdo con la National Sleep Foundation, existen razones de sobra para lavar bien la almohada, pues hacerlo ayuda a eliminar los ácaros de polvo que se acumulan en este objeto y que, aunque son inofensivos, dejan excrementos que pueden causar alergias en la piel, picor de ojos, secreción nasal o estornudos, así como tos o sibilancias, informa El Diario.
Por lo anterior, es importante que laves tu almohada de forma recurrente, pero ¿cómo puedo lavarla? La mayoría de estas puede lavarse en lavadora, no obstante, existen otros trucos para hacerlo de forma fácil y sencilla. Te decimos cómo.
Tips de limpieza para las almohadas
Antes de lavar una almohada deberemos asegurarnos de qué tipo de relleno tiene. De esta manera, sabremos los cuidados que necesita. En general es seguro lavar almohadas de algodón, plumas o de fibra en la lavadora. Será de nuevo la etiqueta la que nos dirá si podemos o no hacerlo.
Una forma sencilla de lavar tu almohada, según el portal Encuentra Colchon, es preparar un recipiente con agua tibia y jabón neutro y humedecer un paño limpio con la mezcla y frotar la almohada realizando movimientos circulares para no mojarla por completo y sólo quede húmeda. Esto puede llegar a ser útil en climas fríos. Después, seca concienzudamente con una toalla limpia.
Coloca la almohada sobre una superficie plana y a la sombra para facilitar su secado (mejor si es al aire libre). Antes de volver a utilizarla cerciórate de que está completamente seca para evitar que aparezca moho y malos olores.
¿Cuándo tenemos que cambiar la almohada? El momento llegará, aunque hayamos tenido el máximo cuidado. Aunque no existen unos plazos específicos, lo más recomendable es hacerlo cada dos años porque pasado este tiempo se suelen deteriorar con más facilidad y los materiales se deforman.
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