Actualmente existen diversos estudios científicos que han demostrado que el amamantar al bebé no trae consecuencias negativas en la estética de los senos. La lactancia materna, a pesar de las creencias que anteriormente se tenían puede presentar beneficios en el tejido mamario.
Si bien es cierto que esta parte del cuerpo es una de las que más cambios experimenta durante el embarazo y el amamantamiento, cuestiones como la flacidez se pueden prevenir. Durante todas estas modificaciones que tú como mujer puedes presentar puedes utilizar este proceso hormonal a tu favor.
Recuerda, la lactancia no es la responsable de esas modificaciones.
¿Cómo es el cambio de los senos durante el embarazo y la lactancia?
Los senos de una mujer comienzan a formarse durante la pubertad y no dejan de presentar cambios a lo largo de la vida debido a que siempre existirá una renovación en las células de los senos como parte del ciclo menstrual.
El amamantamiento o el proceso de la lactancia materna no es el responsable de la caída de los senos, pero uno de los factores que sí determinan su apariencia es la edad.
Cuando una mujer está embarazada toda la glándula mamaria se transforma en órganos productores de leche. En este proceso, aumenta el número de conductos internos que transportan la leche materna y que constantemente están siendo estimulados por la succión que hace el bebé cuando se le alimenta.
Asimismo, durante la gestación aumentan los lactocitos, las cuales son las células productoras del lácteo materno que toman de la sangre los ingredientes necesarios para formar componentes de la leche como las grasas, la lactosa o algunas proteínas. Otros compuestos, como las inmunoglobulinas o los minerales, son transportados directamente desde el torrente sanguíneo.
Al incrementarse la circulación hacia esta zona. Todo en conjunto hace que los senos se vuelvan más grandes, hasta en una talla y media.
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¿Cómo que los senos no se caen por la lactancia materna?
Para cualquier mujer un cambio físico es natural al enfrentar un proceso hormonal, pero durante el embarazo tanto médicos, ginecólogos y psicólogos aseguran que lo que más les preocupa en cuanto al aspecto de sus senos es recuperar su tono y su elasticidad.
En lo que respecta a los datos científicos disponibles indican que los senos no se caen por la lactancia materna. Sino que son esos procesos asociados al embarazo y los malos cuidados los que llevan a que haya modificaciones sustanciales en los pechos, sumándole esto, por supuesto, el paso del tiempo.
La American Society of Plastic Surgeons, ASPS, a través un estudio realizado ha derrumbado el mito en el que se señala con toda claridad que los senos no se caen por la lactancia materna.
Asimismo, pone de relieve el hecho de que el aspecto estético no es un motivo para dejar de alimentar al bebé con leche materna. Amamantar es muy benéfico para el bebé y también lo es para la madre. Además, no genera ninguna modificación en sus pechos.
¿Cómo cuidar mis senos durante el embarazo y la lactancia materna?
Se ha encontrado el caso de mujeres que han tenido varios embarazos y no muestran señales de flacidez en sus pechos. Por eso, muchos científicos piensan que en este aspecto influye un factor genético.
Se piensa que los cambios dependen de la calidad de la piel de la madre.
La flacidez es más común en las madres que tienen sobrepeso, fuman o tienen más edad. Por otro lado, es posible prevenir esa caída de los pechos con unas medidas sencillas que deben tomarse después de la lactancia y son las siguientes:
- Controlar el peso durante la gestación
Lo adecuado es que una mujer aumente entre veinticinco y treinta cinco libras, lo que se traduce a once y dieciséis kilos durante el embarazo. Más allá de ese volumen podría haber sobrepeso y, en estas condiciones, sería más fácil que sus pechos se tornen flácidos después de la lactancia.
- Bajar de peso en forma gradual
Bajar de peso después del embarazo es un proceso que debe realizarse en forma gradual para que no aumente la flacidez en los senos. Si el descenso es súbito, existe más probabilidad de que la piel no logre adaptarse a los cambios y, en consecuencia, los senos se vean caídos.
- Sostén de apoyo
Los senos no se caen por la lactancia materna. Sin embargo, algunas madres creen que esto es así porque comienzan a notar la caída de los pechos después de amamantar.
Una de las razones para que esto ocurra es el uso de un sujetador inadecuado. Lo indicado es que el médico indique cuál es el sostén que debe utilizarse.
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- Ejercicios
A veces, solo una rutina sencilla de ejercicios es suficiente para que los pechos no se caigan después de la lactancia. El objetivo es fortalecer los músculos y los ligamentos que sostienen los senos. Son muy adecuados los ejercicios con pesas ligeras, las flexiones o estiramientos y las planchas.
Los senos no se caen por la lactancia materna, así que no hay motivo para privarse y privar al bebé del maravilloso proceso del amamantamiento. Entre más saludable sea el estilo de vida de la madre, menos riesgo corre de tener flacidez en los pechos después de la lactancia.
(Con información de la American Society of Plastic Surgeons, Mejor con Salud)