Una pareja posesiva o muy celosa puede afectar nuestro bienestar, pues es un comportamiento tóxico y autodestructivo que se relaciona con la desconfianza, la inseguridad y el miedo. ¿Se puede salvar una relación con una persona posesiva? Te damos las claves.
La posesividad en el amor actúa despacio, pero de forma constante, destruyendo poco a poco el vínculo hasta causar una ruptura definitiva.
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Por ello, es importante saber identificar cuando la pareja es posesiva, ya que lamentablemente, muchas veces se confunde este comportamiento tóxico con el amor.
Mientras que el amor se caracteriza por la confianza, el deseo de compartir y la comunicación sana, la posesividad implica celos, egoísmo y desconfianza, lo que afecta la tranquilidad tanto de la pareja como de la propia persona posesiva.
Pareja posesiva, ¿Cómo reconocerla?
Existen muchas razones por las que una persona puede ser posesiva y el portal especializado La mente es maravillosa, señala que puede ser debido a la soledad, el maltrato en la infancia, la baja autoestima o incluso, puede ser un rasgo genético.
Las personas posesivas con frecuencia sufren ataques de celos y se enojan fácilmente con su pareja, ya que quieren controlar cada aspecto para asegurarse de que no los van a dejar.
El Instituto Europeo de Psicología Positiva señala que suelen pensar en ellos mismos y sus necesidades, sin detenerse a pensar en los demás. Así ejercen control para ganar esa seguridad que en realidad les falta. No son conscientes del daño que hacen.
Es común que vean a su pareja como sospechoso por algo que no hizo, lo que los lleva a espiar sus redes y objetos personales con tal de encontrar indicios de una infidelidad.
Hay una fuerte necesidad de control que le roba la tranquilidad a la otra persona y hace muy agobiante la relación, pues no hay espacios personales, independencia ni confianza, elementos necesarios en una relación de pareja sana.
En general, los rasgos de las personas controladoras incluyen lo siguiente:
- Si no sienten que tienen el control de todo y de todos, no se relajan
- Manipulan y hacen chantaje emocional
- Suelen mandar y exigir
- Los define la frase “Primero yo y después yo”
- No tienen empatía
- Son egocéntricos, todo debe girar en torno a ellos
- Se enojan u ofenden con facilidad
- Se sienten superior al resto, más inteligentes y resolutivos, pero no lo son
¿Cómo salvar la relación con una persona posesiva?
Es importante primero que la pareja acepte que tiene un problema y que esté dispuesto a recibir ayuda para controlarlo.
Para ello, es recomendable que hablen de la situación y de cómo se sienten al respecto, escuchando la postura del otro y buscando resolver el problema, no haciendo reclamos.
Es fundamental aceptar los sentimientos del otro, es decir, si hay celos infundados hay que respetar que eso es lo que siente la pareja, no juzgarlo, ridiculizarlo ni tacharlo de loco.
La ayuda psicológica de un profesional es necesaria para manifestar los miedos y ser consciente de que ese sentimiento de posesividad puede alejar a las personas alrededor.
Por otro lado, es fundamental que tú aprendas a decirle no a tu pareja cuando no desees algo. No lo veas como algo malo, simplemente es la forma de dejar en claro tu opinión y tu pareja debe respetarlo .
Otros consejos para ayudar a tu pareja a controlarse ante un arranque de celos o ira, es la respiración profunda y la meditación, ya que favorecen la concentración mental y se reduce el sentimiento de posesión.
Con estas herramientas será posible establecer límites claros en la relación, donde se respete la privacidad del otro y se fomente la confianza mutua. Es recomendable que realicen actividades juntos para fortalecer la confianza y la comunicación. La terapia de pareja también es clave para superar los comportamientos tóxicos.
(Con información de La mente es Maravillosa, En Pareja)