Discutir con tu pareja muy seguido es algo desgastante que, además de afectar la relación, puede tener consecuencias negativas en tu salud y la de tu pareja, así lo asegura un estudio de la Universidad de Ohio.
Los resultados de esta investigación fueron publicados en la revista Psychoneuroendocrinology, donde el hallazgo más importante es que la tensión en la pareja erosiona la relación y tiene un impacto negativo en la salud física.
¿A qué se debe esto? La teoría de los científicos es que cuando hay tensión continua en la pareja debido a desacuerdos o diferencias, se favorece una inflamación crónica en el cuerpo.
Esto a su vez reduce la función inmunitaria y los sentimientos negativos sobre la relación.
¿Por qué afecta la salud discutir con la pareja?
Los investigadores encontraron este efecto inflamatorio en el cuerpo por la tensión en la pareja tras analizar datos de un estudio previo de la misma universidad, realizado en 2005, donde quisieron corroborar que el estrés en una breve discusión puede tener un efecto negativo.
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En específico, buscaron cómo el estrés de la pareja podría retrasar al menos un día la cicatrización de las heridas físicas.
Para comprobarlo, observaron a distintas parejas reclutadas a quienes se les pidió que se hicieran una pequeña herida en el brazo.
Todos los días vieron la herida y detectaron que aquellas parejas que solían tener discusiones estresantes tenían una cicatrización más lenta de la herida.
Esto se debe principalmente a que el estrés de las discusiones podía dañar el funcionamiento inmunitario del cuerpo, haciendo que el proceso de cicatrización se vuelva deficiente.
Por su parte las parejas con una comunicación positiva, tenían una curación más efectiva y rápida.
Evitar las discusiones también es dañino
Otro de los hallazgos importantes fue que las personas que no querían hablar de ciertos temas porque les incomodaba, también tuvieron una curación más lenta de la herida.
En este caso, fueron las mujeres las que notaron más la negatividad por las discusiones de pareja y su impacto en su organismo.
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Rosie Shrout, primera autora del trabajo, señala que estos estudios dejan que ver que tanto la negatividad crónica diaria como la negatividad aguda así como una combinación de ambas, puede ser especialmente dañino.
Se vio que afectan las emociones, las relaciones y el funcionamiento inmunitario de las parejas que discutían con frecuencia o que evitaban temas delicados para no causar problemas.
Comunicarse de forma sana con la pareja es la clave
Ante estos resultados, la conclusión de los expertos es que se necesita una mejor gestión de la tensión en la pareja y para ello, la buena comunicación es clave.
Cuando las parejas son honestas y pueden hablar de sus diferencias de manera positiva, sin buscar atacar al otro o “ganar” la discusión, hay mayores probabilidades de una mejor relación que suele ser más duradera.
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Los puntos que debes tener en cuenta para una comunicación saludable o asertiva en la pareja, incluyen lo siguiente:
- Escoger el mejor momento para hablar, evita hablar cuando tienen las emociones alteradas.
- Usa las palabras correctas, evita ser pasivo agresivo o decir insultos y frases que puedan herir a tu pareja.
- Usa un tono amable en todo momento, buscando dialogar de las diferencias y llegar a acuerdos.
- Habla con sinceridad, lo que no implica dejar de usar palabras amables.
- Pon atención a tu lenguaje no verbal, como el tono de voz que usas, la postura y tus gestos ante de lo que dice tu pareja.
- Busquen ayuda profesional si es necesario, especialmente si hay problemas profundos que estén dañando el vínculo.
Además de la comunicación asertiva en la pareja, también es bueno que existan detalles en la relación, es decir, tener pequeños gestos que le den bienestar a la pareja, como comprarle una golosina, darle un beso inesperado o cocinarle algo especial.
(Con información de Science Direct, Terapify)