El romanticismo de la cultura occidental ha instalado en el imaginario colectivo el mito de la media naranja como correspondencia del amor idealizado. Este mito, apoyado en creencias religiosas y convenciones sociales, consiste en que sólo hay una pareja en la vida de una persona, capaz de embonar perfectamente, como ambas partes de una naranja.
En otras palabras, esta creencia es parte de la vida cotidiana y está constituida por la monogamia. Esta noción, popularizada en la cultura, puede sonar atractiva, pero desde la psicología se considera un mito que influye en cómo percibimos el amor y en la forma en que nos vinculamos con otros.
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Este mito conlleva expectativas poco realistas sobre las relaciones amorosas aumentan el riesgo de frustración y rupturas. Pensar que alguien más “nos completa” puede generar dependencia emocional y afectar la salud mental.
"En definitiva, romper con la narrativa de la media naranja no significa renunciar al amor, sino resignificarlo", señala Sol Valls, columnista del diario argentino La Nación.
¿En qué consiste el mito de la media naranja en el amor?
El concepto proviene de la obra El banquete de Platón, obra filosófica del siglo IV a.C. donde se describe que los seres humanos fueron divididos en dos y que, desde entonces, buscan su otra mitad para sentirse completos. Con el tiempo, esta metáfora filosófica se transformó en una creencia romántica difundida en literatura, cine y cultura popular.
La psicología moderna señala que este mito puede tener consecuencias negativas:
- Dependencia emocional: creer que solo alguien más nos da sentido de identidad.
- Idealización de la pareja: esperar perfección y frustrarse al no hallarla.
- Miedo a la soledad: generar ansiedad si no se está en una relación.
- Relaciones poco saludables: tolerar maltrato por temor a “perder a la única persona”.
- Autoestima afectada: sentir que no se es suficiente estando solo.
La baja autoestima y la dependencia emocional son factores de riesgo para la conformación de cuadros de depresión y la ansiedad tras una ruptura amorosa.
"El mito de la media naranja es uno de los relatos más persistentes sobre el amor. Durante siglos, la idea de que hay una sola persona capaz de completarnos fue perseguida y celebrada. Pero, psicológicamente hablando, podría tratarse de una idea más limitante que liberadora", según Valls.
En lugar de buscar una mitad en otra persona, la psicología propone el desarrollo de una identidad plena e individual para tener autorrealización. Los especialistas sugieren fomentar la autoaceptación, construir relaciones desde la libertad, reconocer que el bienestar no depende exclusivamente de una pareja y valorar otros vínculos como fuentes de apoyo.
“La persona siente que su bienestar se condiciona por la presencia o aprobación del otro”, señala Macarena Gavric, psicóloga argentina.
La resiliencia emocional comienza con una autoestima sólida y relaciones equilibradas en el ámbito amoroso. Para comprender este mito, los participantes del vínculo deben entender la identidad individual, evitar comparaciones con ideales románticos de películas y trabajar en la autonomía emocional con autocuidado.
En otras palabras, ver a la pareja como un compañero de vida, no como “la única salvación”.
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