El 14 de febrero, también conocido como Día de San Valentín, es una fecha que evoca imágenes de romance, regalos y gestos de afecto. Sin embargo, no todas las personas disfrutan esta celebración. En muchos casos, el rechazo hacia este día tiene raíces más profundas que una simple falta de interés.
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No querer celebrar San Valentín puede estar ligado a experiencias personales, presiones sociales o incluso al impacto negativo que esta fecha puede tener en la salud mental.
Algunas razones por las que podría no gustarte el 14 de febrero
Expectativas irreales y presión social
El cine, la publicidad y las redes sociales han construido una imagen idealizada del amor y las relaciones, presentando San Valentín como una jornada de romanticismo perfecto. Como apunta Kindman & Co, para quienes no tienen una relación o están pasando por una crisis sentimental, la comparación con estas representaciones irreales puede generar sentimientos de soledad, ansiedad o insuficiencia.
Incluso si tienes pareja, puede que te sientas presionada o presionado a demostrar tu amor de maneras específicas, lo que a veces genera frustración y conflictos en pareja.
Salud mental y emociones negativas
Para muchas personas, San Valentín es un recordatorio de pérdidas, rupturas o etapas difíciles. La African American Health Program destaca que esta fecha puede exacerbar sentimientos de depresión, tristeza y baja autoestima, sobre todo cuando se siente la necesidad de encajar en una norma social que no refleja la realidad de cada individuo.
La presión de celebrar el amor puede tener el efecto contrario: resaltar la soledad o el duelo.
Cuestionando la comercialización del amor
Otro motivo por el cual algunas personas prefieren no celebrar el 14 de febrero es la evidente comercialización de la fecha. Se ha convertido en una oportunidad para que las marcas promuevan el consumo de flores, chocolates, cenas costosas y regalos.
Esto puede llevar a que las demostraciones de afecto parezcan más una obligación económica que una expresión genuina de amor. Además, refuerza estereotipos de género, donde se espera que los hombres gasten dinero y las mujeres reciban regalos, perpetuando ideas tradicionales sobre el amor y las relaciones.
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Una visión más inclusiva del amor
No querer celebrar San Valentín no significa estar en contra del amor. Más bien, puede ser una postura en favor de una visión más inclusiva y realista del amor, que no dependa de una fecha específica o de códigos sociales impuestos. Amar no debería estar limitado a un solo día ni definirse por regalos materiales.
Si encuentras difícil esta fecha, hay estrategias que pueden ayudarte a sobrellevarla. Estas pueden ser algunas:
- Enfócate en el autocuidado y evita la exposición a imágenes idealizadas en redes sociales
- Pasa tiempo con amigos y familiares
- Trata el 14 de febrero como un día más, sin darle demasiada importancia
Definitivamente no existe una forma "correcta" de vivir esta fecha, cada persona tiene derecho a sentir y celebrar (o no celebrar) el amor a su manera.