Las relaciones son un punto importante en cualquier vínculo afectivo, puesto que atañen la necesidad de placer entre ambas personas. Este acto es profundamente íntimo y conlleva confianza con el otro. Por ello, especialistas de la psicología han analizado si tener relaciones con la luz encendida o apagada puede influir en el deseo, la conexión emocional y la autoestima en la pareja.
En entrevista, Elizabeth Montaño, psicóloga con maestría en sexología clínica, explica que la iluminación en la intimidad es un tema que suele generar dudas, inseguridades y hasta discusiones de pareja. Mientras algunas personas prefieren la oscuridad total, otras se sienten más conectadas cuando hay luz.
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Aquí en Sumédico te explicamos todos los detalles de esta peculiar cuestión de las relaciones de pareja.
El significado de la luz en la intimidad de pareja
Según la especialista, existen razones psicológicas, emocionales y culturales que influyen en el hábito de tener relaciones con la luz encendida o apagada. En concreto, la preferencia por la luz durante las relaciones íntimas está estrechamente ligada a la autoestima, el nivel de confianza y el vínculo emocional con la pareja.
En el caso de que las personas prefieran mejor luz en el encuentro íntimo, significa que el brillo puede mejorar la experiencia carnal, especialmente cuando existe confianza y comunicación.
Entre los principales beneficios en el acto destacan:
- Verse a los ojos y observar las expresiones faciales fortalece el vínculo afectivo.
- Los estímulos visuales de las zonas erógenas descubiertas activan áreas del cerebro relacionadas con la excitación.
- Gestos y movimientos ayudan a entender lo que agrada a la pareja, lo que permite un mejor vínculo.
- Sentirse aceptado físicamente por el otro, con defectos incluidos.
- La visibilidad permite explorar posiciones y dinámicas distintas a la rutina.
La intimidad visual fortalece la conexión y la respuesta emocional entre las parejas, un elemento clave para una vida en pareja plena y satisfactoria.
Sin embargo, en caso de no preferir la luz en la intimidad puede ser debido a una falta de autoestima corporal o insatisfacción propia.
Algunas razones comunes son:
- Vergüenza por la apariencia física.
- Miedo al juicio de la pareja por ciertas acciones.
- Deseo de concentrarse más en las sensaciones.
- Ambiente más relajante.
La ansiedad y el estrés pueden interferir con la excitación, por lo que reducir estímulos visuales puede ayudar a algunas personas a sentirse más cómodas y presentes durante la intimidad.
¿Tú cómo prefieres tener intimidad?
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