Los besos en la fiesta son un signo de afecto entre las personas, incluso es bastante común el concepto de "beso de la peda" para describir esta clase de interacciones sociales pasajeras impulsadas por el alcohol, pero ¿qué hay detrás del envalontamiento del alcohol?
El alcohol puede hacer que algunas personas se vuelvan más cariñosas o expresivas. Muchas personas se sienten más relajadas y cariñosas después de beber este líquido. No es casualidad, puesto que su efecto en el cerebro altera la forma en que percibimos las emociones, reducimos inhibiciones y aumentamos la sensación de cercanía con los demás.
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Por ello, aquí en Sumédico te explicamos todos los detalles del efecto del alcohol en nuestros sistemas corporales y la razón detrás de los comportamientos coquetos de las personas que lo ingieren.
La calentura detrás del alcohol, explicada por la ciencia
El alcohol actúa como un depresor del sistema nervioso central, modificando neurotransmisores que regulan la conducta, el juicio y las emociones.
Las bebidas con este líquido disminuye la actividad del córtex prefrontal, la parte del cerebro encargada del autocontrol, la toma de decisiones y la evaluación de riesgos. Esta zona cerebral es clave para regular la conducta social, por lo que al verse afectada aumenta la espontaneidad y se reducen los frenos que normalmente moderan lo que decimos o hacemos.
De acuerdo con el columnista Michael Castleman del medio especializado Psychology Today (PT), "Los hombres que esperan beber se vuelven más cachondos que los hombres que no, independientemente de si realmente ingieren algo. El alcohol es parte de la fiesta, y las personas que salen de fiesta a menudo se excitan sexualmente. Los hombres asocian la bebida con la excitación, por lo que muchos se excitan en situaciones sociales que involucran alcohol, incluso si no beben".
Esto puede traducirse en expresiones de cariño más directas o intensas.
Adicionalmente, el alcohol incrementa la actividad del neurotransmisor GABA, responsable de generar sensaciones de calma y relajación. Este efecto puede hacer que las personas se sientan más cómodas para expresar afecto o acercarse emocionalmente a otros, incluso si en la vida cotidiana son más reservadas.
Otro factor a considerar es que el consumo de alcohol estimula el sistema de recompensa del cerebro, liberando dopamina, una sustancia que genera placer, euforia y una percepción más positiva de quienes nos rodean.
Esa sensación placentera puede aumentar la empatía y expresividad afectiva, lo que explica por qué algunas personas se sienten más sensibles o receptivas a estímulos exteriores.
Además de los efectos biológicos, en muchas culturas beber alcohol se asocia con un ambiente relajado y afectuoso. Esta expectativa social puede influir en que las personas se sientan más libres para mostrar cariño o cercanía.
El alcohol puede hacer que algunas personas se vuelvan más cariñosas debido a su efecto directo en el cerebro: reduce inhibiciones, aumenta la dopamina, disminuye la ansiedad social y altera la percepción emocional. Por ello, es importante controlar su ingesta, ya que también hay detrimento para tu salud.
¿Te pones cachondo o cachonda con el alcohol?
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