El proceso del sistema de abasto de medicamentos y dispositivos médicos, al cierre del sexenio solo exhibe resultados erráticos. La salud pública fue trastocada a partir de un diagnóstico incorrecto, con alternativas de solución que solo complicaron las condiciones de acceso a estos bienes terapéuticos entre los pacientes.
Como señalamos en el artículo anterior, hacia 2024 aparece un actor con mínima experiencia, la paraestatal Laboratorio de Biológicos y Reactivos, (BIRMEX), como el “último intento” para hacer frente a los problemas de abasto, aunque en realidad será, quizá, el más grande fracaso de esta administración.
El 26 de febrero pasado se emitieron otros lineamientos para que dicho organismo realice compras consolidadas y gestione la logística y distribución a través de la “Megafarmacia del Bienestar”, así como de otros centros de almacenaje con los que cuente.
Días después de dicha publicación, BIRMEX envió el 1 de marzo a los proveedores interesados en participar en dos procesos de compra “AA-12-NEF-012NEF001-I-14-2024” y “AA-12-NEF-012NEF001-I-15-2024”, formatos para cotizar y presentar documentación para las asignaciones esperadas en unas semanas.
La paraestatal aprovechará dichos lineamientos, así como el uso de sus propias políticas y bases para comprar en nombre del IMSS, ISSSTE y el OPD IMSS-Bienestar y adquirir 1,235 claves de medicamentos y dispositivos médicos que suman poco menos de 430 millones de piezas por un importe estimado en 22.34 mil millones de pesos.
Dichos procesos no definen claramente el carácter del proceso, en el sentido que sea una licitación, por lo que muy probablemente se trata de adjudicaciones directas para complementar compras consolidadas vigentes.
El control del abasto queda en manos de BIRMEX, al menos de esta pequeña compra consolidada para el IMSS e ISSSTE, con mayor peso en el OPD IMSS-Bienestar que integra 23 Servicios Estatales de Salud que firmaron su adhesión esta última institución.
El control del abasto será confiado plenamente a BIRMEX lo que será una prueba mayúscula en el proceso de gestión de compras y contratos correspondientes. Aun es una expectativa si ocupará su plataforma de abasto, llamada C3I (Centro de Control, Comando, Comunicaciones e Inteligencia) establecida en sus lineamientos, con el cual deberá cumplir con el proceso de las compras consolidadas, garantizar entregas en la última milla, ocupar la megafarmacia y realizar análisis de información, así como la inteligencia correspondiente que conforme genere históricos, esté en posibilidad incluso, de hacerse cargo de la generación de la demanda.
Estado del abasto de medicamentos y dispositvos médicos en México
El esquema 1 muestra que las instituciones participantes cuentan con sus propios sistemas informáticos para la generación de la demanda e incluso el control del abasto. Estas instituciones deberán ceder la capacidad de control del abasto al C3I, lo que demanda cambios normativos con la gran duda de que esté en posibilidades de hacerlo cabalmente.
La historia reciente muestra que las plataformas de las instituciones señaladas llegaron a ser funcionales antes del actual sexenio y fueron “trastocadas” con las diversas intentonas con los funcionarios responsables de las compras públicas. Para el “Sistema de Abasto Institucional”, SAI, de IMSS, se reconoce como el más robusto e implementado desde hace dos décadas.
En la infografía 1 se resume el comparativo en las dos etapas que es posible comprender las funciones del SAI y su relación con el modelo de logística y distribución en cada fase. Entre el año 2000 y 2019, el resultado es evidente, pues el IMSS logró compras y consumos respectivos superiores a los mil millones de piezas.
Con el actual gobierno, en la etapa 2, los cambios en el SAI se asocian al modelo de logística y distribución con diversas alteraciones, ahí descritas, que parten con la intervención de BIRMEX, tienen como resultado que el consumo anual del IMSS cae sustancialmente con promedios que fluctúan entre los 600 a 800 millones de piezas. La gráfica ahí mostrada es elocuente.
Una condición similar ocurre con el ISSSTE, cuya plataforma Apache, vinculada con su Centro Nacional de Distribución (CENADI), tuvo condiciones muy parecidas al IMSS en el primer ciclo mostrado (2009-2020) en la infografía 2, cuyos resultados son relevantes, donde las compras anuales fueron superiores a los 150 millones de piezas.
En la etapa 2, de 2020 a la fecha, el sistema que gestiona CENADI pasa a manos de BIRMEX más algunos operadores logísticos, con el registro de varios desatinos a los observados en IMSS, con un consumo promedio anual en la segunda etapa inferior a los 100 millones de piezas con. Se trata de una contracción promedio de 30% aproximadamente.
¿Qué retos hay en el desabasto de medicamentos y dispositivos médicos?
El reto mayor es la gestión que debe garantizar BIRMEX con el OPD IMSS-Bienestar y sus 23 estados adheridos. En la etapa 1, mostrada en la infografía 3, como Seguro Popular, contó en algún momento, tardío, durante el sexenio anterior con el Sistema de Planeación de Medicamentos (SIPLAM), donde se registraba la demanda de los bienes terapéuticos por cada estado y cuyo sistema de abasto tuvo mecanismos parecidos a las dos instituciones anteriores, aunque con mayor opacidad en cuanto a los consumos realmente realizados, en un entorno donde cada entidad gestionaba su sistema de salud bajo su propio modo, lo que dificulta homologar estadísticas de consumo, sus tendencias y análisis correspondientes para efectos de pronóstico. Antes de SIPLAM cada estado resolvió a su modo, lo que contribuye a mayor opacidad en los primeros años del Seguro Popular.
Una historia similar ocurre en la etapa 2, sugerida en la infografía 3, que se caracterizó por la corta vida del SIDISA ((Sistema de Integración para la Demanda de Insumos para la Salud), que debió cumplir ampliamente con diversos aspectos de la demanda de medicamentos y dispositivos médicos y sus diversas fuentes de financiamiento relacionados con los convenios celebrados con cada entidad federativa, así como gestionar el gasto en salud de los diversos padecimientos señalados en sus catálogos, entre ellos, los de mayor gasto que implican una condición catastrófica entre la población si derechohabiencia.
También contó con el registro y gestión de la demanda de bienes de los institutos nacionales y de los hospitales regionales. Su expectativa para ofrecer resultados fue muy alta, pues aspiraba a ser una herramienta que integrase necesidades y recursos, así como su puntual seguimiento en el ejercicio del gasto, sobre todo en su participación en las compras consolidadas que realizaba en su momento el IMSS.
Aun con estas capacidades, no logró del todo integrar adecuadamente la demanda y contó con diversos desfases e inconsistencia entre lo requerido y lo abastecido.
A partir del 2020, con la creación del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), SIDISA es sustituido por AAMATES (Ambiente de Administración de Atenciones en Salud) y que heredó las funciones que el primero contemplaba en sus diversos módulos, entre ellos conocer la demanda en tiempo real al llevar el relacionamiento de las entregas de los proveedores entre las diversas instituciones estatales de salud.
A reserva que este último sistema muestra inconsistencia en la generación de la demanda vinculada a la necesidad de formar recursos humanos para el correcto manejo de la plataforma, a la que se añade las inconsistencias en la demanda histórica de sus consumos, es de esperar que sea la referencia para el OPD IMSS Bienestar que sustituyó recientemente al INSABI.
El hecho que el OPD encargue las compras en 2024 de manera “exclusiva” a BIRMEX, abre la controversia si AAMATES seguirá siendo funcional o podría ser sustituido en algún momento, con la que deberá tener en operación la paraestatal o en el mejor de los casos se integre al SAI. El número de piezas adquiridas en el actual sexenio están por debajo de 200 millones anuales, cuando en años previos logró colocarse cerca de 400 millones.
En los tres casos, la reducción en piezas es inminente con el actual gobierno, en tanto que los importes crecientes muestran claramente los sobrecostos incurridos por la pésima gestión en la logística y distribución a pesar de contar con plataformas para el control del abasto
Población no ha sido la principal prioridad
Tal parece que el escenario se muestra complejo y con varios aspectos a ser definidos próximamente y que será sujeto de análisis la consolidada en ciernes y sus resultados, con los cuales la paraestatal deberá dejar preparada la compra para 2025, que sin duda estará tensada por la transición en el gobierno federal y por el antecedente de los pésimos resultados en el abasto.
La población, y particularmente los pacientes, no han sido la principal prioridad y es ahí donde debe manifestarse la exigencia por cumplimiento a su derecho a la salud y contar con sus tratamientos puntualmente sin mayores ocurrencias y orientados a ofrecer resultados.
El SAI del IMSS es una referencia y cuenta con el potencial necesario para fortalecer el control sobre las necesidades del OPD, lo que pondría en una condición de uso pasajero, si en algún momento funciona, al C3I, ahí las expectativas (infografía 4, también disponible en https://inefam.com/plataformas-de-control-de-abasto-c3i-birmex/).
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