Su término médico es: acantosis nigricans y se refiere a la pigmentación oscura y engrosamiento de los pliegues de la piel originados por la resistencia a la insulina.
La importancia de identificar este oscurecimiento, se debe a que es un signo muy común de observar en las calles de nuestro México y se relaciona de manera muy estrecha con la aparición de enfermedades como la obesidad y la diabetes tanto en niños como adolescentes y adultos.
¿Las has notado?
¡Claro! Esto es debido a que en nuestro país 75 de cada 100 adultos de 20 años o más, viven con sobrepeso u obesidad, lo que nos lleva a ocupar el segundo lugar a nivel mundial.
(Foto: Especial)
Por si fuera poco, también ocupamos el primer lugar en obesidad infantil, lo que significa que si no atacamos este problema de raíz, a esta estadística que es escalofriante por sí sola, se van a sumar cuando crezcan estos niños que no logremos ayudar.
Por el marco del Día Mundial de la Diabetes, es importante informarles que la diabetes es una enfermedad metabólica crónica que se presenta cuando el páncreas no secreta suficiente insulina o ésta no logra actuar de manera eficiente en lo tejidos, por lo que a las personas que la padecen, les cuesta trabajo procesar la glucosa o azúcar de los alimentos.
El cuerpo metaboliza la glucosa a través de la insulina (hormona producida por el páncreas) por medio de un mecanismo conocido como “llave-cerradura”, en el que la insulina (“llave”) le abre la puerta de la célula (“cerradura”) a la glucosa para que ésta entre y se convierta en la energía necesaria para realizar actividades de la vida diaria y para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
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Hablamos de resistencia a la insulina, cuando ésta no es capaz de introducir el azúcar a la célula y producir energía de manera eficiente.
Ocurre con el incremento de peso, debido al aumento en la masa grasa que hoy en día sabemos es un órgano endocrino capaz de producir hormonas y sustancias que inflaman el cuerpo y no sólo un “almacén”.
Cuando estas sustancias inflamatorias producidas por el tejido graso se encuentran elevadas en la sangre de una persona, es necesario utilizar una mayor cantidad de moléculas de insulina o “llaves” para introducir una molécula de glucosa a la célula y producir energía; por lo que la única reserva pancreática de insulina con la que nacemos, se va agotando más rápido y con ello aparece la diabetes.
Desde el punto de vista del peso, la resistencia a la insulina genera un círculo vicioso; por una lado, favorece mayor ganancia y por otro, frena la pérdida del mismo.
El mejor tratamiento para la resistencia a la insulina a largo plazo es el ejercicio, acompañado de un balanceado plan nutricional bajo en carbohidratos o azúcares, además de algunos medicamentos que podrán ser indicados por su médico.