En la intervención anterior señalé algunos breves aspectos de como el viejo sueño del hombre expresado en la filosofía y en la religión, se convirtió a través de la ciencia y la investigación en una extraordinaria realidad de la medicina moderna para reemplazar órganos, tejidos, células, extremidades, capaces ahora de restaurar la salud y preservar la vida.
Los órganos, tejidos o células a trasplantar pueden provenir del mismo individuo, lo cual se llama autotrasplantes, o pueden provenir de otro individuo de la misma especie y reciben la denominación de alotrasplantes; o bien, de un ser de otra especie que se conocen con el nombre de heterotrasplantes o xenotrasplantes.
Los más comunes son los que provienen de la donación entre individuos de la misma especie y si el donador es familiar o amigo, al donarlo en vida es llamado trasplante de donador vivo, relacionado o no relacionado, si es o no familiar, o de donador cadavérico cuando éste reúne las condiciones señaladas en la ley en México, como son la gratuidad y las condiciones éticas medicas que permitan prever el éxito del procedimiento.
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Los trasplantes son una actividad médico-quirúrgica capaz de salvar la vida y reintegrar la salud y es verdaderamente extraordinaria en sus resultados -comento de mi propia experiencia-: jóvenes trasplantados que han tenido la oportunidad de reintegrarse ad integrum por décadas, formar un hogar, ser padres e incluso abuelos, social y laboralmente productivos.
El trasplante es una terapéutica que se aplica en los estudios finales de diversas patologías que son muy frecuentes y comunes en nuestro país, como la insuficiencia renal en sus etapas avanzadas 3 o 4; lo mismo sucede con los trasplantes cardiacos, hepáticos y pulmonares, además, los trasplantes de órganos como el riñón y en ocasiones el hígado -con una donación parcial– pueden disponerse de un donador vivo, los demás trasplantes dependen exclusivamente de una donación cadavérica.
México ocupa un lugar muy relevante en Latinoamérica por el número de trasplantes que se realizan, pero cuando se revisan las publicaciones, nuestro país realiza -tratándose de riñón- su mayor número con órganos provenientes de donadores vivos.
Entendiendo que esta terapéutica es espectacularmente exitosa y que se aplica como señalé, en estudios finales, el no tener el número suficiente de donaciones cadavéricas significa la muerte para aquellos pacientes que requieren de pulmones, corazón, hígado, páncreas y para los pacientes con insuficiencia renal, en el mejor de los casos, la necesidad de sumarse a las terapias de sostén como son los procedimientos de diálisis, que si bien salvan la vida no salvan la calidad de ella y representan una sobrecarga a las unidades de hemodiálisis con un costo extraordinariamente alto a las instituciones de salud y, por ende, al país.
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Después de participar en el año 2000 para darle desde la Secretaría de Salud Federal un marco jurídico y la estructura a la práctica de los trasplantes, y con el propósito de construir un programa capaz de cubrir las necesidades de órganos, me parece oportuno y justo mencionar el apoyo del Instituto Nacional de Neurología en la persona de su director Julio Sotelo, de Marco Antonio Diestefano, entonces director jurídico de la SSA y para él mi gratitud por su gran dedicación, y en homenaje en el marco de su reciente fallecimiento; así como a los líderes entonces de las cámaras de Diputados y Senadores de la nación que se involucraron y adoptaron la iniciativa sin ideologías, logrando su aprobación con votación para mí, unánime, con un solo voto en contra de quienes conocen a la persona, su trayectoria y sus valores coincidirán conmigo que su negativa fue, además, una distinción más para la iniciativa.
Con pena a través de los años veo que dichas intenciones no fueron continuadas ni eficazmente perseguidas y mucho menos logradas, obteniendo por años tasas muy bajas de donación cadavérica, por largo tiempo menores de 2 por cada millón de habitantes.
Me parece honesto señalar ahora y confieso que me genera esperanza, además de felicitar los esfuerzos en la reorganización del Centro Nacional de Trasplantes (CENATRA), prácticamente del 2017 a la fecha, logrando gradualmente elevar la tasa de donación a 4 y ahora a 9 por cada millón de habitantes en instituciones líderes como el IMSS y estados del país como Jalisco, Puebla, San Luis Potosí, Querétaro, Aguascalientes y ello en medio de una situación difícil e impuesta por la pandemia del covid.
La recomendación internacional es alcanzar una tasa de donación mínima de 20 por cada millón de habitantes y aun así estaríamos en déficit, por lo que tenemos una difícil tarea que enfrentar.
Por fortuna hay un esfuerzo digno de mencionarse y de reconocerse, en un escenario en el que queda aún mucho por hacer. Ilustro algunas cifras de números tomados del Registro Nacional de Trasplantes, los cuales nos señalan en 2021 una larga lista de:
- más de 23 mil pacientes esperando un órgano de cadáver
y de esta lista más de:
- 5,000 esperan corneas
- alrededor de 1,700 necesitan un riñón
- 215 esperan un hígado
- 48 corazón
- 5 pacientes páncreas
En este año, se reportan trasplantes realizados en México:
1,736 corneas
137 hígados
22 corazones y
1,736 trasplantes renales pero de estos solo el 29% fueron de órganos provenientes de cadáver y el 71% restante se realizaron de donadores vivos con o sin relación de parentesco.
Por todo lo anteriormente señalado, terminé señalando en el anterior artículo que México y los mexicanos tenemos, entre otras muchas, esta tarea pendiente, y hacerlo posible no solo es tarea oficial a quienes les corresponde vigilar el cumplimiento de los principios legales, éticos; conducir sí es una tarea de todos, de la sociedad en su conjunto, con el apoyo de las distintas organizaciones sociales, fundaciones, líderes confiables, transparentes, con la participación de las instituciones de salud públicas y privadas.
Nuestra organización, Grupo MAC, está trabajando y se suma a este propósito que consideramos no solo necesario sino también urgente, solidario, orientado al rescate de la vida y la salud de miles de compatriotas.