La empatía es la habilidad de entender y compartir los sentimientos y las experiencias de las demás personas. Es imaginarte a ti mismo en la piel de otro. Sentir lo que sienten los demás, vernos a nosotros mismos y al mundo desde su punto de vista.
¿Cuáles son los principios de la empatía?
- Escuchar con la mente abierta y sin prejuicios. Esto implica ser respetuosos con los demás y no prejuzgar a los demás. Es tratar de entender las emociones del otro, lo que siente y por qué
- Prestar atención y mostrar interés por lo que nos están contando; no es suficiente con saber lo que el otro siente, sino que tenemos que demostrárselo. Tratar de entender por qué esa persona piensa y reacciona así, cuál es la situación interna de esa persona.
- No interrumpir mientras nos están hablando y evitar convertirnos en expertos que se dedican a dar consejos, en lugar de intentar sentir lo que el otro siente. Solo vamos a reflejar sus emociones y pensamientos, para que ellos no se sientan juzgados sino comprendidos.
- Tratemos de no dar nuestra opinión sobre lo que nos están contando, sino que reflejemos sus sentimientos y preocupaciones, tratando de dar un punto de vista de objetividad con la realidad, sin contradecir lo que ellos están sintiendo.
- El último punto será evaluar tu comportamiento: Para lograr una visión de las reacciones de los demás hacia tu comportamiento y tus acciones, obsérvate a ti mismo.
(Foto: Especial)
Para poder ser empáticos debemos desarrollar, además de técnicas de comunicación asertivas, habilidades emocionales básicas. Cómo las podemos obtener, con: 1) psicoterapia, 2) cursos de superación personal, y 3) meditación.
- Conciencia de ti mismo/a. Es la capacidad de saber cómo te estás sintiendo en una determinada situación, reconocer tus emociones, con el objetivo de tomar las decisiones adecuadas.
- Tener autocontrol. Contener nuestras emociones ante una situación de estrés, no permitiendo que nos rebasen.
- Tener habilidades sociales, no solo se trata de manejar bien las emociones en las relaciones, tener capacidad de adaptación de las situaciones, sino también desarrollar estrategias para contactar a las personas emocionalmente y ser aceptados.
En pocas palabras, para ser empático se tiene que tener Inteligencia Emocional, y para desarrollar la inteligencia emocional es un trabajo personal que uno debe realizar en el transcurso de la vida.
Indudablemente hay personas que nacen y tienen Inteligencia Emocional de forma natural, pero eso no implica que tú no la puedas desarrollar; inclusive estas personas deben de cultivar su inteligencia emocional, para no perderla y mejorarla.