Factores de riesgo y cáncer

Un factor de riesgo es cualquier circunstancia que permita la posibilidad de padecer alguna enfermedad. 

Un factor de riesgo del cáncer muy conocido, es por ejemplo, el tabaquismo, aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.  Sin embargo, estar expuesto a uno o varios factores de riesgo, no necesariamente significa que la persona vaya a desarrollar algún tipo de cáncer.  Por ello, no es muy conveniente generalizar y también hay que considerar que cada persona tiene sistemas de protección o defensa, como su propio sistema inmunológico que le permiten disminuir el riesgo de padecer algún tipo de tumor maligno. 

Hay que destacar que existen factores de riesgo del cáncer que son modificables y otros son inevitables.

Por ejemplo, evitar la exposición al sol con frecuencia utilizando bloqueadores solares o protegiéndose zonas de exposición, disminuye el riesgo de cáncer en la piel.  Sin embargo, el cáncer de próstata que es más frecuente en hombres de edad avanzada, es inevitable, ya que edad y sexo no pueden ser modificables.  Hay que hacer mención que los factores de riesgo del cáncer dependen mucho en los hábitos que conforman nuestros estilos de vida.

Dentro de los factores de riesgo del cáncer en nuestra población, se encuentran: 

• Exposición a humo de tabaco

• Ingesta habitual de dieta hipercalórica

• Exposición a agentes virales, principalmente virus de papiloma humano y hepatitis B

• Exposición a sustancias carcinogénicas (tumorales) ambientales u ocupacionales

• Exposición excesiva a la luz solar (ultravioleta)

• Sedentarismo

• Ingesta excesiva de bebidas azucaradas

Tabaquismo y su relación al cáncer

El promedio de inicio de esta adicción en promedio es a los 14 años de edad.  Se ha publicado que cada cigarrillo contiene alrededor de 4,500 sustancias las cuales son tóxicas para el organismo y de ellas al menos 68 sustancias con carcinógenos, es decir, son capaces de inducir cáncer.  Desafortunadamente está creciendo la compra de cigarrillos en vía pública (comercio ilícito) y este tipo de cigarrillos contienen aún más sustancias tóxicas, lo cual ocasiona un mayor daño.  

También resulta necesario mencionar que los diferentes dispositivos llamados “libres de humo de tabaco”, como los cigarrillos electrónicos, puros o pipas de agua, contienen una cantidad significativa de nicotina, sustancia que es causante de la adicción, además de contener cantidades importantes de nitrosaminas, cuyos compuestos inducen la producción de cáncer. 

De los lugares donde se ha detectado un mayor consumo de este tipo de dispositivos es:

1.  bares (52%)
2. restaurantes (32%)
3. transporte público (26%)
4. escuelas (25%)
5. trabajo (15%)
6. hogar (14%). 

Este tipo de exposición está asociada con daños a la salud, ya que la nicotina está más concentrada y se ha demostrado que tarda más tiempo en ser eliminada del cuerpo, así mismo, las nitrosaminas y otros componentes carcinógenos presentes en el humo, tardan más tiempo en el ambiente que los rodea, exponiendo más a la persona a su inhalación. 

Con este panorama acerca del consumo de productos de tabaco, claramente nos podemos situar en el alto riesgo de desarrollar diferentes tipos de tumores malignos como:

• cáncer de cavidad bucal
• cáncer de laringe
• cáncer de esófago
• cáncer de pulmón
• cáncer de estómago
• cáncer de vejiga
• cáncer de vías urinarias
• cáncer de riñón
• cáncer de páncreas
• cáncer de hígado
• cáncer de cérvix uterino
• cáncer de colon
• leucemia y más 

En términos generales la tercera parte de los tumores malignos que se diagnostican en México están relacionados con los productos del tabaco.  

Dietas hipocalóricas y cáncer

De cada 100 pacientes con cáncer, 35 de ellos se asocian a un alto consumo de alimentos ricos en calorías.  Tanto la mala alimentación y como la falta de ejercicio físico representan una causa importante de enfermedades entre las que predominan:

• Enfermedades cardiovasculares (infarto al miocardio, trombosis cerebral arterial, hipertensión arterial )
• Cáncer (de colon, mama, próstata, riñón, ovario)
• Obesidad (hoy el promedio de mexicanos con sobrepeso y obesidad representan el 73%)
• Diabetes mellitus tipo II (8.6 millones de la población en México)

México es el primer consumidor en el mundo del refresco azucarado, con un promedio de consumo por persona de 163 litros por año. En la población infantil observamos el mismo fenómeno de alto consumo de refrescos y de obesidad.  Como un dato relevante, siete de cada 10 niños que viven en una zona rural consumen a diario refresco.

De esta manera México se ha ubicado dentro de los primeros países con mayor sobrepeso y obesidad, tanto en la población infantil como en la vida adulta.  La causa fundamental de la obesidad y sobrepeso es un desequilibrio entre el ingreso y el gasto de calorías y este se atribuye a varios factores:

• La modificación de la dieta, con un aumento en la tendencia a la ingesta de alimentos ricos en calorías, azúcares y grasas, pero escasa en fibras, vegetales, frutas y minerales
• La cada vez mayor tendencia a estar frente a un aparato electrónico (ocho horas en promedio por día), con una notable disminución de la actividad física, debido a la naturaleza cada vez más sedentaria de muchos trabajos, la tecnología y la creciente urbanización.

Hay evidencia sólida convincente de la asociación entre la obesidad y diferentes tipos de cáncer, entre los que destacan: cáncer de colon y recto, cáncer de esófago, cáncer de páncreas, cáncer de hígado, cáncer de mama, cáncer de endometrio y cáncer de riñón. También hay estudios con evidencia sólida probable de la asociación de cavidad bucal, estómago, vesícula biliar, ovario y próstata. 

Como podremos observar figuran los tumores que predominan en la población mexicana, como son, el cáncer de mama, el notable crecimiento de cáncer de próstata, cáncer de colon, cáncer de ovario y el cáncer de hígado.  Es notorio que los malos hábitos de consumo de los productos altos en contenido calórico son un problema de salud pública importante y que puede modificarse, ya que está en manos de cada uno de nosotros. 

¿Qué recomendaciones podemos dar para reducir el riesgo?

• Reducir los alimentos ricos en grasas saturadas (carnes rojas, embutidos), azúcares y alcohol
• Reducir el consumo de refrescos azucarados y pan de dulce
• Evitar la sobrecocción de los alimentos, en especial la carne
• Aumentar el consumo de frutas, verduras, cereales, tubérculos, legumbres, granos integrales y frutos secos
• Realizar actividad física de 45 a 60 minutos diarios o cuando menos cinco veces a la semana
• Mantener el peso adecuado a su edad y estatura

La puesta en práctica de estas recomendaciones requiere de un compromiso sostenido, tanto del paciente, de la familia y de su entorno social, para crear ambientes sanos con alternativas dietéticas más saludables. 

En el siguiente número hablaremos de la relación de los demás factores de riesgo y diferentes tipos de cáncer.