El kéfir es una bebida que procede de la fermentación y tiene su origen en Europa central, en la actual Turquía. De acuerdo a la biblioteca electrónica Britannica, se cree que la palabra kéfir se originó de la palabra turca keyif , que significa "placer". Esta bebida ha sido consumida durante miles de años alrededor de la historia alimenticia de la humanidad, siendo conocida por la sabiduría popular.
Es un líquido contiene componentes relacionados con beneficios de la regulación intestinal, fortalecimiento la microbiota intestinal y el reforzamiento de nuestro sistema digestivo.
Según la Dirección General del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera en México, "Los beneficios de esta bebida, dependen en gran medida del producto a partir del cual se fermenta. En este caso existen dos opciones, obtener kéfir a través de la leche o de agua azucarada".
¿Qué tipos de kéfir hay y qué beneficios a la salud tiene?
Los dos tipos principales de kéfir son el de leche y el de agua.
- El kéfir de leche se elabora fermentando leche de vaca, oveja o cabra con gránulos de kéfir, resultando una bebida espesa y sumamente deliciosa.
- El kéfir de agua se prepara con agua azucarada (normalmente de coco), con el objetivo de ofrecer una bebida más ligera, ideal para veganos o personas con intolerancia a la lactosa.
La información escrita por el diario argentino La Nación expone: "Su origen se remonta a la antigua región del Cáucaso. En las montañas, los campesinos preparaban una bebida llamada ayrag, dejando la leche remansada en odres de piel de cabra que nunca se lavaban. En cierto momento, observaron que la corteza blanquecina de la pared interior de la piel era capaz, si se le agregaba leche, de dar una bebida distinta y mejorada del ayrag original".
Este líquido aporta probióticos que favorecen la microbiota intestinal, ayudando en la digestión y en la prevención de estreñimiento. Además, coadyuva en el equilibrio de la flora intestinal influye en una mejor respuesta del sistema de defensas. Contiene proteínas, vitaminas del grupo B, calcio y magnesio, y puede reducir la intolerancia a la lactosa, pues la fermentación disminuye gran parte de la lactosa, haciéndolo más tolerable.
Procedimiento para elaborar kéfir
De acuerdo a la biblioteca Britannica, los siguientes pasos son esenciales para elaborar kéfir casero:
- Colocar los granos gelatinosos de kéfir en un frasco estéril u otro recipiente no metálico.
- Agregar la leche de tu preferencia en el frasco hasta cubrirlo por completo.
- Dejar la mezcla fermentar a temperatura ambiente durante uno o dos días. Si se separa el suero de la leche del sólido, significa que está listo.
La regla general es usar 1 cucharada de granos de kéfir por cada 1 litro de leche. Para un frasco pequeño, puedes usar 1 cucharadita por cada 250 mililitros.
"Las condiciones de producción del kéfir pueden alterar la composición de la comunidad microbiana de los granos de kéfir. La composición química y probiótica del producto final puede verse afectada por las técnicas de fermentación, la duración y la temperatura, las variantes de la leche, el origen del grano, la proporción grano-leche y la duración del enfriamiento posfermentativo", aclara la biblioteca electrónica.
La diferencia con el de agua es que se fermenta con agua azucarada, ya que los granos necesitan el azúcar para nutrirse y poder incidir en el líquido.
Algunas personas pueden experimentar malestar digestivo al iniciar su consumo como gases o distensión abdominal. También, no se recomienda tomarlo en exceso, ya que podría causar diarrea.
Incorporarlo de manera moderada en la dieta puede ser una buena estrategia para mejorar la ingesta de prebióticos.
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