La tortilla de harina es un alimento popular en México y otras regiones de Centroamérica, pero su consumo excesivo puede afectar la salud, especialmente por sus altos niveles de sodio.
Las tortillas de harina son parte esencial de la dieta en el norte de México, en específico para el ritual de la carnita asada. También es consumida en muchos hogares latinoamericanos, en su preparación se suele incluir ingredientes como manteca, aceite o harinas refinadas que, en exceso, pueden representar un riesgo para la salud.
Por ello, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) realizó un estudio de mercado para obtener las mejores presentaciones de este producto y que los consumidores mexicanos pudieran elegir informados al momento de comprar.
Una dieta alta en harinas refinadas y grasas saturadas aumenta el riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Por ello, es importante conocer cómo impacta este alimento en el organismo, en Sumédico te explicamos.
La tortilla de harina con más sal, según Profeco
Las tortillas de harina suelen tener más calorías que las de maíz debido a la grasa añadida en su preparación (normalmente manteca). Una sola pieza puede aportar entre 140 y 180 calorías.
Las pruebas a las marcas fueron realizadas en el Laboratorio Nacional del Consumidor, además fueron publicadas en la Revista del Consumidor, de tiraje mensual y alcance nacional.
Para Profeco, las 3 marcas de tortillas de harina con mayor cantidad de sal fueron:
- Tortillinas Tía Rosa, con más sodio pues contenía al portar 194 miligramos por tortilla.
- Tortillas de harina Mission con 165 miligramos de sodio por tortilla.
- Tortillería del Barrio contó con 136 miligramos por tortilla, por lo que de las estudiadas resultó ser la que menos exceso de sodio contenía.
De acuerdo al Diccionario gastronómico de Larousse, este alimento "sus orígenes se remontan al pan o tortilla árabe, que llegó a México a través de España y es probable que se hayan comenzado a preparar a finales del siglo XVI, justo después del arribo del trigo a tierras mexicanas en 1543. Los lugares donde más se arraigó no pertenecieron a la antigua Mesoamérica, donde la tortilla de maíz tenía un papel preponderante."
Normalmente las tortillas de harina son consumidas en platillo como una sincronizada, en compañía de jamón de pavo y queso manchego, pero la dependencia mexicana advirtió:
"Esto se debe considerar (cantidad de sodio) cuando se elabora una sincronizada con una rebanada de jamón y una rebanada de queso manchego, que puede llegar a proporcionar hasta 507 mg de sodio, lo que equivaldría al 25.4% de la ingesta de sodio recomendada por la OMS al día".
Adicionalmente, el uso de manteca o aceite vegetal en su elaboración incrementa la presencia de grasas saturadas y trans, relacionadas con colesterol alto y enfermedades del corazón.
Las tortillas de harina contienen menos fibra que las de maíz, lo que puede afectar la salud intestinal y favorecer el estreñimiento si no se acompaña de otros alimentos ricos en fibra.
Muchas presentaciones comerciales de este producto incluyen conservadores y sal añadida. Un consumo alto de sodio está relacionado con hipertensión arterial.
¿Consumes este tipo de tortillas en tu dieta habitual?
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