El gesto de amarrarse el cabello en una coleta, chongo u otro recogido puede ser una acción cotidiana para muchas personas. Pero, más allá de la practicidad o la estética, la psicología puede decir mucho sobre este comportamiento aparentemente simple. ¿Es amarrarse el pelo una necesidad de control? ¿Tiene algo que ver el pelo con nuestro estado emocional?
Te podría interesar
Amarrarse el cabello, más allá de la comodidad
Un estudio sobre la conexión entre el sistema nervioso central y la piel de los mamíferos, incluyendo los folículos pilosos del cuero cabelludo humano, revela que la conexión entre ambos es más profunda de lo que creíamos.
Existe una conexión cerebro-piel, donde el cabello y la piel se ven afectados por el sistema nervioso central y además participan activamente en procesos neurohormonales. Esto significa que hay una clara interacción entre el cabello y las emociones o el estado mental.
Aunque aún se necesitan más investigaciones para determinar exactamente la magnitud de la conexión entre el pelo y las emociones, llevarlo amarrado puede estar asociado a distintos factores, entre los que destacan:
- Necesidad de orden y control. Una de las interpretaciones más comunes es que llevar el pelo amarrado da una sensación de pulcritud y control sobre nuestra apariencia, como apunta La Nación. Esto, a su vez, puede trasladarse a la necesidad de organizar otros aspectos de la vida.
- Búsqueda de practicidad y eficiencia. En muchos casos, llevar el pelo amarrado es simplemente la respuesta a una necesidad. Así evitamos que nos estorbe durante las actividades de la vida cotidiana, lo que facilita la concentración.
- Expresión de autoridad y confianza. Amarrarse el cabello, especialmente en situaciones sociales o profesionales, puede proyectar una imagen de autoridad y confianza. Así se facilita el contacto visual y se transmite una mayor seguridad.
- Manejo de la ansiedad o el estrés. Amarrarse el cabello, desamarrarlo y volverlo a amarrar puede ser un mecanismo de autorregulación. Sin embargo, es importante no confundir este gesto con un trastorno obsesivo-compulsivo, que requeriría una evaluación profesional.
- Contexto social y cultural. Las normas sociales también juegan un papel importante en la decisión de llevar el cabello suelto o recogido. Esta última opción puede ser considerada más apropiada o profesional en ciertos contextos.
Recuerda que no existe una única interpretación para este comportamiento. Llevar el cabello amarrado puede tener distintos significados según la persona, el contexto y la situación.
Para enterarte de toda la información que necesitas sobre salud y bienestar síguenos en Facebook y TikTok.