La enfermedad de Parkinson es un trastorno progresivo que afecta el sistema nervioso y las partes del cuerpo controladas por los nervios. Debido a que los síntomas de este padecimiento son progresivos, no se detecta hasta que los temblores, la rigidez o la disminución de movimiento se vuelven habituales, provocando problemas de salud a largo plazo, detallan expertos de Mayo Clinic.
En México no existen cifras oficiales sobre la prevalencia del Parkinson. No obstante, según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), hay una incidencia de 40 a 50 personas por cada 100 mil habitantes.
Te podría interesar
Bajo este contexto, un fenómeno relacionado a esta enfermedad ha llamado la atención de las y los expertos en los últimos años, pues existen suposiciones sobre la posible relación entre las pesadillas frecuentes, tanto en adultos mayores como en jóvenes adultos, y el aumento en el riesgo de desarrollar esta enfermedad, así como deterioro cognitivo o demencia.
Gaceta UNAM explica que existen estudios donde se demuestra que los adultos mayores que experimentan sueños angustiosos de manera regular tienen un riesgo dos veces mayor de desarrollar alguna de estas condiciones a comparación de aquellos que rara vez sufren pesadillas. Al respecto surge la pregunta de ¿qué pasa entonces con las pesadillas en la infancia?
¿Qué se sabe hasta el momento?
De acuerdo con un artículo publicado en la revista The Lancet, por los investigadores de la Universidad de Birmingham, Reino Unido, existe una relación directa entre las pesadillas durante la infancia y el deterioro cognitivo y la enfermedad de Parkinson después de los 50 años de edad.
Para llevar a cabo la investigación, participaron un total de 17,416 niñas y niños nacidos en Inglaterra, Gales y Escocia durante la semana del 3 al 9 de marzo de 1958. A lo largo del crecimiento, se registraron diversos datos, como si habían sido alimentados con leche materna, su eran zurdos, diestros o ambidiestros; el número de hermanos, capacidades cognitivas, educación especial, entre otros.
Del total de infantes, solo fueron seguidos 6,991 participantes hasta los 50 años. De esta muestra de muestra de participantes, se recogió información sobre sus pesadillas de los 7 a 11 años y posteriormente a los 50 años.
¿El resultado? El análisis de los datos demostró que tener pesadillas de forma regular durante la infancia está asociado de manera significativa con un riesgo alto de desarrollar Parkinson o deterioro cognitivo a los 50 años.
El estudio tiene pertinencia actual porque podría ayudar a nuevos estudios que permitan intervenciones tempranas en las infancias con el fin de retrasar o evitar estas enfermedades como el Parkinson.
(Con información de Gaceta UNAM, The Lancet, Mayo Clinic, IMSS).