Los traumas durante la infancia, provocados por el maltrato infantil, el abuso sexual, la violencia y la precariedad, pueden afectar la salud física y emocional de una persona durante toda su vida, pues de acuerdo con un reciente estudio, estos provocan que el cuerpo envejezca más rápido.
De acuerdo con una investigación publicada en Psychological Bulletin, los niños que sufren de maltrato son más propensos a presentar un envejecimiento celular acelerado, lo que les provoca una pubertad prematura y mayor riesgo de enfermedades crónicas en la adultez.
“Este estudio muestra los efectos que la exposición sistémica a la violencia tiene en los niños”, indica el estudio que se encarga de analizar 79 investigaciones que relacionan la violencia infantil y la salud, con un total de 116 mil participantes.
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La violencia en la infancia acelera el envejecimiento
Para este análisis se distinguió entre dos tipos de entornos hostiles durante el desarrollo de los niños: amenaza y privación. El entorno de amenaza incluyó el abuso y la violencia, mientras que el de privación incluyó el abuso sexual, la negligencia y la pobreza crónica.
Aquellos participantes que crecieron en un entorno de amenaza, mostraron un nivel de envejecimiento celular mucho mayor que los que vivieron un entorno de privación. Sin embargo, estos últimos también mostraron un envejecimiento acelerado en comparación con los niños que no crecieron en un ambiente violento.
A medida que los niños crecen hasta la edad adulta, los problemas de violencia y maltrato que vivieron durante la infancia, los conducen a una mayor probabilidad de desarrollar depresión, trastornos de ansiedad, trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
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Los traumas infantiles modifican la estructura del cerebro
Por otro lado esta investigación encontró que vivir en medio de traumas y violencia en la infancia puede provocar cambios en la estructura del cerebro, pues se vincula con el adelgazamiento de la corteza prefrontal ventromedial, parte del cerebro que se encarga del procesamiento de la información social y emocional.
Este cambio en la estructura cerebral podría ser provocado porque el envejecimiento celular causado por la violencia, provoca un desarrollo más rápido del cerebro como una respuesta natural para que los niños sean más capaces de procesar y responder a los peligros que los rodean.
“Estos procesos son probablemente adaptativos…”, indica el estudio, por lo que el cambio en la estructura del cerebro se debe a los estímulos violentos y traumáticos que se viven en la infancia.
¿Cómo revertir los efectos del maltrato infantil?
De acuerdo con los autores del estudio, el envejecimiento celular provocado por los traumas infantiles podría revertirse si se actúa dentro de las primeras etapas de la vida, esto debido a la plasticidad cerebral.
Para ello es necesario que los médicos infantiles detecten las situaciones de violencia en los menores, para crear un plan de tratamiento que dé a los niños las herramientas necesarias para afrontar la situación de violencia que vive.
Así mismo las intervenciones psicosociales, como la terapia conductual cognitiva, resulta una alternativa terapéutica para niños y jóvenes que lidien con traumas infantiles de violencia y precariedad.