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¿Estragos de la vejez? La soledad en mujeres mayores, un sector vulnerable

Desde hace algunas décadas, en varias sociedades, incluida la mexicana, llegar a la edad madura dejó de ser un privilegio.

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De acuerdo con el Instituto Nacional de Geriatría, la vejez es la etapa de la vida cuyo inicio es determinado por cada sociedad. Actualmente, en los países en desarrollo como México se acepta como inicio de la vejez los 60 años, mientras que en los países desarrollados esa edad es a los 65 años.

La vejez se define como una construcción social, individual y colectiva que determina las formas de percibir, apreciar y actuar en ciertos espacios.

Al envejecer la enfermedad crónica no es precisamente el factor de riesgo, con el paso del tiempo la soledad es uno de los estragos de la edad que se presenta en incremento en las mujeres, transformándolas en un sector vulnerable de la población.

El envejecimiento activo es el proceso de optimizar las oportunidades de salud, participación y seguridad a fin de mejorar la calidad de vida de las personas a medida que envejecen, señala la propuesta de la Organización Mundial de la Salud.

Aquí, el término activo se refiere a que los adultos mayores, en especial las mujeres participen de manera continua, ya sea como individuos o en grupo, en los aspectos sociales, económicos, culturales, espirituales y cívicos en los que están inmersos.

Foto: Pexels

¿Por qué las mujeres son un sector vulnerable en la vejez?

La esperanza de vida de las mujeres al nacer supera la de los hombres en todos los países y en todos los años según la OMS. Además, sus registros indican que los hombres han vivido siempre un poco menos que las mujeres por su composición genética.

Vivir más tiempo no es necesariamente una ventaja. Aunque las mujeres viven más tiempo, también sufren más enfermedades, particularmente en sus últimos años de vida.

Las mujeres de entre 16 y 60 años van al médico más frecuentemente que los hombres de su misma edad en varios países, publicado en Cell Press por Steven Austad y Kathleen Fischer de la Universidad de Alabama.

En las sociedades occidentales las mujeres visitan más al médico, toman más medicamentos, pierden más días de trabajo por razones de salud y pasan más días en el hospital que los hombres.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud en Bangladesh, China, Egipto, Guatemala, India, Indonesia, Jamaica, Malasia, México, Filipinas, Tailandia y Túnez las mujeres también tienen más limitaciones físicas que los hombres en sus últimos años de vida.

Estudios recientes indican que la brecha de género en la esperanza de vida se cerrará en un futuro cercano.

Un estudio realizado por el Imperial College de Londres dice que la brecha en la esperanza de vida entre mujeres y hombres será de solo un año y nueve meses en 2030 en Reino Unido.

Foto: Pexels

¿Mujeres en la vejez?

Las inequidades del envejecimiento y el género están íntimamente vinculadas con la pobreza a través de una interrelación muy compleja.

La complejidad de esta relación tridimensional de género, vejez y pobreza debe ser entendida como el resultado de una secuencia de acciones y experiencias sociales diferenciadas por sexo que se inicia en edades tempranas y que culminan en la vejez.

En el mundo, las mujeres mayores tienden a vivir en pobreza más que los hombres, y el crecimiento de este grupo poblacional con grandes desventajas sociales continúa aumentando de manera importante.

Inequidad de género

Las mujeres en la vejez se encuentran en diferentes estados de vulnerabilidad de acuerdo con el rol social, cultural y el nivel de protección institucional que la sociedad les otorga.

  • Tienden más a vivir sin una pareja que los hombres. Esto se da como resultado parcial de que, como ya se mencionó anteriormente, en promedio las mujeres vivan más años que los hombres.
  • Además, las mujeres forman uniones con hombres de mayor edad que ellas, y tienden menos que los hombres a formar nuevas uniones en casos de viudez, separación o divorcio.
  • Por ello, durante la vejez, más mujeres que hombres se encuentran sin pareja, lo que las coloca en una situación vulnerable, tanto desde el punto de vista económico como social.
  • Dicha vulnerabilidad por la falta de una pareja se observa sobre todo en países en desarrollo, donde la participación de las mujeres en edad adulta en la vida social y económica ha sido sumamente limitada, y su rol social depende, en gran medida, de su situación como hija, esposa o madre a lo largo de su vida.
  • Las mujeres se encuentran vulnerables por su relativamente bajo nivel educativo, poca participación en actividades económicas a lo largo de su vida, falta de la pareja durante la vejez y la pérdida económica y de protección institucional que ello puede representar.

Seguridad social y económica

  • Debido a los roles de género tradicionales, las mujeres tienen menos probabilidad de trabajar para generar ingresos y ahorros que les permitan solventar sus necesidades económicas en la vejez.
  • De acuerdo con datos del Estudio Nacional de Salud y Envejecimiento en México, ENASEM, reporta que las mujeres reciben ayuda económica de sus hijos. En las áreas rurales, por ejemplo, 72% de las mujeres de 60 años y más reciben ayuda económica de sus hijos, en comparación con 58% de los hombres.

Discapacidad y género

  • El hecho de que las mujeres tengan vidas más largas no se traduce necesariamente en vidas más sanas, ya que como la probabilidad de desarrollar discapacidades aumenta con la edad, la proporción de mujeres con problemas de salud y discapacidad es también mayor.
  • Los datos derivados del ENASEM para México revela que, entre las personas de 60 años y más, una mayor proporción de mujeres que de hombres informa tener limitaciones con actividades de la vida diaria como comer, bañarse, caminar, usar el excusado, ir a la cama.

Problemas de salud

  • La carga de la enfermedad en la vejez refleja grandes divergencias por sexo, que van de acuerdo con la acumulación de riesgos asociados a los papeles sociales desempeñados a lo largo de la vida.
  • El ENASEM indica que, en las áreas urbanas, una mayor proporción de hombres que de mujeres de 60 años y más, reporta haber sido diagnosticado con enfermedad, mientras que una mayor proporción de mujeres reporta alta presión arterial y diabetes. Entre los hombres, 23% fuma actualmente, comparado con 7% de las mujeres.
  • Existen otros factores asociados a la salud y calidad de vida en la vejez entre las mujeres mayores como la educación y el estado civil.
  • Las mujeres en la vejez tienden a residir solas, o con hijos, nietos u otros familiares, lo cual puede implicar abusos, violencia y otro tipo de amenazas y riegos para la salud y el bienestar de las mujeres ancianas.

Servicios de salud

  • Tradicionalmente, las mujeres usan los servicios de salud con mayor frecuencia que los hombres a lo largo de su vida, debido a las necesidades de atención derivadas por la reproducción y el cuidado de los hijos.
  • Esta característica puede colocarlas en una posición ventajosa ante los hombres, ya que, a edad avanzada, cuando la salud requiere mayor atención, las mujeres pueden estar más familiarizadas con el manejo de su propia enfermedad que los hombres.
  • El ENASEM muestra que entre las personas de 60 años o más, las mujeres refieren que usan servicios preventivos, de hospitalización y visitas al médico con mayor frecuencia que los hombres.

¿Cómo mejorar la salud de las mujeres en la vejez?

El envejecimiento saludable y activo no se limita únicamente a realizar ejercicio físico o trabajo remunerado. El investigador Alan Walker, por ejemplo, propone estos componentes:

    • Contribuir al bienestar individual, familiar comunitario y social.
    • Prevenir enfermedad, discapacidad, dependencia y pérdida de habilidades.
    • Participar en la medida que lo permitan las condiciones físicas, psicológicas y sociales de cada persona, incluidas las que son frágiles y dependientes.
    • Mantener y fortalecer la solidaridad intergeneracional.
    • El derecho a la protección social, educación y capacitación a lo largo de la vida implica la obligación de aprovecharlo para ejercer de manera más eficiente el envejecimiento activo.
    • El empoderamiento en el envejecimiento activo implica adquirir conocimiento para asumir la responsabilidad del rol social de viejo activo.
    • Considerar los elementos locales y la diversidad cultural en el concepto de envejecimiento activo.

    Foto: Pexels

    El envejecimiento humano es un proceso gradual y adaptativo, caracterizado por una disminución relativa de la respuesta homeostática, equilibrio que le permite al organismo mantener un funcionamiento adecuado, debida a las modificaciones morfológicas, fisiológicas, bioquímicas y psicológicas, propiciadas por los cambios inherentes a la edad y al desgaste acumulado.

    (Con información de la Secretaría de Salud, Hospital de la Mujer y Clínica de la Mujer)