Las perforaciones son una modificación corporal que puede causar riesgos más allá del dolor y enrojecimiento. Por eso es importante que antes de tomar una decisión para realizarse un piercing se tome en cuenta los riesgos que conlleva esta práctica.
Dentro de las complicaciones más extrañas y graves de una perforación se encuentran casos de hepatitis, endocarditis (infección del endocardio) y abscesos cerebrales (infección en el cerebro). También se han registrado dermatitis de contacto, hemorragias, formación de queloides (mala cicatrización) y daños en los nervios.
Las complicaciones derivadas de una perforación o piercing pueden aparecer por el tipo de material que se utilicen, la experiencia de quien los pone, la higiene del procedimiento, los cuidados posteriores y la zona del cuerpo.
Te platicamos cuáles son las perforaciones con más propensión a infectarse o tener complicaciones. Los piercings más complicados son los de la zona de la lengua, los labios y los genitales. En esta ocasión vamos a hablar sobre los piercings en los genitales.
Las perforaciones o piercings con más riesgo de infección
Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Dermatology encontró que en el 20% de las perforaciones se dan complicaciones por infecciones y sangrados.
(Foto: canva)
La investigación consistió en realizar una revisión de varios estudios con el fin de averiguar cuáles son las complicaciones más comunes de los piercings dependiendo de la zona en que se ubiquen.
Los piercings genitales son aquellos que se ubican en la zona que su nombre indica. Hacerse una perforación en esta área conlleva muchos riesgos, entre los cuales destacan la obstrucción de la uretra e infecciones que pueden llevar a la infertilidad.
Las perforaciones genitales favorecen la propagación de enfermedades e infecciones de transmisión sexual como la sífilis, la hepatitis y el VIH, debido a que hacen que haya pequeñas heridas o cortes con más facilidad y que dejan vulnerable a la entrada de patógenos.
(Foto: canva)
Perforaciones en los pezones y el ombligo, también riesgosos
Los piercings en los pezones pueden causar galactorrea, que es la secreción espontánea de leche. Las perforaciones en el ombligo también pueden causar problemas de salud y se consideran de las más complicadas de cuidar debido a la zona donde se encuentran.
Y es que el ombligo es una de esas áreas del cuerpo difíciles de limpiar y en las que es común que haya infecciones, pues es una zona con poca ventilación y húmeda, lo que facilita la aparición de hongos y bacterias. Los piercings en el ombligo tardan hasta un año en sanarse.
Los piercings en la nariz y las orejas pueden causar desgarros y necrosis del cartílago y dependiendo de la importancia de la necrosis pueden darse deformaciones que solo pueden tratarse con cirugía.
Por eso es importante que antes de realizarse una perforación, la persona esté consciente de los beneficios y riesgos que esta modificación corporal implica. Además deben asegurarse de realizarse el procedimiento en un lugar que cuente con un experto y tenga medidas sanitarias.
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(Con información de El Mundo)