Nicolly Pereira tiene dos años de edad, pero debido a que nació con glaucoma infantil, no podía escuchar ni ver por lo que sólo se comunicaba con su mamá a través del tacto; sin embargo, hoy ya no es así.
La pequeña originaria de Brasil, fue sometida a siete cirugías para que pudiera ver, pero ninguna tuvo resultado hasta que su madre Daiana Pereira, publicó su historia en Facebook donde miles de personas le ayudaron a reunir los fondos para que pudiera ser operada en una clínica de Miami.
Gracias a los 17,000 dólares que se recolectaron, el 17 de marzo Nicolly fue sometida a cirugía y después de tres horas, la pequeña podía ver por primera vez.
En el momento que Nicolly vio el mundo y su mamá, una gran sonrisa se reflejó en su rostro.
“La única palabra que se puede usar para describir lo que siento es ‘Dios’. Ahora, mi hija es libre. Ella brilla ahora más que antes. Ahora, ella se ha vuelto una referencia para las personas que no creían en milagros”, dijo Daiana en el instituto.
Alana Grajewski, directora del centro de glaucoma infantil congénito del instituto, declaró que cuando Nicolly llegó, no veía en lo absoluto por lo que las probabilidades de que el procedimiento fuera exitoso eran prácticamente nulas.
“Cuando ella llegó, sentí que había cometido un error, porque normalmente, cuando los niños llegan, tienen algún nivel de vista que se puede medir. Hicimos que un técnico la evaluara al inicio, y escribieron que Nicolly no podía ver nada, ni siquiera una luz”, señaló.
La directora explicó que la presión ocular de los niños está entre 10 y 20, pero que la de Nicolly era de 50, lo cual era desalentador pero que aún así tenía esperanzas.
“Fue increíble. Todo salió bien. El primer día después de la operación ella tenía un parche en cada ojo. Ella sonreía de oreja a oreja y cantaba. Me encantó el momento de cuando vio por primera vez la cara de su mamá. Eso me conmovió muchísimo. De pronto, ella se dio cuenta: ‘Oh, Dios mío, esa es mi mami’. Y su madre pudo ver que la reconocía. Fue un momento que no tuvo precio”, señaló.
Al analizarla en la clínica, los médicos descubrieron que tenía líquido acumulado en su oído interno, por lo que no podía escuchar, así que además de la cirugía de la vista, Nicolly se sometió a un procedimiento para retirar el líquido, lo que le dio la oportunidad de escuchar.
Este suceso pudo darse gracias a la colaboración de las personas en las redes sociales, entre los que se encuentra Diago, un niño de 10 años quien para pagar los boletos de avión, donó el premio que había ganado en una carrera de autos de niños.
“Yo ya sabía que algo especial iba a pasar con relación a ella. Yo estaba segurísimo de que este milagro iba a pasar. Lo sentí en mi corazón, así que hice lo que mi corazón y mis instintos me dictaban”, mencionó.
(Con información de El Nuevo Herald)
La pequeña originaria de Brasil, fue sometida a siete cirugías para que pudiera ver, pero ninguna tuvo resultado hasta que su madre Daiana Pereira, publicó su historia en Facebook donde miles de personas le ayudaron a reunir los fondos para que pudiera ser operada en una clínica de Miami.
Gracias a los 17,000 dólares que se recolectaron, el 17 de marzo Nicolly fue sometida a cirugía y después de tres horas, la pequeña podía ver por primera vez.
En el momento que Nicolly vio el mundo y su mamá, una gran sonrisa se reflejó en su rostro.
“La única palabra que se puede usar para describir lo que siento es ‘Dios’. Ahora, mi hija es libre. Ella brilla ahora más que antes. Ahora, ella se ha vuelto una referencia para las personas que no creían en milagros”, dijo Daiana en el instituto.
Alana Grajewski, directora del centro de glaucoma infantil congénito del instituto, declaró que cuando Nicolly llegó, no veía en lo absoluto por lo que las probabilidades de que el procedimiento fuera exitoso eran prácticamente nulas.
“Cuando ella llegó, sentí que había cometido un error, porque normalmente, cuando los niños llegan, tienen algún nivel de vista que se puede medir. Hicimos que un técnico la evaluara al inicio, y escribieron que Nicolly no podía ver nada, ni siquiera una luz”, señaló.
La directora explicó que la presión ocular de los niños está entre 10 y 20, pero que la de Nicolly era de 50, lo cual era desalentador pero que aún así tenía esperanzas.
“Fue increíble. Todo salió bien. El primer día después de la operación ella tenía un parche en cada ojo. Ella sonreía de oreja a oreja y cantaba. Me encantó el momento de cuando vio por primera vez la cara de su mamá. Eso me conmovió muchísimo. De pronto, ella se dio cuenta: ‘Oh, Dios mío, esa es mi mami’. Y su madre pudo ver que la reconocía. Fue un momento que no tuvo precio”, señaló.
Al analizarla en la clínica, los médicos descubrieron que tenía líquido acumulado en su oído interno, por lo que no podía escuchar, así que además de la cirugía de la vista, Nicolly se sometió a un procedimiento para retirar el líquido, lo que le dio la oportunidad de escuchar.
Este suceso pudo darse gracias a la colaboración de las personas en las redes sociales, entre los que se encuentra Diago, un niño de 10 años quien para pagar los boletos de avión, donó el premio que había ganado en una carrera de autos de niños.
“Yo ya sabía que algo especial iba a pasar con relación a ella. Yo estaba segurísimo de que este milagro iba a pasar. Lo sentí en mi corazón, así que hice lo que mi corazón y mis instintos me dictaban”, mencionó.
(Con información de El Nuevo Herald)