Los síntomas psiquiátricos infantiles tienden a ser difusos, pero pueden relacionarse con enfermedades mentales discretas durante la adolescencia tardía. A partir de este reto, un grupo de investigación liderado por especialistas del Hospital General de Massachusetts, utilizó datos del estudio ‘Adolescent Brain and Cognitive Development’ para realizar estudios sobre el desarrollo del cerebro de niños y adolescentes. Identificaron diversos genes cuya presencia antes del nacimiento podrían desencadenar una serie de enfermedades mentales durante la infancia.
El estudio actualmente está publicado en la revista ‘Nature Neuroscience’. De acuerdo con el equipo de investigación, estos hallazgos demuestran los fundamentos genéticos de los síntomas psiquiátricos pediátricos que son relacionados con la presencia de una enfermedad a edad adulta e implican procesos de desarrollo del cerebro fetal que perduran durante la infancia.
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“Descubrimos que esas relaciones eran más complejas de lo que habíamos imaginado. Por ejemplo, el riesgo genético para el TDAH y la depresión se asoció con una serie de síntomas en los niños, no sólo los relacionados con la atención o el estado del ánimo”, menciona Joshua Roffman, coautor principal, reporta Infosalus.
¿Cuáles son las enfermedades mentales más comunes en niños?
Los trastornos mentales pueden comenzar en la niñez. Sin un tratamiento, estos trastornos impiden que los niños alcanzar su máximo potencial. Cuando llegan a una edad adulta reflexionan sobre el impacto que tuvieron y desearían haber recibido ayuda antes. Estos trastornos, de acuerdo con National Institute of Mental Health, son trastornos de ansiedad, trastornos de déficit de atención con hiperactividad, trastorno del espectro autista, depresión, trastornos de alimentación y trastorno por estrés postraumático.
Estas enfermedades mentales no son desarrolladas por sí solas, sino se originan por los cambios o eventos traumáticos en la vida del niño. Los cambios significativos en su vida pueden desencadenar un problema de salud mental, incluyendo comenzar la educación escolar, mudarse de casa, divorcio de padres, pérdida de un ser querido, desastres naturales, violencia o guerras. Especialmente la violencia es un factor determinante, donde el infante puede ser actor directo o indirecto, detalla Humanium.
Conforme pasa el tiempo, estos trastornos mentales repercuten en diversas etapas y esferas de su vida. En 2019, más del 20% de adolescentes de todo el mundo vivían con trastornos mentales. El suicidio representó la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 a 19 años. Alrededor del 15% de adolescentes en países de ingresos medios y bajos se han planteado el suicidio, informa UNICEF. A pesar de ello, la organización destaca que la salud mental de niños y adolescentes ha sido ignorada por planes de salud nacionales y globales.
Debido a ello, el equipo de investigación busco aportar a este fenómeno mediante la búsqueda de respuestas sobre sus orígenes. En el estudio participaron casi 12,000 niños y adolescentes entre los 9 y 10 años de edad. Descubrieron que existe un predictor genético para la mayoría de síntomas el cual fue denominado ‘conjunto de genes del neurodesarrollo’, debido a su presencia en diversos trastornos mentales. Estos genes son presentados con mayor intensidad en el cerebelo del cerebro, encargado de funciones motoras complejos.
Al igual, se percataron que los niños con síntomas psiquiátricos tendían a tener un cerebelo ligeramente pequeño probablemente a causa de los efectos en el desarrollo durante la vida prenatal. Por lo cual, para el equipo de especialistas esto significa que la protección de riesgo debe iniciar antes de lo previsto.
“Nuestro equipo de investigación está buscando otros factores durante el embarazo, sea en el ámbito de un estilo de vida saludable, como calidad de sueño, ejercicio o dieta, así como una atención prenatal óptima o el apoyo psicosocial que pueda conferir resiliencia a los cerebros en desarrollo y proteger contra el riesgo de trastornos psiquiátricos en pacientes jóvenes”, explica Joshua Roffman.
(Con información de Infosalus, National Institute of Mental Health, Humanium, UNICEF)