La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte sobre la creciente resistencia antimicrobiana (RAM) de bacterias, virus, hongos y parásitos a los medicamentos antimicrobianos como los antibióticos, los antivíricos, los antifúngicos y los antiparasitarios.
La RAM representa un gran riesgo para la salud humana y animal a nivel global. La OMS aseguró que esta se trata de una de las 10 principales amenazas mundiales para la salud pública actual, pues es responsable de más de 700,000 muertes anuales y podrían llegar a 10 millones para el 2050 si no se toman medidas drásticas al respecto.
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¿Qué es la resistencia antimicrobiana?
La RAM surge cuando las bacterias, virus, hongos y parásitos cambian a lo largo del tiempo y dejan de responder a los medicamentos, dificultando el tratamiento de las infecciones que causan e incrementando el riesgo de propagación de enfermedades nuevas, viejas y provocar incluso la muerte.
Los organismos resistentes a los antimicrobianos se encuentran en personas, animales, alimentos, plantas y el medio ambiente. Estos pueden propagarse de persona a persona o de animales a personas y a la inversa; incluso a través de alimentos de origen animal, detalla El Economista.
Los principales factores que producen resistencia antimicrobiana son el uso indebido o excesivo de antimicrobianos; falta de acceso a agua limpia e higiene; escasez de medicamentos y vacunas; diagnósticos incorrectos; falta de concienciación y conocimientos; a deficiente prevención y control de infecciones y enfermedades en los centros sanitarios y la falta de aplicación de la legislación para la supervisión médica en el uso de antimicrobianos.
¿Por qué es preocupante la RAM actualmente?
A medida que la farmacorresistencia se propaga por el mundo, los fármacos son menos eficaces, produciendo más infecciones difíciles de tratar, aumentando la mortalidad.
Actualmente se han observado tasas elevadas de resistencia a los antibióticos utilizados para las infecciones bacterianas comunes (infecciones urinarias, la septicemia, las infecciones de transmisión sexual y algunas formas de diarrea).
Por ejemplo, se estima que en 2018 un 3.4% de los nuevos casos de tuberculosis tenían tuberculosis resistente a la rifampicina (TBRR) o tuberculosis multirresistente (TBMR), porcentaje que ascendía al 18% en los casos que ya habían sido tratados anteriormente. La aparición de la resistencia a los nuevos medicamentos de “último recurso” contra la tuberculosis farmacorresistente supone una amenaza importante.
Para hacerle frente a esta problemática, es importante realizar esfuerzos coordinados con diversos sectores de la salud y partes interesadas que intervienen en la salud de los seres humanos, animales terrestres, acuáticos y las plantas; en la producción de alimentos y el em medio ambiente para establecer lazos de comunicación y colaborar en programas políticos e investigación con la intención de mejorar la salud pública, puntualizó la OMS.
(Con información de OMS, El Economista).